Opinión
Telemadrid: no en mi nombre

Por José Angel Jiménez
Secretario General sección sindical CGT en Telemadrid
-Actualizado a
Llevo 34 años trabajando en Telemadrid y escribo esto porque no puedo más. En estos años he visto de todo. Vi mucha ilusión y mucha creatividad. Era el principio y duró poco. Durante unos años fuimos tirando, pero todo cambió el 11 de marzo de 2004 cuando Teresa Castanedo, presentadora del Telenoticias, salió en pantalla y dijo “Ha sido ETA, no lo duden”. Y no, no había sido ETA. Ese día la plantilla de Telemadrid se puso en frente para decir no en nuestro nombre. Los trabajadores y trabajadoras de Telemadrid nos organizamos para denunciar todas las mentiras y manipulaciones que se lanzaban a las ondas desde nuestra sede en Pozuelo de Alarcón. Nos llegamos a presentar a las elecciones autonómicas y Telemadrid tuvo que emitir nuestro vídeo electoral en el que denunciábamos la instrumentalización de la cadena por parte de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, entonces Esperanza Aguirre, la de las ranas. Fue una lucha a cara de perro. Hermann Tertsch grababa una crónica sobre el fracaso de una huelga general el día antes de la convocatoria. ¡Qué más da la realidad, la verdad, la ética periodística! Nosotros saboteamos directos en la calle o la copa de navidad en el hall de nuestro edificio. Expedientes y sanciones mientras las audiencias se desplomaban. Hasta que llegó el 13 de enero de 2013 y despidieron a 861 personas. Se quedaron con la redacción de informativos, esa en la que habían enchufado a hermanos, primos y cuñados de todos los mandos del PP.
Pero todo esto fue ya hace mucho tiempo, me podrían decir. Ahora Telemadrid ya no es así. Y tendrían razón. Es todavía peor. Todo vale con tal de echar a Pedro Sánchez: insultos, bulos, medias verdades, la deshumanización del adversario. No hay límites, ni líneas rojas. Y encima ahora ya no hay nadie enfrente para denunciar sus tropelías. Toda la redacción es fiel a la línea editorial, nadie discrepa. Y el resto de la plantilla, los que consiguieron volver después de ser despedidos en el ERE, ya no tienen ganas de luchar. Pagaron un precio demasiado alto y se sintieron solos, muy solos. Por eso ahora nadie desde Telemadrid denuncia la basura que emitimos. Tenemos miedo. No queremos que nos vuelvan a despedir. La paz de Telemadrid es la paz de los cementerios.
Pero todo tiene un límite, y el límite para mí es el genocidio del pueblo palestino. Yo no puedo seguir viniendo a trabajar, no puedo seguir cobrando mi nómina, si no levanto ahora mi voz. Las informaciones de Telemadrid sobre esta masacre solo buscan asentar en el imaginario colectivo el discurso del PP, a saber: esto no es para tanto, es solo una cortina de humo de Sánchez. Y también el del sionismo: los palestinos y quienes les apoyan son todos terroristas. Han mandado al jefe de la sección de internacional, Ignacio Calzada, a enviar crónicas desde Israel. Sus crónicas parecía que estaban escritas por el ministerio de propaganda. Sabemos que el viaje y el alojamiento no lo ha pagado Telemadrid. Le hemos preguntado al subdirector de informativos de Telemadrid, José Gilgado, quién ha pagado este viaje y no hemos obtenido respuesta, aunque todos sabemos que lo ha pagado Israel. Y no es la primera vez. Informar de un genocidio desde el país genocida, en un viaje pagado por los genocidas y sin avisar a los espectadores de este hecho pues es básicamente limpiarse el culo con la ética profesional. Por otro lado, en el Buenos Días ven claramente que lo de la Vuelta fue terrorismo, y el genocidio no lo ven por ninguna parte. Y también recogen el testimonio espeluznante de unas jóvenes sionistas que salieron con su bandera por Madrid el día de La Vuelta y denuncian lo mal que lo pasaron porque la gente les miraba mal. Debió ser horrible.
Y así un día tras otro, en una especie de sinfín, tratando de justificar lo injustificable. Casi dos años informando de lo que sucede en Gaza sin nombrar la palabra genocidio y sin mostrar la más mínima empatía por un pueblo que está siendo exterminado. Es una vergüenza se mire por donde se mire.
Los ciudadanos de a pie poco o nada podemos hacer para parar los asesinatos en Palestina, pero lo que si podemos hacer es denunciar la propaganda sionista allí donde se produzca y denunciar también a los que la difunden. Por eso hoy vuelvo a gritar TELEMADRID: NO EN MI NOMBRE.
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