El destino ha proporcionado a los COSMEN otra oportunidad para dar un golpe de timón en National Express, primer transportista de Reino Unido, donde tienen una participación del 16,5%. Elliot Advisors, un agresivo fondo de inversión estadounidense especializado en la reestructuración de empresas, lleva meses haciendo acopio de acciones de la compañía aprovechando su debilitada cotización bursátil. Y, una vez que se ha convertido en el principal socio de National Express, con el 18,3%, pretende desembarcar en el consejo de administración, contra la opinión expresa de los actuales gestores, que no acaban de fiarse de sus intenciones.

Estos también hicieron cuanto estuvo en sus manos para frustrar una acometida de los Cosmen a mediados de 2009, aunque con la nada desdeñable diferencia de que en aquel caso la familia asturiana estaba dispuesta a lanzar una opa. En la operación iba a participar otro fondo de inversión, CVC Capital Partners, de origen británico, que posee fuertes intereses en España, como Cortefiel o el grupo de restauración Zena (Burger King, Foster’s Hollywood, La Vaca Argentina). Sin embargo, todo se fue al traste, sin que mediara explicación pública alguna, a raíz de la due diligence realizada sobre las cuentas de National Express, seriamente lastradas por una deuda de 1.200 millones en números redondos.

Ese voluminoso pasivo respondía a la compra en 2005 de Continental Auto y Alsa, con las que National Express se convirtió en el mayor operador de transporte de viajeros por carretera en España. Fue entonces cuando los Cosmen, que eran los propietarios históricos de Alsa, entraron en el accionariado de la sociedad británica, aunque entre algunos miembros de la familia siempre quedó la duda de si había merecido la pena el intercambio. La posibilidad de recuperar el pleno control de su antiguo imperio gravitó sobre la fallida operación de 2009 y sin duda estará en la mente de los Cosmen cuando tengan que decidir si prestan a Elliot Advisors el apoyo que les ha pedido para consumar el nuevo asalto.