Dicen los críticos que detrás del boom de Stieg Larsson y su trilogía Millennium hay una literatura sueca de gran calidad. Lo que no sé es si Jag är Zlatan Ibrahimovic, la autobiografía del futbolista sueco, podrá ser considerada como tal. Lo dudo. Y no porque el guión no sea vendedor, sino por el mal gusto de su autor para airear los trapos sucios de su fugaz paso por el Barça y en el que, paradójicamente, quien peor parado sale es el propio Ibrahimovic.

“Te cagas encima con Mourinho, vete al infierno”, cuenta el exjugador del Barça que le dijo a Guardiola tras un partido contra el Villarreal en el que fue suplente y sólo jugó cinco minutos. Es posible que Ibra tenga motivos para no guardar un buen recuerdo del Barça y especialmente de Pep, pero de ahí a plasmar en un libro las miserias de su paso por el Camp Nou -a donde, por cierto, no ha vuelto- va un trecho. Siempre he sostenido la teoría de que Guardiola tuvo que elegir entre contentar a Messi -que quería jugar por el centro- o seguir apostando por Ibra de 9, y se inclinó por lo primero.

Por mucho que sea muy buen entrenador, que lo es, Guardiola no está libre de equivocarse en la gestión de algunos asuntos. Tomar decisiones es lo que tiene. Pocas veces se decide al gusto de todos. Pero en el caso de Pep una cosa es evidente: sin Ronaldinho, Deco, Etoo, Yayá Touré, Ibra o Bojan al Barça le ha seguido yendo bien. Y siempre con Messi, claro.

Esperemos que a diferencia de Larsson, Ibra no tenga pensado escribir una trilogía sobre sus vivencias en el Barça. Leído lo leído, el que en breve verá la luz debería llevar por título El técnico que no amaba a Ibrahimovic...