Este artículo se publicó hace 3 años.
Aznar se apresuró a ofrecer "aviones, barcos y tropas" para atacar Afganistán poco después del 11-S
El Gobierno del PP aprovechó el clima creado tras los atentados de las Torres Gemelas para establecer "una cooperación sin precedentes" con EEUU "en materia policial, judicial y de inteligencia", destaca un documento desclasificado del Departamento de Estado. La Moncloa pidió expresamente a la Casa Blanca que esas vías de colaboración abiertas tras los atentados del 11 de septiembre incluyesen el intercambio de información sobre temas relacionados con ETA.
Bilbao-
José María Aznar fue uno de los grandes amigos de George W. Bush. El expresidente español, que estaba al frente de La Moncloa cuando se registraron los atentados del 11-S, se convirtió en uno de los aliados incondicionales de la Casa Blanca en la autodenominada "lucha global contra el terror", que hace ahora 20 años desencadenó la guerra de Afganistán. En el marco de su "generosidad", Aznar ofreció rápidamente a Bush todo tipo de apoyo militar para esa aventura bélica en el país asiático.
El apoyo absoluto del entonces mandatario español a la guerra de Afganistán quedó claramente reflejado en un documento elaborado a finales de 2001 por el Departamento de Estado al que ha tenido acceso Público. En dicho "reporte anual sobre terrorismo", el Gobierno de Washington daba cuenta de las excelentes relaciones establecidas con Madrid al calor de la "lucha contra el terror" a escala mundial que había lanzado Bush tras el 11-S.
"España ha apoyado firmemente a la coalición contra el terrorismo", resaltaban los funcionarios estadounidenses en ese documento. En tal sentido, indicaban que "inmediatamente después del 11 de septiembre" La Moncloa no solo había concedido permisos a las aeronaves del ejército americano para que utilizaran libremente las bases de Rota y Morón, sino que también había ofrecido "aviones, barcos y tropas a EEUU para su uso en apoyo de la operación Libertad Duradera y también para misiones de asistencia humanitaria en Afganistán".
El Gobierno de Bush también destacaba que el Ejecutivo de José María Aznar "se unió sin reservas a la invocación del artículo 5 del Tratado de la OTAN", en alusión al texto de la Alianza Atlántica que establece la respuesta de todos los socios ante un ataque contra uno de ellos, en este caso EEUU.
En efecto, la OTAN recurrió en octubre de 2001 al artículo 5 para dar cobertura legal a la guerra de Afganistán. Era la primera vez en la historia de la Alianza Atlántica que se invocaba dicho texto con el fin de dar amparo a una intervención militar en el extranjero.
"España ha sido líder en la UE en la defensa de medidas antiterroristas más estrictas", destacaba el documento del Departamento de Estado de diciembre de 2001, en el que se remarcaba precisamente que el Gobierno de Aznar "ha hecho de la lucha antiterrorista su prioridad número uno" de cara al periodo de presidencia española del Consejo de la UE que se desarrollaría de enero a junio de 2002.
"España fue uno de los principales impulsores de que la UE aprobara una definición común de terrorismo en su cumbre de diciembre de 2001. También está tomando medidas decisivas para que el Poder Ejecutivo pueda congelar los activos de los terroristas o de quienes los apoyan", añadía el informe.
El Departamento de Estado aplaudía la decisión de Aznar de involucrarse a fondo en el nuevo escenario bélico impulsado por Washington. "Desde el 11 de septiembre –comentaban los autores del documento–, España ha proporcionado a Estados Unidos una cooperación sin precedentes en materia policial, judicial y de inteligencia en la lucha contra el terrorismo".
Lucha contra ETA
En realidad, el "apoyo uniforme" de Aznar a esa guerra contra el terror llevaba implícito un objetivo interno para La Moncloa: conseguir que EEUU otorgase su plena colaboración a la lucha contra ETA, lo que en ese momento incluía también la persecución e ilegalización de distintas organizaciones de la izquierda abertzale.
"Desde el 11 de septiembre y la formación de la coalición mundial contra el terrorismo, España se ha sentido menos aislada en su lucha. Los españoles se sienten alentados por el hecho de que el compromiso adquirido tras el 11 de septiembre se está traduciendo en mejoras significativas en la cooperación policial y jurídica internacional contra el terrorismo, incluida la lucha contra ETA", explicaban los funcionarios estadounidenses.
No en vano, remarcaban que la "cooperación antiterrorista con EEUU" se había "acelerado" tras los ataques a las Torres Gemelas. A modo de ejemplo, el documento subrayaba que la "lucha contra el terrorismo" había sido un "tema central" en la reunión que Aznar y Bush habían mantenido en Washington el 28 de noviembre de 2001, así como durante la "visita del vicepresidente español Rajoy a Estados Unidos en octubre" de ese mismo año.
Cooperación "contraterrorista"
Esa creciente "cooperación hispano-estadounidense en materia de contraterrorismo" también estuvo sobre la mesa durante los encuentros entre miembros del Gobierno español y el fiscal general de EEUU, John Ashcroft, quien en diciembre de 2001 había aterrizado en Madrid. En 2008, ya sin responsabilidades oficiales, Ashcroft llegó a justificar en el Congreso estadounidense los métodos de tortura aplicados por la CIA contra prisioneros extranjeros en el marco de aquella "lucha global contra el terror".
Los fuertes vínculos entre las administraciones de Aznar y Bush depararon otros encuentros en la capital española. "El subsecretario del tesoro [Jimmy] Gurulé también visitó Madrid en diciembre [de 2001] para profundizar en la cooperación sobre los controles financieros contra los grupos terroristas. España ha solicitado específicamente la ayuda de EEUU para proporcionar información sobre ETA y su red", añadía el documento del Departamento de Estado.
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