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España dio una autorización total a Bush para que usara las bases de Rota y Morón en las guerras de Afganistán e Irak
Documentos desclasificados del Departamento de Estado de EEUU acreditan que Aznar y Zapatero otorgaron permiso al país norteamericano para utilizar a discreción las instalaciones españolas durante "la guerra contra el terror", incluso una vez retiradas las tropas españolas de Irak. Expertos critican el "servilismo" de los gobiernos de PP y PSOE hacia Washington.
Bilbao-Actualizado a
Las operaciones militares de Estados Unidos en Afganistán e Irak contaron con un indiscutible apoyo español. Éste no siempre fue de carácter público, ni tampoco ha habido informes oficiales que permitan conocer su verdadero alcance. Pero más allá de esas trabas y silencios, en la base de datos del Departamento de Estado de EEUU existen documentos en los que se describe hasta qué punto llegó esa colaboración: según distintos memorandos desclasificados a los que Público ha accedido, los aviones estadounidenses que participaron en las "operaciones" en ambos países tenían la aprobación de España para despegar desde las bases de Morón (Sevilla) y Rota (Cádiz).
Así, en un documento de comienzos de 2006, el Departamento de Estado señalaba que la "cooperación estrecha" (...) "ha tomado la forma de una autorización de vuelo general para las fuerzas estadounidenses que transitan por el espacio aéreo español y el pleno acceso a las bases militares españolas de Rota y Morón, incluso para las fuerzas destinadas a operaciones en Afganistán".
Precisamente este jueves llega a su fin de manera formal la participación española en la misión Resolute Support (Apoyo Decidido), llevada a cabo en Afganistán desde 2014. Antes España había formado parte de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF, por sus siglas en inglés), puesta en marcha a finales de 2001 para apoyar el Gobierno provisional de Afganistán. Aquella iniciativa militarista fue lanzada por EEUU al calor de su "guerra global contra el terrorismo" tras los ataques contra las Torres Gemelas en septiembre de ese año.
Una "guerra global" que a partir de 2003 incluyó al Irak de Sadam Husein en lo que fue una contienda ilegítima, construida artificialmente a partir de unas supuestas armas de destrucción masiva que, según George W. Bush —apoyado por Tony Blair y José María Aznar—, se escondían en la antigua Mesopotamia y que nunca fueron halladas. Se calcula que la intervención militar en ese país dejó como saldo más de 200.000 civiles muertos.
Recién llegado a la Moncloa, en abril de 2004, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero hizo público que retiraría las tropas de Irak, pero que las mantendría en Afganistán para tareas humanitarias. Treinta y tres días después de su anuncio, no quedaba ni un soldado español en el país de Sadam. La decisión de Zapatero afectó negativamente a las relaciones de España con el Gobierno de Bush. Sin embargo, Madrid y Washington mantendrían otro cauce de colaboración que se demostraría inmune a cualquier crisis: las bases andaluzas de Morón y Rota, controladas plenamente por EEUU.
"Las relaciones político-militares se han mantenido muy sólidas a pesar del cambio de gobierno", señalaba un memorándum sobre la conexión entre EEUU y España elaborado por el Departamento de Estado en febrero de 2006. Allí se indicaba que Zapatero quería "reparar las relaciones con Estados Unidos", las cuales se habían visto "dañadas por su repentina y mal coordinada retirada de las tropas españolas de Irak".
En esa línea, el Gobierno de Bush afirmaba que en ese momento había "más de 2.500 militares estadounidenses en servicio activo en la Base Naval de Rota y en la Base Aérea de Morón". Si se contabilizaba a los civiles que prestaban funciones en ambos complejos, "la presencia norteamericana en las bases españolas superaba los 5.000 efectivos".
Tras realizar esa descripción, el Ejecutivo norteamericano subrayaba que "el Gobierno de Zapatero ha seguido proporcionando un amplio acceso a ambas bases a las fuerzas estadounidenses, incluyendo autorizaciones de vuelo para operaciones en Irak", que se habrían producido, según se desprende de los documentos desclasificados, dos años después de la retirada de las tropas españolas.
En tal sentido, EEUU destacaba que el Gobierno de Zapatero enmarcaba el "acceso al espacio aéreo español para los aviones estadounidenses en apoyo de las operaciones en Afganistán e Irak como una de sus principales contribuciones a la Guerra Global contra el Terrorismo", un concepto empleado por la Administración Bush para justificar sus intervenciones en el exterior.
En un informe posterior, el Gobierno estadounidense indicó que 4.000 aviones militares y 120 buques de guerra estadounidenses "transitan por estas bases cada año", al tiempo que resaltaba la situación geográfica de ambas instalaciones, "a medio camino entre Estados Unidos y Afganistán/Irak".
Como si fueran propias
Las alusiones a esos permisos otorgados a EEUU para utilizar las bases de Morón y Rota durante las guerras de Afganistán e Irak son citadas en varias ocasiones en otros documentos del Departamento de Estado consultados por Público. Pero también hubo referencias a este asunto en los denominados "cables de Wikileaks", aunque sin llegar a especificarse que se trataba de una "autorización" expresa, ni que ésta tenía que ver concretamente con la guerra en Afganistán.
Según publicó el digital Genbeta, en agosto de 2005, el entonces ministro de Defensa, José Bono, había transmitido al embajador de EEUU en España en aquel momento, Eduardo Aguirre, que "el libre acceso del Gobierno de los Estados Unidos a la bases de Rota y Morón" era un "símbolo del compromiso" de Madrid a la hora de "cooperar" con Washington. De acuerdo a ese cable firmado por Aguirre, Bono llegó a afirmar que la Administración estadounidense "podría operar desde ambas bases como si fueran propias".
Ese modo de "colaboración" con EEUU en el marco de sus guerras en Afganistán e Irak ya había sido puesto en práctica por el Gobierno de José María Aznar. En el libro Nuevas guerras, vieja propaganda (publicado en 2005), Alejandro Pizarroso Quintero, catedrático de Periodismo en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, señala que el Ejecutivo de entonces "permitió la entrada de 38 buques en la base naval de Rota y la escala en las bases de Morón (Sevilla) y Rota de más de 480 aeronaves estadounidenses durante el período de ataques aéreos sobre Afganistán".
Servilismo
"La facilitación de esas bases es solo una de las maneras de participación española en aquellas guerras", afirma a Público Alejandro Pozo, investigador del Centro Delàs de Estudios por la Paz y autor de varios estudios al respecto. Con estos datos sobre la mesa, considera que, respecto a la participación de España en las guerras en Afganistán e Irak ,"no se ha sido honesto con la ciudadanía".
"Podemos debatir sobre las motivaciones de fondo y los detalles de las distintas operaciones militares, y adentrarnos en razonamientos geopolíticos, de relaciones internacionales, de compromisos con aliados militares o incluso de presiones domésticas, pero no parece serio defender que lo que hizo España en esos dos países fue proporcionar asistencia humanitaria", sostiene Pozo, quien destaca precisamente que "la actitud, no solamente acrítica, sino también de servilismo" por parte de España y otros aliados de EEUU "facilitó las guerras".
Aquella "colaboración" de los gobiernos españoles con la Casa Blanca fue de ida y vuelta: según distintos documentos, la CIA utilizó aeropuertos españoles para el traslado ilegal de prisioneros hacia Guantánamo. Amnistía Internacional denunció en un informe que entre 2002 y 2007 más de 200 personas que acabaron en ese centro de torturas habían pasado previamente por España. Las bases de Rota y Morón también formaron parte del macabro circuito.
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