Listas de espera que se duplican en 15 años y una Atención Primaria que se desangra: la radiografía de la sanidad pública
En más de una década, el tiempo de espera de los pacientes ha pasado de menos de dos meses a más de tres meses para ser operados o consultar a un especialista.
La Atención Primaria sigue acumulando retrasos que no se han logrado reducir a los niveles previos a la pandemia.

Madrid--Actualizado a
Ni uno, ni dos, ni tres. La espera media para ver al médico de cabecera en España roza los nueve días. Y esto solo es el principio. Conseguir una primera consulta hospitalaria exige, de media, 105 días de paciencia, y entrar a quirófano para una operación programada implica esperar 126 días. La cosa no termina aquí. Si se echa la vista hacia atrás... Spoiler: las listas de espera hospitalarias casi se han duplicado desde 2010 y los retrasos en Atención Primaria (AP) se han cronificado.
Los números no engañan. Basta con tener controlados los Informes Nacionales de listas de espera (SISLE-SNS) y los Informes Anuales del Sistema Nacional de Salud (SNS) que publica el Ministerio de Sanidad para tomar el pulso al sistema. Estos documentos ofrecen una radiografía del estado de salud de la población y del funcionamiento de los servicios sanitarios. Público ha revisado uno por uno todos los informes desde 2010 para analizar cómo han cambiado —y cuánto se han agravado— las listas de espera en la sanidad española.
¿La conclusión? El patrón se repite año tras año y la cronificación de las demoras se ha instalado como norma en el sistema. Cada informe anual del SNS incluye un capítulo específico titulado "Sistema sanitario / Atención sanitaria / Tiempos de espera" que permite seguir con lupa la evolución de las listas. El documento diferencia entre lista de espera quirúrgica —número de pacientes, tasa por 1.000 habitantes, tiempo medio y porcentaje que supera los seis meses— y lista de espera para consultas externas, es decir, para la primera cita con un especialista. En cuanto a los días de espera en Atención Primaria, estos no se obtienen por la misma vía, sino a través del Barómetro Sanitario, una encuesta anual de opinión elaborada por el departamento de Mónica García. El informe anual del SNS integra esos datos como referencia. También conviene tener en cuenta que la espera media en días en AP solo se publica de forma homogénea desde 2018; en los años anteriores se preguntaba por tramos de demora, no por un promedio exacto.
En 2010, los pacientes esperaban algo menos de dos meses tanto para operarse como para ser atendidos por un especialista
A 31 de diciembre de 2010, según el informe nacional SISLE-SNS, el tiempo medio de espera para una cirugía programada era de 65 días, mientras que para una primera consulta especializada con un especialista se situaba en 53 días. Es decir, los pacientes esperaban algo menos de dos meses tanto para operarse como para ser atendidos por un especialista. 14 años después, la situación ha empeorado. El último informe de listas de espera, a 31 de diciembre de 2024, muestra que 846.583 pacientes permanecían en espera estructural para una cirugía programada en todo el SNS, con un tiempo medio de espera de 126 días, prácticamente el doble que en 2010. En el caso de las consultas externas, la tasa de pacientes en espera estructural era de 83,21 por 1.000 habitantes, con un tiempo medio de espera de 105 días. En más de una década, los pacientes han pasado de esperar menos de dos meses a más de tres meses para operarse y ver a un especialista.
Entre 2010 y 2013, los tiempos de espera comenzaron a subir, en un contexto marcado por los recortes presupuestarios y el aumento de la demanda sanitaria. Entre 2014 y 2019, antes de la pandemia, la demora quirúrgica superaba los dos meses, alcanzando 121 días en diciembre de 2019, mientras que la espera para una consulta especializada llegaba a 88 días. La irrupción de la covid-19 entre 2020 y 2021 provocó picos históricos: en junio de 2020, la cirugía programada llegó a 170 días de media, y en diciembre de 2020, las consultas externas promediaron 115 días, como consecuencia del parón de la actividad hospitalaria. Entre 2022 y 2024, los tiempos de espera descendieron ligeramente respecto a los máximos de la pandemia, pero no se recuperaron los niveles de 2010.
En AP, la espera para una cita sigue siendo un desafío. De acuerdo con el Barómetro Sanitario 2024, solo el 22,3% de los pacientes que solicitaron cita fueron atendidos el mismo día o al siguiente. Para el resto, la demora media se situó en 8,7 días, una ligera mejora frente a los 9,1 días de 2023, pero todavía muy lejos de los niveles de accesibilidad previos a la pandemia. Los barómetros muestran que ya entre 2010 y 2019 había problemas de acceso, con muchas personas esperando más de dos o tres días para ser atendidas. Tras la pandemia, entre 2022 y 2024, la demora media se mantuvo por encima de la semana. Estos datos evidencian que la AP sigue consolidando retrasos que no se han logrado reducir a los niveles precovid.
Los recortes y la pandemia marcan la espera
¿Cuál es la explicación de todo esto? Manuel Martín, presidente de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP), analiza para Público los factores detrás del aumento de las listas de espera. A su juicio, la semilla del problema se plantó con los recortes de 2008, cuando las políticas de reducción del gasto, impulsadas por el Gobierno de Mariano Rajoy, golpearon al sistema sanitario público. "Se redujeron drásticamente los profesionales de AP, aprovechando jubilaciones sin sustituirlas", explica. A esto, añade, se suma el impacto de la covid-19, que paralizó gran parte de la actividad hospitalaria entre 2019 y 2021. "Cuando los hospitales se concentraron en atender la pandemia, se generó un ingente aumento de las listas de espera. A pesar de los anuncios de medidas posteriores, la realidad es que nunca se materializaron", confiesa. Martín recrimina que los fondos europeos Next Generation se destinaron principalmente a tecnología, "dejando de lado la atención directa al paciente".
Manuel Martín, presidente de la FADSP: "Muchos hospitales públicos operan a medio gas, a diferencia de los privados"
Otro ingrediente que, según el portavoz, limita la capacidad de los hospitales públicos, es que muchas instalaciones operan "a medio gas", funcionando solo durante la mitad del día, a diferencia de los hospitales privados, lo que retrasa consultas, pruebas diagnósticas y cirugías. Para más inri, apunta a un "problema de incentivos perversos": "Permitir que médicos de hospitales públicos trabajen en el sector privado puede generar listas de espera en el ámbito público, de las que luego se benefician económicamente en centros concertados o a través de peonadas (horas extras acumuladas para aliviar la espera)". "Todos estos factores juntos explican por qué, a día de hoy, las listas de espera siguen disparadas", concluye.
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