Vivalto Santé compró en 2022 el grupo español Ribera Salud, el creador de un controvertido modelo de gestión sanitaria público-privada que incluye el Hospital de Torrejón en Madrid. Es el tercer grupo de la sanidad privada francesa por su facturación y el cuarto propietario de Ribera Salud, que primero fue de Bancaja y la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), y después de Bankia y Banco Sabadell, para pasar más tarde a manos de la multinacional estadounidense Centene Corporation. En realidad, lo que compró Vivalto Santé fue Primero Salud SLU, la matriz del grupo nacido en Valencia en 1997. Hoy, los franceses controlan Ribera Salud a través de una sociedad llamada Vivalto Santé España SL que, a su vez, es propiedad en un 74,99% de otra francesa, Vivalo Santé Investissement SA y ésta depende de la matriz, Vivalto Santé Holding 3 SAS.

Aunque el juego de muñecas rusas no acaba ahí: Vivalto Partners SAS es el nombre de la sociedad que el fundador del grupo, Daniel Caille, creó en 2021 para gestionar lo que se ha convertido en un gigante con 105 hospitales y clínicas repartidas en seis países europeos y donde trabajan más de 20.000 personas. A esta sociedad de gestión le acompañan en el capital otros importantes actores corporativos, desde firmas de inversión especializadas hasta un fondo soberano extranjero, pasando por una mutua sanitaria francesa y bancos públicos y privados.

Es el caso de Arkea Capital, filial de capital riesgo del grupo financiero francés Crédit Mutuel Arkéa, que se dedica a invertir en empresas no cotizadas. O de IK Partners, nacido en Suecia y con inversiones no sólo en Francia, sino también en Alemania, Austria y Suiza, además de los países nórdicos, Reino Unido y el Benelux. Hayfin es un gestor de activos británico. MACSF, la mutua de los profesionales sanitarios de Francia, tiene el 8,8% del capital de Vivalto. Incluso el fondo soberano de Abu Dabi, Mubadala –el mismo que compró la española Cepsa–, ha puesto dinero en el grupo francés. Hasta diciembre de 2024 su representante en el comité estratégico de Vivalto era el español Andrés Ródenas de la Vega, director ejecutivo del fondo emiratí en Francia.

Finalmente, también figuran en el capital de Vivalto dos bancos franceses: BNP, a través de su filial BNP Paribas Développement, que se especializa en invertir en pymes, y Socadif, un pool de inversores de Crédit Agricole. Y uno público, BPIFrance Investissement, el brazo inversor del ICO francés.

En España, Primero Salud SL se compone de otras dos sociedades principales: Ribera Salud SAU, que gestiona las concesiones de hospitales en la Comunidad Valenciana y Galicia, y Torrejón Salud SA, al cargo del hospital donde el consejero delegado del grupo, Pablo Gallart, instó a sus directivos a reducir operaciones y rechazar pacientes, para aumentar la lista de espera y aumentar los beneficios. Ribera Salud SAU es propiedad de Vivalto al 100%, pero hasta el pasado 1 de agosto sólo tenía el 89,47% de Torrejón Salud SA. El accionista minoritario era Concessia (Cartera y Gestión de Infraestructuras SA), que también forma parte de la sociedad al cargo de otro hospital en concesión administrativa, el Hospital Universitario de Burgos. Participada por Caixabank, BBVA, Sabadell, Kutxabank, Ibercaja, incluye igualmente a Hill International, la tercera mayor empresa de gestión de proyectos y construcción de Estados Unidos.

Litigio con el exaccionista minoritario del hospital

Desde 2022 las relaciones de Ribera Salud con Concessia atravesaron sus peores momentos. En enero de 2023 el accionista minoritario presentó una demanda judicial para recuperar 13 millones de euros de un préstamo de 123,9 millones que había concedido en 2011 a Torrejón Salud junto con Primero Salud SL, la matriz. Torrejón Salud presentó un plan de reestructuración de esa deuda en marzo de ese año, que fue homologado por el Juzgado de lo Mercantil número 13 de Madrid. A Concessia no le convencían sus condiciones y presentó un recurso. En mayo de 2024 la Audiencia Provincial de Madrid volvió a homologar el plan, que amplía el plazo de amortización hasta 2039, el año en que termina la concesión administrativa. Además, parte de ese préstamo –41,45 millones de euros– se convierte en un préstamo participativo, en el que se vincula el interés a la evolución de la actividad de la empresa, a sus beneficios o cifra de negocio, por ejemplo. Al cierre de 2023, Torrejón Salud SA reconocía un patrimonio negativo de 43,3 millones de euros por culpa de las pérdidas acumuladas.

De hecho, los resultados económicos del Hospital de Torrejón no habrán contentado a ninguno de sus accionistas: desde 2022 suma pérdidas de 76,45 millones de euros, según se puede comprobar en las cuentas que ha depositado su sociedad gestora en el Registro Mercantil. En el informe de gestión, admite que esos "significativos" números rojos han "deteriorado su situación patrimonial". Por lo que el consejo de administración aprobó el 15 de enero de este año "la apertura de negociaciones con sus acreedores al amparo de la Ley Concursal" para buscar otro plan de reestructuración. Al tiempo, comenzó a negociar también con el Servicio Madrileño de Salud (Sermas) para solicitar un "reequilibrio" económico de la concesión. Las conversaciones con los acreedores tenían tres meses de plazo, hasta abril, pero tuvieron que prorrogarse hasta julio. Entonces sí se consiguió un acuerdo, según responde a preguntas de Público un portavoz de Ribera Salud, que por el contrario no ha dado detalles sobre el contenido del pacto alcanzado. Pero a costa de la salida del accionariado de Concessia, que le vendió su 10,53% a Primero Salud, la matriz de Ribera Salud. La operación se inscribió en el Registro Mercantil el 1 de agosto. El Hospital de Torrejón evitó así, al menos de momento, el concurso de acreedores.