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Los 33 días que forzaron a Pablo Casado a votar a su sustituto al frente del PP
El 16 de febrero salió a la luz el presunto espionaje a Díaz Ayuso y el 21 de marzo los afiliados del Partido Popular han votado a Alberto Núñez Feijóo como presidente del partido. Casado sigue a los mandos de Génova hasta el congreso extraordinario.
Como uno más de los 42.000 afiliados del PP que se inscribieron para respaldar a Alberto Núñez Feijóo en las urnas, entre las 11 y las 12 del mediodía de este lunes, Pablo Casado acudió a votar a la sede nacional del partido de la calle Génova. En la imagen que acompaña esta información se puede ver el momento en el que el todavía presidente del PP depositaba una papeleta que solo puede contener tres cosas: un voto nulo, un voto en blanco o un voto para que Alberto Núñez Feijóo presida el partido.
Con los más de 55.000 avales que presentó junto a su candidatura el peregrinaje a las urnas no era necesario, pero el político gallego quiere demostrar su absoluta legitimidad para tomar las riendas de Génova en el próximo congreso extraordinario de Sevilla y pidió que los afiliados también le votasen. Su coronación será unánime.
En poco más de un mes y unas horas el principal partido de la oposición en España tiene a un presidente saliente defenestrado rendido ante un presidente entrante aclamado. Esto es todo lo que ha ocurrido en el PP en los últimos 33 días.
El miércoles 16 de febrero, pasadas las nueve de la noche, el diario El Confidencial publicaba que la cúpula nacional del Partido Popular había supuestamente contactado con un detective privado para espiar a Isabel Díaz Ayuso y a su entorno. El hombre a los mandos de esa investigación extra oficial era la mano derecha de Almeida, Ángel Carromero, que dimitió un día después, y el objeto era un contrato de 1,5 millones de euros por 250.000 mascarillas entre la Comunidad de Madrid y una empresa propiedad de un amigo de la familia de la presidenta del que su hermano obtuvo 227.150 euros de beneficio como intermediario. Esto se confirmó ocho días después.
En el PP nadie miró al contrato y todos miraron a Pablo Casado. Díaz Ayuso se enfrentó públicamente a Génova: "Nunca pude imaginar que la dirección nacional de mi partido iba a actuar de un modo tan cruel e injusto contra mí". Y Casado, en un primer momento, pareció que aceptaba el pulso: "La cuestión es si cuando morían 700 personas al día se puede contratar con tu hermana y recibir 286.000 euros".
Pero un día después, el sábado 19 de febrero, Pablo Casado dio un paso atrás, le ofreció un acuerdo de paz a Ayuso y ella lo rechazó. El domingo 20 de febrero más de 3.000 personas se manifestaron frente a la sede del Partido Popular para pedir la dimisión de Pablo Casado y de su secretario general, Teodoro García Egea. Esas imágenes terminaron de desatar la tormenta y el aparato territorial del partido se puso en marcha para echar a Casado. Lo consiguieron en solo tres días más.
El lunes 21 Casado se reunió con su núcleo duro en el comité de dirección del PP. Ese día comenzaron a darle la espalda algunos de sus más fieles colaboradores pero lo peor vendría al día siguiente, el martes 22, cuando el Grupo Parlamentario Popular le dio completamente la espalda y pidió la celebración de un congreso extraordinario. Pero el todavía presidente del partido resistía y no fue hasta el miércoles 23 de febrero cuando los barones del partido, convocados a capítulo en Génova, le señalaron en bloque la puerta de salida.
La reunión más difícil de Casado terminó más allá de la una de la madrugada con la decisión de convocar un congreso extraordinario para elegir al próximo presidente del PP, cuyo nombre ya estaba claro entonces. Alberto Núñez Feijóo era la única, y la "mejor", solución posible para los populares y así se lo dijeron también a Pablo Casado. Tenía que irse para dar paso al presidente de la Xunta. Tanto es así que hasta el propio Casado terminó pidiéndole a Feijóo que tomara las riendas. Silencio absoluto en el partido sobre el contrato millonario firmado por la Comunidad de Madrid, por vía de emergencia, que benefició al entorno de Isabel Díaz Ayuso. Había pasado solo una semana.
La noche del 23 de febrero el Partido Popular dio por iniciada la 'era Feijóo', aunque el político gallego se dejó querer y cuidó los tiempos. El 1 de marzo se celebró la Junta Directiva Nacional y Pablo Casado se despidió así: "Lamento todo lo que haya hecho mal y la reacción que he tenido que sufrir, inédita en la historia democrática, que no merezco". Al día siguiente, el miércoles 2 de marzo, Alberto Núñez Feijóo anunció su candidatura a presidir el PP.
En menos de dos semanas, el 1 de abril, el político gallego se convertirá en el presidente del PP con más respaldos en la historia del partido. Una hazaña que ya había conseguido con los más de 55 mil avales que acompañaron su candidatura pero que no consideró suficiente y pidió al Comité Organizador del Congreso que la militancia le votase para tener la misma legitimidad que su predecesor.
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