Público
Público

Abascal busca la pelea con Feijóo

Fuego abierto de Vox contra el PP. Los populares ven a la "desnortada" y sin proyecto político, pero mantienen blindados todos sus gobiernos con ellos.

Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal, en una imagen de archivo. Rodrigo Jiménez/EFE
Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal, en una imagen de archivo. Rodrigo Jiménez/EFE.

"Feliz año de pelea". Así dio Santiago Abascal la bienvenida al 2024, deseando —y pidiendo a los suyos— "pelea" y "reconquista". Pero, ¿pelear contra quién y reconquistar el qué? La extrema derecha se revuelve contra el Gobierno, sí, pero no hay en ello un ápice de novedad. Sí la hay, en cambio, en su fuego abierto contra el Partido Popular, a quienes ahora llaman "los de Génova".

Vox lleva días saltando al cuello del PP: primero, por el acuerdo alcanzado entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo para reformar el art.49 de la Constitución eliminando el término "disminuidos", así como la predisposición a renovar el CGPJ con la Comisión Europea como mediadora; después, por asumir su mano dura contra el independentismo —promoviendo un endurecimiento penal muy similar al que defiende Vox desde sus orígenes— el mismo día en el que salía a la luz su intento de negociación con Junts de cara a la investidura fallida de Feijóo; y por último, por votar a favor de la reprobación de Javier Ortega Smith en el Ayuntamiento de Madrid. Cada día, Vox encuentra un motivo para forzar el choque contra el PP.

"Pide ilegalizarlos (refiriéndose a las formaciones independentistas) después de negociar con ellos y después de votar en contra de todas las propuestas de Vox para ilegalizarlos. Increíble, pero cierto", escribió el miércoles Abascal en redes sociales. Y desde la cuenta del partido también atacaban al PP: "El día que sale a la luz la turbia negociación con Junts, el PP dice que hay que "disolver" a los partidos separatistas… será porque no consiguió sus votos. ¿A quién pretenden engañar?", lanzaron.

Desde Génova intentan sacudirse, con dificultades, de ambas acusaciones. El portavoz del PP en el Congreso, Miguel Tellado, defendió este miércoles que su propuesta no copia a la de Vox porque "Vox defiende ejecutar la Ley de Partidos" para ilegalizar partidos políticos que el PP quiere "tipificar actos delictivos en el Código Penal". "No se puede perseguir a un partido por sus ideas, pero sí por los actos delictivos que cometen. Y esa es la gran diferencia", dijo.

En cuanto a su intento de acercamiento a Junts, en el PP se resisten a reconocer siquiera una intención de hablar y negociar con la formación independentista durante los meses de agosto y septiembre. "Fue solo un café", repiten después de que Daniel Sirera, del PP catalán, admitiera que se vio con dos dirigentes de la órbita de Carles Puigdemont en un hotel de Barcelona en el mes de agosto.

Pero Vox ha visto una grieta por la que recuperar un espacio en la derecha con el que se ha hecho el PP en el último año, sobre todo a raíz de su importante crisis interna y de la ofensiva contra la amnistía, liderada en la calle por los Feijóo. Tras un ciclo electoral en el que PP y Vox sellaron pactos de gobierno por todo el país aspirando a poder gobernar juntos a nivel nacional, la extrema derecha vuelve a la casilla de salida en su estrategia: cargar contra el PP como un actor más del bipartidismo y erigirse como única opción de cambio.

Cabreo en tres actos

Y el último movimiento de los populares que ha cabreado a los de Abascal ha sido la reprobación de Ortega Smith en el Ayuntamiento de Madrid por agredir al concejal de Más Madrid Eduardo Fernández Rubiño. El PP votó a favor y el alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida, volvió a exigir la dimisión del portavoz de la misma formación ultra que hace cinco años le abrió las puertas de Cibeles por primera vez.

Además de todos los ataques que el portavoz de Vox le profirió a Almeida durante el Pleno de su reprobación que se celebró este jueves —el grueso de su intervención consistió en repetir que Almeida no estaba "capacitado" para gobernar el consistorio—, Abascal salió en su defensa atacando así al alcalde de la capital y a la dirección nacional del partido: "El señor Almeida trata de hacer méritos ante la nueva dirección popular. Quizá para hacerse perdonar operaciones pasadas, de detectives contra compañeros de partido, o para que los madrileños olviden su estafa en la promesa de abolir el Madrid central", escribió en redes sociales.

La "nueva etapa de entendimiento" que Feijóo y Abascal inauguraron a las puertas de la investidura fallida del presidente del PP ha terminado. Los populares, despreocupados, ven a Vox "desnortado" y sin proyecto político, pero mantienen blindados todos sus gobiernos con ellos. 

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias