Este artículo se publicó hace 2 años.
Antimilitaristas se tiñen de pintura roja frente al BBVA en Bilbao para denunciar la financiación de la industria militar
Integrantes del Movimiento de Objeción de Conciencia de Euskadi (KEM-MOC) realizan una acción simbólica frente a las oficinas de esta entidad bancaria, a la que acusan de destinar más de 4.400 millones de euros a empresas del ámbito militar.
Bilbao-Actualizado a
Traje, maletín y rostros serios. Cuando los dos militantes del Movimiento de Objeción de Conciencia (KEM-MOC) cruzaron la Gran Vía de Bilbao, nadie hubiese dicho que se trataba, precisamente, de antimilitaristas a punto de protestar contra el dinero que recibe la industria militar para financiar sus proyectos armamentísticos. La sorpresa de los transeúntes llegaría unos 15 segundos después.
Todo fue muy rápido. La mujer y el hombre de trajes negros y maletines a juego se detuvieron frente a la puerta de las oficinas del BBVA en Bilbao, un viejo edificio situado en el corazón de la capital vizcaína. Junto a ellos aparecieron otros militantes antimilitaristas con una pancarta que decía en euskera "Los beneficios del BBVA están empapados de sangre", junto a otra frase en castellano: "La guerra empieza aquí".
En ese preciso instante, los dos activistas de traje alzaron sus maletines, los colocaron sobre sus cabezas y los abrieron. Entonces la pintura roja cayó sobre sus rostros. "Esta pintura representa las dramáticas consecuencias que para un gran número de personas tienen las actividades en las que este banco está involucrado", señala un comunicado repartido por el KEM-MOC entre los transeúntes que sobre las 11.00 de la mañana pasaban por ese punto céntrico de Bilbao.
El acto ha tenido lugar un día después de la Junta de Accionistas del BBVA. Precisamente, el grupo antimilitarista ha realizado esta acción para denunciar que este banco "ha destinado al menos 4.450 millones de euros en los últimos años a la financiación de la industria armamentística".
En concreto, sostienen que "son exponentes de esta industria General Dynamics, Leonardo, Indra, Airbs, Aecom, Honeywel, Navantia o Maxam, que producen equipamiento militar".
Con la invasión de Ucrania por parte de Rusia de fondo, KEM-MOC ha advertido que "la guerra es un crimen contra la humanidad que, además de provocar el sufrimiento de personas que poco o nada tienen que ver con las causas e intereses que la g as generan, suponen una violación flagrante de los derechos humanos y fuerzan el desplazamiento de millones de ellas".
Despilfarro en guerras
En tal sentido, los antimilitaristas subrayan que "los conflictos bélicos, como el de Ucrania y otros muchos que no tienen tanto eco mediático, son la principal causa de las migraciones forzadas". "Cada euro que se despilfarra en las guerras se detrae de necesidades sociales inmediatas como la sanidad, la educación o los servicios sociales", remarcó el grupo.
A las puertas del BBVA, señalaron que "son muchos los bancos que participan en el negocio de la guerra, aunque existen alternativas, hoy en día muy extendidas, como la banca ética".
En ocasiones anteriores, el BBVA aseguró sobre su vinculación con la industria armamentística que sus "normas sectoriales para la debida diligencia ambiental y social", prohíben cualquier relación con empresas sobre las que exista "evidencia creíble" de actuar contra los derechos humanos.
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