Este artículo se publicó hace 2 años.
Las bases de Junts avalan que la formación salga del Govern con un 55% de los votos
El "no'" a seguir en el Ejecutivo de Pere Aragonès se ha impuesto con el 55,73% de los votos, más de 13 puntos más de los obtenidos a favor de mantenerse en la Generalitat. La consulta ha tenido una participación de casi el 80% de los afiliados.
Barcelona-Actualizado a
Junts saldrá del Govern. Después de casi año y medio, el Ejecutivo presidido por Pere Aragonès pierde a uno de sus dos socios, por lo que ERC gobernará en solitario. Así lo ha decidido la militancia de Junts, que ha avalado de forma clara la opción de dejar la Generalitat en una consulta interna marcada por una elevada participación, del 79,18% de los afiliados (5.119). En concreto, el 55,73% de los votantes (2.853) han optado por el "no" a seguir en el Govern mientras que el 42,39% (2.170) se han decantado por el "sí" y el 1,88% ha votado en blanco.
La consulta estaba dirigida a los 6.465 afiliados de la formación, que debían responder a la pregunta: "¿Quieres que Junts siga formando parte del actual Govern de la Generalidad de Catalunya?". La votación arrancó a las 00.00 horas del jueves y ha terminado a las 17 horas de este viernes.
El resultado supone que se han impuesto los sectores partidarios de la ruptura, liderados por la presidenta de Junts, Laura Borràs, y el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont. Otros cargos destacados que habían apostado por el "no" eran el portavoz del partido, Josep Rius, la consejera de Universidades, Gemma Geis, los diputados Jaume Alonso-Cuevillas, Joan Canadell, Francisco de Dalmases y Aurora Madaula o la alcaldesa de Girona , Marta Madrenas. El entorno de Puigdemont se ha volcado mayoritariamente en la ruptura con ERC.
En cambio, buena parte de los consellers de Junts defendían seguir dentro del Govern, como Jaume Giró, Violant Cervera, Victoria Alsina y Lourdes Ciuró, así como el expresident de la Generalitat Artur Mas o el exalcalde de Barcelona Xavier Trias. También numerosos alcaldes se habían pronunciado a favor del "sí", pero el resultado evidencia que las bases han preferido la línea de Borràs y Puigdemont. Quien no se ha mojado públicamente es el secretario general, Jordi Turull.
Borràs: "Junts gana, Pere Aragonès pierde"
Tras anunciar los resultados de la consulta, Junts per Catalunya ha reunido a su ejecutiva durante poco más de una hora y posteriormente han comparecido en rueda de prensa sus dos principales dirigentes, Laura Borràs y Jordi Turull, presidenta y secretario general, respectivamente. Ambos han celebrado la elevada participación de la votación y han sido muy duros con el president del Govern, Pere Aragonès, a quien han acusado reiteradamente de "no cumplir" el acuerdo que permitió su investidura, en mayo del año pasado.
"El ganador de la consulta es Junts per Catalunya, salimos más fuertes como partido porque renovamos la democracia interna", ha proclamado Borràs, para quien "si Junts gana, Pere Aragonès pierde", para añadir que "pensábamos que sería capaz de liderar un gobierno de coalición, no ha sido así". La líder de Junts también ha afirmado sobre el president de la Generalitat que "quizás debería someterse a una consulta en el Parlament, porque su legitimidad democrática ha quedado en entredicho, solo le quedan 33 apoyos, cuando tenía 74 en la investidura".
Borràs: "Salimos más fuertes como partido porque renovamos la democracia interna"
Borràs también ha detallado que "salimos porque no se estaba cumpliendo el acuerdo de gobierno" y ha recordado que ya a finales de agosto el partido presentó una auditoría en la que constataba que "en el eje nacional no se había avanzado nada". Además, ha recalcado que "no nos hemos sentido escuchados por el president de la Generalitat". Aparte de asegurar que a partir de ahora Junts hará una "oposición firme", Borràs considera que el de Pere Aragonès es un "gobierno fracasado" y lo ha rematado diciendo que "ha perdido la legitimidad democrática y ha priorizado acuerdos con el PSOE en vez de los acuerdos que permitieron iniciar la legislatura". "Ninguna de sus apuestas ha dado ningún rédito", ha concluido.
Turull ha complementado a Borràs añadiendo que "ya avisamos a finales de agosto de que así no podíamos seguir, porque elementos troncales del acuerdo que invistió a Pere Aragonès no se estaban cumpliendo". "Lo hemos probado todo y más, pero la respuesta que nos encontramos es 'así debéis seguir' y eso quiere decir que no nos conocen". Pese a la dureza empleada, ambos han querido subrayar que la ruptura del Govern en ningún caso implica la muerte del movimiento independentista.
Constantes crisis con ERC
Si algo ha marcado el Govern de Pere Aragonès, al menos hasta la inminente salida de Junts, ha sido la constante tensión entre ERC y Junts, con crisis sucesivas. La propia investidura del presidente se logró tras una negociación exprés de última hora con Jordi Sànchez, entonces secretario general de Junts, y visto con perspectiva ya fue un claro indicativo de cómo funcionarían las relaciones entre los dos principales partidos independentistas.
El creciente rechazo de Junts a la mesa de diálogo entre gobiernos para abordar el conflicto político –que desde hace meses ya es absoluto–, la suspensión de Laura Borràs como presidenta del Parlament a raíz de la apertura judicial contra ella por un caso de presunta corrupción cuando dirigía la Institución de las Letras Catalanas, las diferencias sobre la estrategia nacional –nunca se ha puesto en marcha un órgano de coordinación del independentismo que reuniera a partidos y entidades– o los modelos sociales y económicos divergentes –ejemplificados en cuestiones como la ampliación del aeropuerto de El Prat– han sido algunos de los capítulos que han precedido a la ruptura.
Es la tercera vez que se rompe el Govern desde la restauración de la autonomía
Sin embargo, el elemento que desató la crisis final del gobierno de ERC y Junts fue que Albert Batet, presidente del grupo parlamentario del segundo partido, le planteara a Aragonés durante el debate de política general someterse a una cuestión de confianza. La propuesta, desconocida por ERC, molestó enormemente al presidente, que al día siguiente después de una maratoniana jornada de reuniones en el Palau de la Generalitat acabaría cesando a Jordi Puigneró como vicepresidente del Govern.
A partir de aquí, Junts aceleraría la puesta en marcha de la consulta a sus bases para decidir si romper o no con el Govern y las reuniones de los últimos días con ERC para tratar de reconducir la situación no tuvieron ningún tipo de resultado.
Tercera vez que se rompe el Gobierno
La confirmación de la salida de Junts de la Generalitat implicará que por tercera vez se rompe el Govern desde la restauración de la autonomía. Ambos precedentes se remontan al 2006, cuando el entonces presidente, Pasqual Maragall, expulsó a los consellers de ERC; y en 2015, cuando Unió decidió salir abriendo el camino de la inminente ruptura de CiU, la histórica coalición que formaba con CDC.
El 11 de mayo del 2006, Pasqual Maragall –entonces líder también del PSC– anunció el cese de todos los consellers de ERC. La razón de la expulsión del partido del Gobierno fue la decisión de los republicanos de hacer campaña por el "no" en el referéndum sobre el nuevo Estatut, una decisión tomada a instancias de sus bases.
La salida de Esquerra dejó el primer Govern tripartito herido de muerte y semanas más tarde se convocarían unas nuevas elecciones, que finalmente se celebraron el 1 de noviembre y que comportarían la formación de un segundo gobierno tripartito, con los mismos socios, pero en este caso encabezado por José Montilla, en aquella época todopoderoso primer secretario del PSC.
El segundo precedente es mucho más reciente y data del 17 de junio de 2015, cuando Unió decidió salir del Govern que formaba con Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) y que presidía Artur Mas. En plena ola creciente del Procés, la razón fundamental era que el sector más oficialista de Unió –encabezado por su histórico líder, Josep Antoni Duran i Lleida– rechazaba que CiU se presentara a las elecciones del 27 de septiembre de ese año con un programa explícitamente independentista. En el Gobierno la principal representante de Unió era Joana Ortega, que ocupaba el cargo de vicepresidenta.
La decisión sería el primer paso hacia la ruptura definitiva de la coalición de CiU, después de casi cuatro décadas. Años después, ni CDC –mutada primero en el PDeCAT y, posteriormente y de forma parcial en Junts– ni Unió existen.
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