Hace tres meses, Santiago Abascal ofrecía los diputados de Vox al Partido Popular para llevar a cabo una moción de censura a Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo anunciaba que no haría "cordón sanitario" a la extrema derecha, pero algo ha cambiado tras el verano. La relación pública de PP y Vox es distante e incluso agresiva, al menos públicamente. Las negociaciones estancadas en Aragón y Extremadura para aprobar Presupuestos autonómicos y las encuestas a favor de la extrema derecha y la caída del PP han terminado por tensar las relaciones entre dos partidos que hace un año gobernaban en coalición en seis comunidades autónomas.

Desde el Partido Popular entienden que Vox ha cambiado su estrategia y ahora ve a Feijóo como un rival y no tanto como un potencial aliado, algo que en realidad agradecen parcialmente entre las filas populares. Ante el miedo de que se perciba una simbiosis entre las dos fuerzas, algo que se alimenta desde el Gobierno de Sánchez, los encontronazos públicos entre sus líderes sirven para poner tierra de por medio entre ambos. "Estamos cómodos entre Vox y el PSOE", aseguran fuentes del Partido Popular, que perciben un cambio claro en los posicionamientos de Vox: "Ahora juegan a ser antisistema, quieren que arda todo, y nosotros no", consideran. Sin embargo, esas afirmaciones sobre Vox no impiden al Partido Popular intentar acordar alianzas presupuestarias en Aragón y Extremadura y no ha sido obstáculo para que se lleven a cabo acuerdos en la Región de Murcia, Paìs Valenciá o Balears.

La reacción del PP a los ataques de Vox ha sido buscar fracturas dentro del partido y sus últimos movimientos han ido en esa dirección. Que los populares acudieran a apoyar el debut del think tank de Espinosa de los Monteros o que Alberto Núñez Feijóo se reuniera este martes con Alejo Vidal-Quadras, fundador de Vox, son detalles en busca de erosionar a la ultraderecha. Mientras, desde la extrema derecha denuncia que el PP lleva a cabo una "estrategia doble": "Nos copian y nos atacan manipulando nuestras palabras", aseguran desde la formación sobre las formas actuales del PP. Las últimas propuestas en materia migratoria se han visto desde la extrema derecha como una asunción de ideas al argumentario que ha sostenido Vox a lo largo de los años. Y la rivalidad entre las fuerzas ha llegado incluso al conflicto abierto con varios diputados y líderes. Alma Ezcurra, vicesecretaria de organización del PP, denunciaba por redes sociales a Vox por "tratar de idiotas" al electorado.

Vox al alza en las encuestas "dispuesto a ir a elecciones"

Mientras el PP celebra con la boca pequeña un distanciamiento mediático con Vox, en la extrema derecha sacan pecho del actual momento del partido. A la vista, un posible superdomingo electoral por una convocatoria conjunta en Castilla y León, Aragón y Extremadura sería un buen momento para retar al PP. "Estamos dispuestos a ser los malos e ir a elecciones", confesaban fuentes de Vox durante el pleno del Congreso de los Diputados de este miércoles, llegando incluso a decir que "PP y PSOE votan lo mismo". Hasta hace nada acudían a elecciones como potencial muleta del PP para formar gobiernos y ahora presumen de ser azote del bipartidismo, a la vista del desplome del resto de fuerzas parlamentarias. "Donde sí se ha firmado lo que Vox quiere se han firmado presupuestos", apuntaban para sacar de sus pactos con el PP en las comunidades autónomas. 

Desde Vox dicen desconfiar de las encuestas, aunque a la vez presumen de los buenos números que les dan. Varios pronósticos publicados recientemente aseguran que Feijóo habría perdido un millón de votos en pocos meses y la extrema derecha cree que se debe a la tesis de que el votante prefiere "el original a la copia". "El PP mete la pata cuando cambia de posición todo el rato", analizan desde Vox, que consideran además de que cada vez que se habla de migración, ellos suben en las encuestas. Incluso durante el pleno acusaban al PP de ser "ser cómplice del modelo que asfixia al campo español" durante una moción sobre incendios y el sector primario. 

Sin embargo, desde Génova rebajan las expectativas optimistas de Vox. Se quieren meter en la lucha entre el PP y PSOE, pero "en términos futbolísticos, es como si el Osasuna quisiera competir con Real Madrid y Barcelona", aseguran con condescendencia. "Actualmente, son un partido que tiene tres escaños más que la formación de Yolanda Díaz", recuerdan con intención de recolocar posiciones. El tiempo dirá si estos supuestos desencuentros son profundos o tan solo dramatismo preelectoral.