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Bernie Sanders Sanders y Biden sellan el matrimonio de conveniencia para derrotar a Donald Trump en noviembre

El excandidato a la nominación demócrata apoya la candidatura del vicepresidente de Obama a seis meses de las elecciones generales. Ambos ya han puesto a trabajar en conjunto a sus equipos. "Te quiero en la Casa Blanca", afirmó este lunes Sanders.

Joe Biden y Bernie Sanders se saludan antes de un debate en Washington el pasado 15 de marzo. REUTERS
Joe Biden y Bernie Sanders se saludan antes de un debate en Washington el pasado 15 de marzo. REUTERS

Manuel Ruiz Rico

Una semana después de anunciar que suspendía (no que retiraba) su campaña, Bernie Sanders anunció este lunes en una videoconferencia con Joe Biden que lo apoyaría y pidió "a todos los demócratas, a todos los independientes e incluso a muchos republicanos que voten por esta candidatura para vencer en las elecciones de noviembre al presidente más peligroso de la historia moderna de Estados Unidos". Con esta decisión, el senador por Vermont sella su matrimonio de conveniencia con Biden, una alianza que éste necesitaba si quiere tener opciones de vencer al actual inquilino de la Casa Blanca.

Que Sanders está convencido de la conveniencia y no lo hace con la boca pequeña lo demuestra el hecho de que hace cuatro años, en la campaña de 2016, sólo se decidió a apoyar a Hillary Clinton el 12 de julio, dos semanas antes del comienzo de la convención demócrata.

Biden tendrá ahora, al contrario que Hillary Clinton, más de medio año para preparar la campaña, unificar el partido demócrata, preparar una propuesta sólida y armar todo el armazón recaudatorio que necesitará para batirse contra el multimillonario Donald Trump en las elecciones generales del 3 de noviembre.

Biden tendrá ahora, al contrario que Hillary Clinton, más de medio año para preparar la campaña, unificar el partido demócrata

Y todo ello lo hará Biden con un Sanders que hará activamente campaña por él. "Te quiero en la Casa Blanca y haré todo lo que pueda para hacer que eso ocurra. Es imperativo que todos trabajemos juntos en este momento para que eso suceda", aseguró Sanders este lunes en la teleconferencia.

Biden lo correspondió: "Necesitaré tu ayuda no sólo para la campaña y ganar las elecciones sino también para lo que viene después, para gobernar", aseguró el vicepresidente de Barack Obama.

Esta alianza materializa lo que venía sucediendo las semanas atrás: los equipos de uno y otro candidato han estado trabajando juntos y codo con codo en grupos de trabajo dedicados a los asuntos fundamentales para Estados Unidos.

Además de la emergencia sanitaria por la covid-19, han establecidos grupos sobre economía, educación, cambio climático, justicia, inmigración, salud, como destacó y valoró Sanders. Sin duda, la relación entre ambos es cordial y de respeto mutuo y no se parece en nada a la antipatía que hace cuatro años se respiraba entre Sanders y Hillary Clinton. Y también es cierto que en 2016 Sanders apretó hasta el final porque todos en el Partido Demócrata daban por sentado que un candidato tan estrambótico y excéntrico como Donald Trump no podría ganar.

Sanders vendría a reforzar ahora la parte programática progresista y, como consecuencia de ello, de unificación del partido, los únicos elementos que Biden necesita para consolidar del todo su candidatura. Porque de momento tiene los números a su favor en cuanto a su combate electoral contra Donald Trump. Ya lo decía Sanders: él ganado la batalla ideológica, pero Biden había ganado (y con creces) la de la elegibilidad.

Según la media de las encuestas realizadas por RealClearPolitics en estos momentos Biden supera a Trump por casi seis puntos (48,9 por ciento frente a 43). De hecho, en once de las doce encuestas sobre las que se hace la media, Biden gana a Trump (en dos hasta por diez o más puntos) y en la restante, empatan.

Es más: desde octubre hasta ahora, Biden ha estado siempre por encima del 48 por ciento de apoyos (y con picos del 53) mientras que Trump se ha situado, en una supuesta disputa contra Biden, siempre por debajo del 46 por ciento.

Sin embargo, la decisión de este lunes de Sanders debe venir acompañada en adelante por una reacción de Biden en forma de anuncios concretos que puedan atraer al simpatizante del senador por Vermont, al ala más izquierdista del partido, muchos de cuyos miembros desconfían de Biden, en el mejor de los casos, y hasta lo rechazan, en el peor.

Sander y Biden se centraron en los asuntos en los que coinciden: salarios más altos para los trabajadores, alivio de los préstamos estudiantiles o la transición a una economía verde

Biden, con todo, lleva semanas moviéndose. En los últimos días, de hecho, ha lanzado dos propuestas en esa dirección: por un lado, la ampliación de la cobertura sanitaria pública de los jubilados hasta las personas de 60 años y la cancelación de la deuda estudiantil de los estudiantes que pertenezcan a familias con ingresos de 125.000 dólares o menos (familias de ingresos bajos y medios).

Eso sí, el vicepresidente de Obama irá lentamente, poco a poco, en una estrategia que recuerda a aquella frase de Franklin Delano Roosevelt: "Me has convencido. Ahora sal ahí fuera y oblígame a hacerlo". Acaso será esa parte la que le corresponda liderar a Bernie Sanders.

"Tenemos diferencias, pero estamos extraordinariamente cerca", aseguró este lunes en su teleconferencia con Sanders, Joe Biden, quien declaró, en un claro guiño a los seguidores de aquél: "Este país no lo construyó Wall Street sino los trabajadores de clase media y los sindicatos".

En la conversación que ambos mantuvieron, los dos transmitieron en todo momento una sintonía y una coincidencia de ideas casi plena. Aunque admitía a veces que tenían algunas diferencias, quisieron centrar la videollamada en los asuntos en los que coinciden: salarios más altos para los trabajadores, alivio de los préstamos estudiantiles, transición a una economía verde y, como señaló Biden, "la construcción de una red de seguridad del siglo XXI para todos los ciudadanos y no sólo para estos tiempos de crisis sino para siempre, porque", añadió, “hay otras crisis existenciales como el cambio climático".

Que la intención de Sanders era centrar la conversación en las coincidencias entre ambos y no en las diferencias resultó evidente cuando Biden le preguntó a Sanders qué tema le gustaría abordar en la videollamada y éste obvió mencionar la propuesta central de su campaña y el asunto que más lo distancia de Biden: el Medicare-For-All, la propuesta de un modelo de sanidad pública, gratuita y universal.

Con todo, esto no calmó los recelos de al menos cierta parte de los seguidores de Sanders. El periodista que le escribe los discursos, David Sirota, escribió este martes un artículo en el USA Today en el que se señalaba sus reticencias y desconfianzas sobre Biden.

Sirota recordaba cómo el voto joven ha sido uno de los puntales de Sanders y le recriminaba al vicepresidente de Obama que haya despreciado en multitud de ocasiones a esta franja de la población: "Decirle a los jóvenes votantes que se fastidien y que voten por Biden o que se queden con Trump... tampoco va a ser suficiente".

El periodista opinó que "la mejor manera de unificar y dinamizar a los votantes demócratas desafectos es involucrarlos, hacer concesiones políticas reales y tomarlos en serio. ¿Es eso posible? Ojalá supiera la respuesta, pero las señales son contradictorias, en el mejor de los casos".

Sanders suspendió su campaña la semana pasada pero no se retiró formalmente: quiere seguir ganando delegados para forzar ese giro a la izquierda en las estructuras

En un sentido incluso más duro se expresó la hasta la semana pasada jefa de prensa de la campaña de Sanders, Briahna Joy Gray, en un vídeo online que se hizo viral en Twitter y en el que aseguró que no apoyaría a Biden. "Con el mayor de los respetos por Bernie Sanders, que es un increíble ser humano y una auténtica inspiración, no apoyo a Joe Biden", escribió.

El politólogo de la Universidad de Iowa, Steffen Schmidt, asegura a Público que todo esto puede cambiar porque "Sanders y Biden tienen margen para cooperar más y Biden ha sido muy respetuoso con Sanders, y esto es muy útil". "Biden no ha expresado su apoyo al Medicare-For-All, pero sí a extender las coberturas sanitarias con otras fórmulas para atender a toda la población", añade.

"En cualquier caso, estamos en 2020 y los demócratas se han dado cuenta del dramático cambio que ha supuesto que Trump sea el presidente y también saben que puede ser reelegido a menos que Sanders y Biden hagan las paces y consigan que una porción de los partidarios de Sanders vote con entusiasmo al partido demócrata", asegura Schmidt.

Por este motivo, además, Sanders suspendió su campaña la semana pasada pero no se retiró formalmente: quiere seguir ganando delegados para forzar ese giro a la izquierda en las estructuras, las plataformas y el programa del partido cuando llegue la convención demócrata de Milwaukee, en julio.

"Además, Bernie también tiene una bolsa llena de iniciativas políticas que quiere recomendar durante el mandato de Biden en la Casa Blanca. En el Senado, Sanders puede ser muy poderoso si ayuda a los demócratas a ganar una mayoría en esa cámara", concluye Schmidt.

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