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Bolsonaro, el presidente que devolvió a Brasil al Mapa del Hambre

Inna Afinogenova en La Base
Inna Afinogenova en La Base.

"Bolsonaro ha venido para quedarse", escribían hoy nuestros compañeros de La Pizarra en Twitter. Si bien muchos analistas tenían claro desde antes que estas elecciones se decidirían en la segunda vuelta, lo revelador de la primera es que Bolsonaro obtuvo ayer más votos que en 2018 cuando ganó la presidencia. Al escrutar el 95% de las papeletas, 49.482.500 votos eran a su favor, lo que representa 200.000 personas más que cuatro años atrás. 

Más allá de la retórica ultraconservadora, más allá de los homenajes a la dictadura militar, negacionismo de la ciencia, misoginia y homofobia, no hay mucho de lo que presumir en la gestión económica. Los cuatro años de Bolsonaro han servido para aumentar aún más la desigualdad. La pobreza y el hambre hoy en Brasil están en unos niveles muchísimo peores que antes del primer gobierno de Lula, hace 20 años.

Con Bolsonaro el paísregresó al Mapa del Hambre. En julio de este año la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la FAO, publicó un informe en el que apuntó que más de 60 millones de brasileños, una tercera parte de la población del país, tienen algún tipo de inseguridad alimentaria. Es decir, no saben cuándo podrán comer. De esa cantidad, 15 millones de brasileños están en una situación de inseguridad alimentaria grave. O sea, directamente pasan hambre y llegaron a estar un día o más sin comer por falta de alimentos.

Durante el Gobierno de Bolsonaro todos los sectores perdieron económicamente, incluso los más ricos. Lo que pasa es que los más pobres perdieron más, concretamente: un 55% frente al 5% que perdieron los ricos, según cálculos de Tereza Campello, economista y profesora de la Universidad de Sao Paolo. En los gobiernos del PT crecieron todos los sectores, solo que los pobres y los medios lo hicieron más que los ricos.

Lo más parecido a las políticas públicas durante el mandato de Bolsonaro han sido las ayudas para las familias de bajos recursos, lanzadas en pandemia. Unos 600 reales, equivalente a unos 100 dólares mensuales, que han ayudado a mejorar la percepción de su gobierno, pero no a bajar los niveles del hambre. Ante la posibilidad de perder en segunda vuelta Bolsonaro prorrogó esas ayudas hasta el fin de año, o sea, hasta el fin de su mandato. 

Ahora con todas estas cifras revisadas, quiero que lean los mensajes de apoyo que le enviaron los representantes más ilustres de la internacional ultraderechista. "Han sido años de mayor progreso y seguridad", José Antonio Kast. "La alternativa de los patriotas. La de aquellos que queremos naciones prósperas", dice Santiago Abascal. "Decidir si quieren ser libres o esclavos. Si quieren seguir disfrutando de la prosperidad",  María Fernanda Cabal, senadora colombiana a la derecha de Uribe. 

Durante la pandemia, fallecieron 700.000 personas en Brasil

Prosperidad claramente para unos pocos, a los que estos señores a los que acabamos de oír representan. Por ejemplo, sectores madereros, empresas extractivitas para los que las políticas de Bolsonaro suponen ganancias millonarias reales. Pueden talar y talar la Amazonía sin consecuencias. En 2020 y 2021, la región brasileña registró unos niveles de deforestación récord en 15 años, miles de kilómetros cuadrados talados. Las organizaciones de ambientalistas que lo han denunciado fueron tachados por el presidente de enemigos del país que trabajan para ahuyentar las inversiones. 

En 2021 Brasil tuvo una tasa de crecimiento poblacional negativa, por las muertes de la pandemia. Casi 700.000 fallecidos, no solo por el virus sino también por la desatención. El negacionismo de Bolsonaro se ha hecho viral en unos momentos dramáticos para Brasil. Fue uno de los principales promotores de la cloroquina cuando estaba más que demostrado que no hacía nada más que daño. También llegó a decir que las vacunas convertirían a la gente en yacaré y desestimó la gravedad del virus diciendo que si un brasileño se tiraba a una cloaca y no le pasaba nada, qué le iba a hacer una simple gripezinha

Y ya, detallitos sueltos para completar al personaje. Bolsonaro llegó a homenajear y calificar de héroe nacional al fallecido jefe de uno de los órganos represores más infames de la dictadura militar, Carlos Brilhante Ustra. Bajo el mandato de este siniestro personaje torturaron durante 22 días a la expresidenta Dilma Rousseff.

Cuando se votó la destitución de Dilma, Bolsonaro dedicó su voto "a favor" a ese torturador. Y en una ocasión llegó a poner en duda el hecho de que la expresidenta fuera torturada: "Dicen que le fracturaron la mandíbula. Espero todavía su radiografía para ver si eso ocurrió", afirmó.

En alguno de los programas anteriores ya hablamos de que podría marcarse un Donald Trump tras la segunda vuelta. Ya cuestionó el sistema electoral por el cual él mismo fue electo y amenazó con desconocer los resultados. Bolsonaro amplió muchísimo el derecho a la posesión de armas y el riesgo de que grupos de extremistas armados que lo apoyan emprendan algún tipo de acciones, según analistas, es bastante elevado. Así que nos espera un mes más de una campaña electoral que parece que va a ser muy tensa y que muy probablemente no va a culminar en el momento en el que tengamos los resultados de la segunda vuelta. Ojalá que sí, pero no pinta nada bien.

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