El padre, policía nacional jubilado; la madre, candidata falangista al Congreso de los Diputados en 2008 por el Frente Español; uno de sus hermanos es guardia civil y dirigente del sindicato ultra Jucil surgido de Jusapol, y otro vive en Estados Unidos, apoya a Trump y ahora recauda fondos para ayudar a su hermano y "evitar que los podemitas se salgan con la suya".

Esta es parte de la familia de Francisco de Borja Jurado Barrionuevo, exmilitante del partido nazi Movimiento Patriota Socialista, MPS, miembro del equipo de seguridad de dirigentes de Vox e imputado por simular la ejecución con fuego real de miembros del Gobierno.

El pasado y el presente de Borja Jurado hace poco creíble que detrás de los disparos certeros con una semiautomática –cinco segundos para cinco dianas- contra las fotografías de miembros del Gobierno no haya una clara connotación de odio ideológico.

La familia de Borja Jurado tiene también su historia y representa un perfil social que, si bien minoritario, últimamente se prodiga desafiante con inquietante frecuencia, disfrutando en los últimos meses de una impunidad jamás consentida al resto de colectivos sociales. Ultraderechistas armados, miembros de cuerpos policiales y militares yendo de la mano.

El padre de Borja Jurado, Lucas, es policía nacional ya jubilado. Tiene un perfil público en Facebook donde luce su uniforme. Su madre, Concepción Barrionuevo, no es ajena a la política ultraderechista. En el año 2008 ocupó el puesto tres de la candidatura del Frente Español al Congreso de los Diputados por Málaga. El Frente Español fue una alianza electoral de la ultraderecha liderada por Manuel Andrino, el líder de Falange, que encabezó la candidatura del Frente Español por Madrid.

Manuel Andrino es uno de los condenados por el asalto y agresión a la sede de la Generalitat de Catalunya en Madrid, más conocida por Blanquerna. Condenado por el Tribunal Supremo a 14 años de prisión, el Tribunal Constitucional suspendió su ejecución y ordenó la repetición de la sentencia para todos los condenados.

También Manuel Andrino es uno de esos ultraderechistas armado al que le fue incautada una pistola para la que no tenía permiso. El arma le fue incautada por la Policía Nacional tras sufrir un accidente de moto, destapándose una trama de tráfico de armas dirigida por un coronel de la Guardia Civil conocido por el alias de Rudolf, tal y como destapó el diario El País el 23 de mayo pasado.

Lucas Jurado, dirigente del sindicato ultra Jucil

Lucas José Jurado (43 años), uno de sus hermanos, es guardia civil y en la actualidad forma parte de la dirección nacional de Jucil, el sindicato de la Guardia Civil surgido bajo el paraguas de Jusapol, y considerado un sindicato ultraderechista en el cuerpo, en contraposición a otros como la AUGC.

Lucas Jurado es el responsable de las afiliaciones y finanzas del sindicato. Entró en la academia de Guardias y Suboficiales de la Guardia Civil de Baza (Jaén) el 13 de noviembre de 2000.

Según algunos medios, Lucas José podría ser el autor de la grabación del vídeo de su hermano disparando a las imágenes de los miembros del Gobierno. El propio Borja señaló a uno de sus hermanos como autor de la grabación, si bien él mismo reconoció ser el autor de la difusión de las imágenes.

Ángel Rafael Jurado, el hermano admirador de  Trump

Ante la situación actual de Borja, su hermano Ángel Rafael ha lanzado a través de su cuenta de Twitter una campaña de recogida de fondos para sufragar los gastos del proceso judicial que se ha abierto.

La campaña se denomina SOS Borja Jurado, el tirador de la galería, y buscan la compasión ciudadana. Para ello, el reclamo es adornado con unos carteles de Borja disparando.

Rafael dice en su cuenta de Twitter que vive en una localidad de Illinois vecina de Chicago y no oculta su afección ultraderechista, al extremo de bautizar su cuenta de Twitter como @JuradoVOX. En los mensajes reclamando apoyo financiero publica el número de cuenta para los ingresos con el mensaje "cualquier ayuda económica se agradece, incluso el retuit, no dejemos que los podemitas se salgan con la suya".

Habida cuenta de que su hermano Borja tiene antecedentes, según fuentes oficiales recogidas por diversos medios, por presuntos delitos de violencia de género y otros asuntos de diversa cuantía, se presume que el caso puede prolongarse en el tiempo y tener que afrontar algún tipo de fianza, ya que se le imputa inicialmente un delito contra las instituciones del Estado, otro de odio y un tercero de amenazas.

Al igual que sucedió con Manuel Murillo, el vigilante de seguridad de Terrassa que en noviembre de 2018 pidió colaboración en un foro de Vox para llevar a cabo la ejecución en un atentado del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la ultraderecha se movilizó en las redes sociales para manifestar su apoyo al francotirador. Un hombre que pretendía impedir la exhumación de la momia del dictador Franco del Valle de los Caídos.

Viendo el camino que tomaban los acontecimientos, la ultraderecha optó por relativizar el suceso, cuestionar su pericia como tirador, calificar de chatarra el arsenal en su vivienda o incluso decir que practicaba el tiro con un lanzador de patatas, si ello ayudaba a su salvación.

"Las fotos y la escopeta ya estaban allí cuando llegué"

Con Francisco de Borja Jurado Barrionuevo, el autor de los disparos contra dianas con los rostros de miembros del Gobierno, todo apunta a que su entorno pretende seguir el mismo camino que con Murillo: la prensa miente, Borja es un buen chico, todo era una broma para pasar el rato con los amigos, las fotos del presidente, del vicepresidente y de los ministros de Interior y Asuntos Sociales, y la del portavoz parlamentario de Unidas Podemos ya estaban allí cuando llegaron... Incluso que el arma -una escopeta semiautomática- que se empleó para disparar en esa simulación de ejecución sumarísima y certera la aportó junto a la munición, nada menos que la propia armería.

Manuel Murillo, el francotirador, el hijo del último alcalde franquista de Rubí se enfrenta dos años después a una petición del fiscal de 18 años de prisión. El diestro tirador, propietario de 16 armas de fuego de precisión, miembro de un chat de WhatsApp de la ultraderecha y de un partido identitario catalán al que pertenecen peligrosos nazis ucranianos del Batallón Azov residentes en España, aguarda en prisión la celebración de su juicio. Y él no llegó a disparar un solo tiro.

La Fiscalía considera a Murillo culpable de un delito de homicidio en grado de proposición, además de delitos de depósito de armas y munición de guerra, de tenencia de armas prohibidas y de tenencia de explosivos, con el agravante de discriminación ideológica.