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Dos candidatos progresistas para la presidencia del Constitucional: primera prueba de fuego del nuevo tribunal

El ex fiscal general del Estado Cándido Conde-Pumpido y la catedrática María Luisa Balaguer, ambos progresistas, se disputan el apoyo de los otros cinco magistrados de su bloque. Los cuatro conservadores votarán previsiblemente por Balaguer. 

Cándido Conde-Pumpido, en el primer pleno jurisdiccional tras la penúltima renovación del Tribunal Constitucional, el 15 de diciembre de 2021.
Cándido Conde-Pumpido, en el primer pleno jurisdiccional tras la penúltima renovación del Tribunal Constitucional, el 15 de diciembre de 2021. Isabel Infantes / EUROPA PRESS

Tras la toma de posesión de los nuevos cuatro magistrados del Tribunal Constitucional (TC) este lunes, al máximo tribunal de garantías constitucionales aún le queda superar una prueba de fuego: elegir a su nuevo presidente o presidenta para los próximos dos años y medio; un papel crucial a la hora de decidir qué asuntos se deliberan primero, por ejemplo.

La novedad en esta ocasión es que para la presidencia hay dos candidatos del mismo sector ideológico, el progresista, que ahora ha recuperado la mayoría perdida en 2013. Con la incorporación este lunes de Juan Carlos Campo y Laura Díez, nombrados por el Ejecutivo; y de María Luisa Segoviano y César Tolosa, designados por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), los progresistas suman siete votos frente a cuatro de los conservadores; y con estas cifras tienen que decidir quién ocupará la presidencia.

El presidente interino, Ricardo Enríquez-- es el magistrado de más edad y por tanto a quien le corresponde ocupar ese puesto temporal--, ha convocado un pleno a las 13 horas del miércoles para que los magistrados elijan a su nuevo presidente en una votación de carácter secreto que requiere mayoría absoluta y, en caso de que sea necesario repetir, mayoría simple.

Balaguer o Conde-Pumpido

Las dos candidaturas para la presidencia del TC son las de la magistrada María Luisa Balaguer, catedrática de Derecho Constitucional, y Cándido Conde-Pumpido, ex fiscal general del Estado en la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero (2004-2011). 

Al bloque progresista le gustaría llevar al pleno una única candidatura, pero, de momento, las postulaciones tanto de Conde-Pumpido como de Balaguer continúan en firme. 

La tradición en el Constitucional es que la presidencia la ocupe un magistrado del bloque mayoritario y la vicepresidencia, uno del sector minoritario. De hecho, Pedro González-Trevijano y Juan Antonio Xiol, que se han despedido este lunes del TC, ocupaban la presidencia y la vicepresidencia respectivamente, siendo el primero del sector conservador y el segundo, del progresista. 

Este martes, tras el acto solemne de renovación en el Constitucional, los progresistas se han reunido informalmente para tomar posiciones respecto al 'programa' de los dos candidatos. 

Para Balaguer, reconocida feminista, es importante que el Constitucional logre comunicar eficazmente a la sociedad española sobre sus sentencias más delicadas y opta por convocar ruedas de prensa con asiduidad. También aboga por la perspectiva de género en la Justicia. 

En la misma línea se ha manifestado la nueva magistrada María Luisa Segoviano, recientemente jubilada del Supremo y que fue la primera mujer que accedió a la presidencia de una Sala del Alto Tribunal. Se prevé que Segoviano vote a favor de Balaguer. 

El disputado voto de Segoviano

Los cuatro magistrados conservadores darán previsiblemente su apoyo a María Luisa Balaguer, en un claro gesto de rechazo a Cándido Conde-Pumpido por haber sido fiscal general del Estado en un gobierno socialista. 

Contando además con su propio voto y si recibiera el de María Luisa Segoviano, Balaguer podría alzarse con la presidencia, ya que obtendría seis votos frente a los cinco que podría sumar Conde-Pumpido, que cuenta previsiblemente con el apoyo de Juan Carlos Campo y Laura Díez, además del de Ramón Sáez e Inmaculada Montalbán; todos ellos, del bloque progresista.

Según las reglas no escritas que han regido en el TC desde su creación, la presidencia y la vicepresidencia se dirime entre los magistrados que se encuentran en el último tercio de su mandato, que es de nueve años. En esta situación están tanto Balaguer como Conde-Pumpido. La vicepresidencia, salvo sorpresas, recaerá en Ricardo Enríquez. 

Con la renovación de un tercio de sus magistrados y de su presidencia, el Tribunal Constitucional tratará de recomponerse de una de las crisis más agudas de su existencia, después de que la mayoría conservadora frenase por primera vez en la historia una tramitación legislativa ante el asombro de los progresistas, que en sus votos particulares han llegado a decir que el PP ha usado políticamente al TC. La brecha entre los dos sectores es más pronunciada que nunca. 

En este sentido, María Luisa Segoviano ha manifestado hace unos días en una entrevista en Onda Cero que "es importante limar asperezas entre los miembros que componen el tribunal, tratar de acercar posiciones, ser capaz en un determinado momento de calmar los ánimos y suavizar" y ha aludido a la "empatía" con la que debe contar el nuevo presidente del TC para lograr consensos. 

Estas declaraciones de la nueva magistrada han sido interpretadas como un tácito apoyo a María Luisa Balaguer, conocida por sus intentos de consenso en los plenos.  

El exministro de Justicia Juan Carlos Campo podría decantarse por Conde-Pumpido. Ambos coincidieron en la etapa de Rodríguez Zapatero: el primero era secretario de Estado de Justicia mientras que el segundo estaba al frente de la Fiscalía General del Estado. 

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