Una carrera de fondo cargada de pasos históricos: así llega EH Bildu a las elecciones que siempre soñó
La coalición soberanista busca reforzar su papel como opción de cambio ante el PNV. Se trata de un nuevo capítulo en la hoja de ruta emprendida por la izquierda independentista para fortalecerse como una opción pragmática ante el electorado.
Bilbao-Actualizado a
Era otro marzo. Otro tiempo. Otro invierno a las puertas de la primavera. El primer día del tercer mes del año, Arnaldo Otegi abandonaba la cárcel de Logroño y recibía los abrazos de quienes aguardaban fuera. "El mejor lehendakari es el pueblo", dijo poco antes de subirse al coche que aquel 1 de marzo de 2016 le llevaría a casa.
Este invierno-primavera de 2024, exactamente ocho marzos después, el veterano dirigente abertzale daba los últimos puntillazos de una campaña electoral que ya está tejida y en la que su candidato será Pello Otxandiano, uno de los rostros de la nueva generación de independentistas vascos que, siguiendo la terminología de Otegi, sueñan con ver "al pueblo" de "lehendakari".
La hoja de ruta empezó a escribirse en 2009, cuando la izquierda abertzale, entonces ilegalizada al calor de la Ley de Partidos y en el foco de la persecución policial, emprendió un debate que le llevaría a apostar por vías únicamente políticas. La decisión de ETA de apostar por un "cese definitivo de la actividad armada" en 2011 y por su disolución en 2018 marcó también este camino.
Sortu, la marca política de la izquierda abertzale, está hoy en EH Bildu, la coalición que lleva a Otxandiano de candidato a lehendakari y en la que también están Eusko Alkartasuna –una escisión del PNV–, Alternatiba –creada por militantes provenientes de IU en Euskadi– e independientes provenientes de la desaparecida Aralar, la corriente formada por el ex representante de HB Patxi Zabaleta.
EH Bildu podría empatar en escaños con el PNV, según los sondeos
Más allá de sus componentes, lo cierto es que EH Bildu tiene hoy una identidad propia en el escenario político vasco. Los sondeos previos al inicio oficial de la campaña electoral –que comienza este viernes– indican que la coalición soberanista podría empatar o incluso superar en escaños al PNV, lo que implicaría una situación inédita en Euskadi. El CIS, en cambio, adjudicó este lunes el primer puesto al PNV, que ganaría por la mínima.
"EH Bildu va a intentar personificar el cambio, y una propuesta de ese tipo ya moviliza voto. No un cambio rupturista, sino un cambio a mejor", resume Asier Blas, profesor de Ciencia Política en la Universidad del País Vasco (UPV/EHU).
La apuesta de los soberanistas pasa precisamente por situarse como una alternativa de gobierno al PNV, que se mantiene en Ajuria Enea con el apoyo del PSE. Pese a dar casi por seguro un nuevo pacto con los socialistas que les mantendría al frente del Gobierno vasco, en la sede del PNV son conscientes del giro que se ha producido en el electorado, lo que se traduce en el crecimiento de EH Bildu.
Espacio en disputa
En ese escenario, el partido de Andoni Ortuzar ha situado a Imanol Pradales, hasta hace poco responsable de Infraestructuras y Desarrollo Territorial en la Diputación de Bizkaia, como sustituto de Iñigo Urkullu en la batalla por la presidencia del Gobierno autonómico.
"El PNV necesita que la parte desencantada de su electorado perciba que el cambio de cara también traerá algunos cambios en la gestión. Los retos que tenemos como país requieren miradas transformadoras, y el PNV es consciente de que no le puede dejar ese espacio a EH Bildu", afirma a Público Estitxu Garai, profesora de la UPV/EHU.
La campaña electoral aparece así marcada, principalmente, por la disputa entre EH Bildu y PNV por la hegemonía política. "Vamos a una campaña muy marcada por la competición bipartidista", avanza Blas.
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