Este artículo se publicó hace 16 años.
La célula islamista planeó otro 11-M en Barcelona
El juez envía a prisión a diez y califica a tres de ellos de "elementos suicidas"
El juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno es contundente. La presunta célula islamista desarticulada el pasado día 18 en Barcelona "había alcanzado capacidad operativa" humana y casi "plena capacidad técnica" para cometer atentados yihadistas, "infiriéndose que pretendía llevar a cabo diversas acciones terroristas suicidas el pasado fin de semana en transportes públicos de Barcelona".
El magistrado decretó prisión para diez de los catorce arrestados por integración en organización terrorista y tenencia de explosivos. Considera que el cabecilla de la célula es Maroof Ahme Mirza, de más de 70 años y propietario de una pastelería ubicada en el barrio barcelonés de El Raval.
El juez explica en los autos de prisión dictados que los súbditos paquistaníes "constituían un grupo organizado con una clara división de funciones, cohesionado ideológicamente por su adhesión a una postura extremista del Islam".
La dirección correspondía a los miembros con más amplios conocimientos religiosos, según el Movimiento Tabligh e Jamaa. El juez agrega que este movimiento es "una versión rigurosa del Islam que justifica el uso indiscriminado de la violencia como herramienta lícita para logras sus metas político-religiosas".
Reparto de tareas
Los autos especifican que Maroof Ahmed Mirza y Mohammad Ayud Elahi "gozaban de gran respeto por parte del resto de miembros del grupo", por lo que ejercían un liderazgo ideológico y operativo. De hecho, el juez atribuye al primero la capacidad de elegir y cambiar los planes "de fecha y lugares para la comisión de atentados".
El cabecilla de los especialistas en la fabricación de artefactos explosivos es Hafeez Ahmed, según han declarado un testigo protegido y tres de los coimputados, entre ellos, el considerado líder de la célula.
«Elementos suicidas»
El titular del Juzgado Central de Instrucción número 2 señala que, según el testigo protegido, el grupo también contaba con "elementos suicidas". Son Mohammed Shoaib, Mehmooh e Imram Cheema, llegados a Barcelona en fechas recientes, "patrón" considerado "común en organizaciones extremistas islámicas, que para ejecutar una acción terrorista suelen desplazar a los suicidas poco antes de llevarla a cabo".
En concreto, Khalid llegó el pasado 8 de octubre de Paquistán, vía Estocolmo; Shoaib, el 12 de noviembre, vía Alemania; y Cheema, entre mediados de diciembre y enero, procedente de Portugal.
Su llegada a Barcelona "se produjo dos meses después de que el presunto fabricante de explosivos, Hafeez Ahmed, regresara de un viaje de cinco meses a su país de origen.
Explosivo para aprender
En los registros realizados en sus viviendas y locales se incautaron, "entre otros efectos, nitrocelulosa y elementos mecánicos y eléctricos,aptos para la construcción de uno o varios artefactos explosivos", según un informe del Servicio de Desactivación de Explosivos y Defensa. "Si bien carecerían de la suficiente potencia destructiva para la comisión de un atentado con garantías de causar estragos, pudieran ser válidos para la enseñanza en la manipulación de artefactos", señala el auto.
Según fuentes policiales, en concreto se les intervinieron cuatro temporizadores, 30 gramos de nitrocelulosa, medio kilo de rodamientos y balines, cartuchos pirotécnicos vacíos, pilas, cables y teléfonos móviles.
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