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El nuevo Congreso impulsará un cambio radical en la política española

El nuevo presidente de la cámara, el socialista Patxi López, reconoce la pluralidad política y la diversidad de identidades al final de un pleno lleno de golpes de efecto que auguran nuevas formas de actuar en el parlamentarismo español.

Jesús Posada saluda Patxi López, su sucesor en la presidencia del Congreso. / EFE

MADRID.- Si existían dudas sobre qué deriva va tomar la actividad política tras la revolución que supuso el resultado electoral del pasado 20 de diciembre, han quedado despejadas durante la sesión plenaria de constitución del Congreso de los Diputados: la XI Legislatura que arranca hoy va a ofrecer una imagen totalmente distinta a lo conocido desde que se conformó el primer parlamento democrático en 1977.

De momento, los cambios radicales se han quedado en las formas, dado el desarrollo mecánico y tedioso de esta primera sesión, que se limita a la elección de la Mesa de la Cámara baja, cosa que en un sistema democrático no es asunto menor. Pero también ha habido algunos destellos, pocos, en cuestiones de fondo.

A la postre, quien ha estado a la altura que cabe esperar de una sesión parlamentaria como la de este martes, que da paso a una nueva etapa política en España, ha sido el presidente del Congreso de los Diputados, el socialista vasco Patxi López.

En una breve alocución que ha precedido al cierre de la sesión el nuevo presidente de la cámara ha dicho, sencillamente, que los 350 parlamentarios presentes en el hemiciclo “representamos a la sociedad española y a sus ciudadanos y ciudadanas; nos hemos reconocido como iguales como representantes de la sociedad (…) por lo que el diálogo y el entendimiento por la libertad colectiva debe estar en nuestro trabajo”.

Patxi López pide "eliminar las desigualdades sociales"

López, que es el primer presidente del Congreso de los Diputados que no pertenece al partido más votado en las urnas en unos comicios generales, ha recordado a las víctimas de los recientes actos terroristas internacionales y a las de la violencia machista “que en apenas unos días ya ha asesinado a cuatro mujeres en España”.

También ha reclamado el trabajo de toda la cámara para “eliminar las desigualdades sociales entre los que tienen mucho y los que no tienen nada”, punto en el que ha sido aplaudido por su propios compañeros e incluso en las bancadas de Podemos y de Ciudadanos. También ha afirmado que la sociedad española “es diversa en su forma de pensar política y también en definir sus identidades, pero todos estamos en un proyecto común”.

En ese contexto ha asegurado que la composición de la cámara responde a esa realidad al tiempo que ha hecho un llamamiento para afrontar las reformas “sociales e institucionales necesarias”. Su parlamento ha sido aplaudido desde todas las bancadas del hemiciclo, más por cortesía parlamentaria que por asentimiento a sus palabras. Durante su intervención había una cierta displicencia por parte de la bancada popular y una cierta expectación desde los escaños de Podemos. Los suyos, entregados.

En cualquier caso, la larga sesión –más de cuatro horas y media– ha estado rodeada de anécdotas y de golpes de efecto; además de un cierto despiste generalizado toda vez que de los 350 parlamentarios 216 acudían al hemiciclo por primera vez. Desde 1982, al inicio de la II Legislatura, nunca hubo una renovación tan grande de diputados y diputadas.

Por lo pronto, había ganas por llenar el hemiciclo del Congreso. A las 8.30 horas de la mañana ya estaba okupado un tercio de los escaños, cuando la sesión no comenzaba hasta las diez. No era una cuestión baladí porque para esta sesión no había reserva de plaza para nadie, excepto para los miembros del Gobierno en funciones en sus escaños azules de la primera fila.

En consecuencia, tanto populares como socialistas han madrugado, no tanto como Ciudadanos y Podemos, para “garantizarse sus bancadas a derecha e izquierda del hemiciclo. Los emergentes han optado por el queso central de escaños que, por otra parte, sale muy bien en las imágenes de televisión. A esa temprana hora una banda de música
Wov Wind Orchestra València–, integrada por músicos valencianos, interpretaba varias composiciones frente a los leones de la sede parlamentaria “para apoyar a Compromís a lograr un grupo parlamentario propio”, ha dicho uno de ellos, Josep, a Público.

El tedioso procedimiento de votación –cuatro votaciones diferentes, dos para la presidencia, otra para las vicepresidencias y otra más para las secretarías– ha sido aburrido, entre otras cosas porque el recuento de las papeletas se hacía interminable, aunque ya se sabía de antemano el resultado tras el pacto entre PSOE y Ciudadanos y de esta formación con el PP.

Pero he aquí que dado el aburrido proceso de votación el protagonismo se lo ha llevado un personaje que no tiene la condición parlamentaria: Diego, el bebé de cinco meses hijo de la diputada de Podemos Carolina Bescansa, responsable de Acción Política de la formación morada y número tres del partido. La criatura ha asistido a prácticamente toda la sesión –a última hora su madre lo ha sacado del hemiciclo– y ha acompañado a su madre en los trayectos para depositar sus papeletas en la urna situada en la presidencia.

El pequeño vástago ha hecho las delicias de unos y otros hasta el punto de que ha viajado de brazos en brazos –los primeros, por supuesto, han sido los de Pablo Iglesias, situado junto a la madre con Iñigo Errejón entre medias–.

Bescansa ha contado con la colaboración de sus compañeros, especialmente de la diputada canaria María del Carmen Pita, que ha ejercido de niñera durante bastantes minutos durante los largos recuentos de papeletas.

El polémico diputado popular Pedro Gómez de la Serna, investigado por la justicia por tráfico de influencia y cobro de comisiones siendo diputado, ha sido otro de los focos de atención. Repudiado por su grupo, se ha recluido en la bancada popular, pero en la última fila y detrás de una de las columnas que sujetan las balconadas al hemiciclo. Durante más de una hora ha estado conversando con su correligionario Francisco Molinero, diputado por Albacete, que es el responsable de instruir el proceso interno que le ha abierto su partido.

Pero las mayores novedades en una sesión de este tipo han llegado a la hora de la jura o promesa de acatar la Constitución por parte de los 350 parlamentarios, un trámite imprescindible para adquirir la condición plena de diputado por parte de los candidatos electos. Y en este punto se han escuchado verdaderos pronunciamientos políticos, e incluso programáticos, por parte de los diputados de Podemos, de sus agrupaciones electorales territoriales y de otras formaciones como ERC y Bildu. La pregunta genérica que formula el presidente López es: ¿promete o jura acatar la Constitución?

La mayoría de los diputados de Podemos, empezando por Pablo Iglesias, han empleado una fórmula que comenzaba con la expresión “sí, prometo acatar esta Constitución para cambiarla”, momento en que cada parlamentario de esta formación introducía una frase, más bien larga, de su propia creación, para acabar con la misma expresión: “Nunca más sin la gente, nunca más sin el pueblo”. El pronunciamiento se culminaba con el puño levantado –en el caso de Pablo Iglesias, entre otros– o con el brazo alzado y la v de victoria –en el caso de Errejón–.

Los parlamentarios de Bildu, así como otros de ERC, han empleado la fórmula ya conocida de “por imperativo legal”; el diputado de la formación independentista catalana Joan Batista Olóriz ha gritado “¡Visca Catalunya lliure!”, mientras que el diputado de Podemos Rafael Mayoral ha exclamado con voz potente: “¡Viva España, viva el pueblo y vivan los trabajadores!”.

No obstante, no ha dejado de llamar la atención el hecho de que la mayoría de los parlamentarios de la formación morada ha tenido que recurrir a una chuleta para recitar su particular fórmula de acatamiento a la Constitución, cosa que el presidente de la Cámara ha permitido sin ningún problema, pero en medio de los abucheos de varios diputados de la bancada popular. Una de sus diputadas, Ana Marcelo, se ha trabucado mientras leía su papelito y ha tenido que volver a empezar. También Irene Montero, directora de gabinete de Iglesias, también ha empleado chuleta.

La secretaria primera Alicia Sánchez-Camacho, del PP, encargada de realizar la primera lectura de diputados, ha imprimido un ritmo rápido a la hora de nombrarlos para evitar que los de Podemos acabasen su parrafada. Los otros compañeros de Mesa de la diputada del PP han empleado ya un ritmo normal sin apabullar a quienes se excedían del “sí, prometo” o del “sí, juro”.

La exjuez canaria de Podemos, Victoria Rosell, también ha ultilizado una fórmula extensa para reclamar justicia social para todos, mientras que la actriz valenciana Rosana Pastor, también en las filas de Podemos, se ha comprometido a “trabajar por la cultura para todos”.

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