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Las cuentas de Andalucía Vox pone en jaque al Gobierno andaluz de PP y Cs al anunciar que rechaza los presupuestos

El presidente Moreno, que depende de los ultras para seguir en el Gobierno, defiende, en un mensaje lanzado para que se escuche en Madrid, que el "pacto a la andaluza funciona y puede funcionar en los ayuntamientos de toda España y en las CCAA donde hay mayorías alternativas a la izquierda"

Francisco Serrano y Santiago Abascal en una imagen reciente. REUTERS

raúl bocanegra

La estabilidad del Gobierno andaluz, formado por una coalición entre PP y Ciudadanos, pende en estos momentos de un hilo. En medio de las negociaciones para la configuración de gobiernos autonómicos y alcaldías -con singular importancia los de Madrid- a lo largo y ancho del país, Vox ha introducido un elemento más en la partida de ajedrez que juega con PP y, sobre todo, con Ciudadanos.

El partido de ultraderecha que dirige Santiago Abascal ha dejado muy claro esta mañana que, en este momento, su posición es la de tumbar los presupuestos de la Junta de Andalucía para 2019, que presentó el consejero de Hacienda, Juan Bravo (PP), el pasado viernes. Y, con ello, como un elemento de presión más a Pablo Casado y a Albert Rivera, sobre todo, ha decidido poner en jaque al Ejecutivo que preside Juanma Moreno (PP) mientras se aclara el panorama de los pactos.

“Vox rechaza los presupuestos del PP y Ciudadanos en Andalucía, pide la devolución de los mismos y anuncia enmienda a la totalidad. Estas partidas ideológicas van destinadas a financiar los chiringuitos de género, de inmigración ilegal y de marxismo cultural”, se puede leer en la cuenta de Twitter oficial del partido a nivel nacional.

La jugada de Vox, que se encargó de explicarla a los medios de comunicación en Sevilla el portavoz parlamentario en Andalucía, Alejandro Hernández, se produjo prácticamente al mismo tiempo en que el presidente de la Junta -delante de toda la dirección del PP en Andalucía- lanzó el mensaje de que el pacto a la andaluza “funciona” y es exportable a toda España.

En política, raras son las casualidades. Este no es uno de esos casos. Moreno, casi al mismo tiempo en que Vox le daba jaque, lanzaba, para quien quisiera escucharlo de Despeñaperros para arriba, singularmente Rivera, el nítido mensaje de que lo que tiene que hacer, sin duda, la derecha es cerrar pactos a tres entre Vox, PP y Ciudadanos allí donde sea posible, donde no sume la izquierda.

Estas fueron las palabras exactas que utilizó el presidente, quien además, las pronunció en un acto de su partido, arropado por la dirección, no institucional, separado por tanto, en lo simbólico, de Ciudadanos: “El pacto a la andaluza funciona y puede funcionar en los ayuntamientos de toda España y en las CCAA donde hay mayorías alternativas a la izquierda. Nadie puede tenerle miedo a la vía andaluza, que es razonable y sensata. La lectura que hago, después de 130 días [de Gobierno], es que esta fórmula funciona”. Luego, más adelante, el presidente, sin dar puntada sin hilo, añadió: “Vamos a dejar pasar la semana, vamos a dejar pasar unos días y a ver cómo transcurren los distintos escenarios. Nosotros aportaremos equilibrio, ponderación”.

Los plazos son los siguientes: hasta el día 6 de junio se pueden registrar las enmiendas a la totalidad y el día 12 -tres días antes de la constitución de los ayuntamientos- se debaten en el Pleno. Vox puede retirar hasta ese momento su enmienda sin consecuencias, con lo que los presupuestos proseguirían su tramitación. Este es el escenario que numerosos analistas y también la oposición considera más probable. Pocos se creen que estos presupuestos vayan a tener como consecuencia una ruptura y reflexionan que Vox se está poniendo en el cartel y atrayendo foco mediático para presionar en la negociación que se produce en Madrid.

El alfil presupuestario

Moreno comenzó su intervención un poco después de las 11.30 horas en la calle San Fernando, donde se ubica la sede del PP de Andalucía. Y, casi en paralelo, a las 12, el portavoz parlamentario de Vox, Alejandro Hernández, movía el alfil presupuestario. “Los actuales presupuestos son de continuidad, podrían haberlos presentado PSOE y Cs. Creemos que los actuales presupuestos se salen de la vía abierta en el apoyo de investidura de diciembre pasado. No apoyaremos el más de lo mismo”, escribió Vox en la cuenta oficial del grupo parlamentario.

Si Vox lleva hasta el final su posición de hoy -algo que dependerá mucho del comportamiento general de PP y Ciudadanos en las negociaciones a lo largo y ancho del país- y presenta, en efecto, finalmente, una enmienda a la totalidad, pondrá en riesgo la estabilidad del Gobierno andaluz y causará una profunda crisis, que dejaría a Moreno en el alambre.

El Estatuto de Andalucía prevé en su artículo 127.3 que “no procederá nueva disolución [del Parlamento] antes de que haya transcurrido un año desde la anterior […]”. Susana Díaz disolvió la Cámara el pasado 8 de octubre, cuando convocó los comicios, por lo que Moreno no podría hacerlo hasta ese día. Por tanto, un rechazo de Vox los presupuestos andaluces para 2019, podría no ser un golpe definitivo para el autodenominado “Gobierno del cambio”, que tendría de este modo, debido a la previsión estatutaria, un segundo cartucho que gastar con la elaboración de los de 2020. Así, la esperanza de su aprobación podría alargar la vida del Ejecutivo y su aprobación darle estabilidad hasta el inicio del año 2022.

“El presupuesto se aleja de todo lo que se decía que se iba a hacer por parte del nuevo Gobierno”, manifestó Hernández en rueda de prensa, según recoge Europa Press. Hernández añadió que la decisión de presentar la enmienda a la totalidad no es tanto una cuestión de partidas y capítulos, sino que es una “cuestión global y de espíritu”.

“Si estamos trabajando por un cambio real, no nominativo ni superficial o cosmético, habría que empezar desde el minuto uno, por estos presupuestos”, recalcó Hernández. “Tendrán que negociar con nosotros y hacer cumplir los acuerdos que hemos firmado”, agregó el diputado Manuel Gavira, sentado al lado de Hernández. Vox espera un “gesto del Gobierno que se dice del cambio para intentar cambiar un poco las políticas en Andalucía”, según recoge Europa Press.

Una comisión negociadora

En el Gobierno andaluz, según las fuentes consultadas, interpretan también, al igual que la oposición, que la maniobra de Vox obedece más a una lógica nacional, como método para presionar a Casado y Rivera, que a una lógica andaluza propiamente dicha. Consideran que el partido ultra ha querido meter en la mesa la estabilidad en Andalucía por razones puramente tácticas de Abascal.

Sin embargo, las razones que ha expresado Vox públicamente en Andalucía tienen más que ver con su ideología reaccionaria, ultranacionalista, antifeminista y defensora de “aquellos que aquellos que tuvieron padres en el bando nacional” durante la guerra civil y la represión -el presupuesto contempla, por ejemplo, una partida para aplicar la Ley de Memoria histórica- que con la lógica nacional.

En este ambiente, Moreno impulsó, además del mensaje político de fondo, una comisión negociadora con Vox y con Ciudadanos para hablar en Andalucía de los pactos en los Ayuntamientos. En ella, el presidente colocó a su equipo de confianza, al equipo médico habitual: la secretaria general del PP-A, Loles López; el consejero de la presidencia y portavoz del PP, Elías Bendodo; el vicesecretario general, Toni Martín; y el portavoz del PP-A en el Parlamento, José Antonio Nieto.

Las prioridades para Moreno son amarrar las alcaldías de Granada, Córdoba -hoy gobernadas por el PSOE-, y Jaén -en manos del PP- en las que los conservadores necesitan un pacto como el de la Junta para ganarlas: Ciudadanos y Vox son imprescindibles para gobernar. “Tenemos 140 mayorías absolutas y 50 mayorías relativas [en Andalucía, hay más de 770 municipios, más de la mitad en manos del PSOE] y en otros estamos en negociación. Vamos a superar las 178 alcaldías que tenemos hoy”, dijo Moreno.

Moreno, además de defender la viabilidad de la fórmula que le hizo a él presidente, también lanzó un mensaje en clave interna y trató de empujar al PP, después de que el partido se haya escorado hacia la derecha por necesidad y, en ocasiones, ADN de sus dirigentes, hacia el centro del tablero. “Somos un mal enemigo. Cuando nos caemos, nos levantamos, como si no nos hubiéramos caído. Nuestro proyecto es rocoso, sólido. Podemos gobernar en cualquier rincón de Andalucía. En unos podemos tardar más, en otro menos”, dijo el presidente.

“No caemos en la contemplación. Tenemos mucho margen de mejora y sintonizar con una parte de la sociedad con la que aún no lo hemos conseguido. El centro derecha ha vuelto a aglutinarse en torno al PP. Somos esa alternativa a la izquierda, fresca, ilusionada, inclusiva y centrada. Esa alternativa es la que está funcionando y va a funcionar”, remachó Moreno.

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