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La derecha se rompe en Navarra tras el órdago de UPN

La dirección del partido avala de forma abrumadora la decisión de abstenerse en los Presupuestos 

GUILLERMO MALAINA

La derecha en Navarra se rompe. El Consejo Político de UPN –máximo órgano entre congresos– no claudicó ante la amenaza de romper del PP y refrendó a última hora de la noche de ayer que es una formación autónoma para abstenerse en la votación de los Presupuestos Generales del Estado de 2009. Como consecuencia, si el PP cumple finalmente su palabra, el pacto que les unía desde 1991 está a punto de ser historia.

El enclave supuso un cierre de filas en torno al presidente navarro, Miguel Sanz. Tras un intenso debate, aprobó un documento de seis puntos con 163 votos a favor, 12 abstenciones y cinco en contra. El último punto resulta inequívoco: “UPN se abstendrá en el supuesto de una enmienda a la totalidad (del PP)”.

En el escrito, el Consejo Político comienza afirmando que UPN “no es sucursal de ningún partido nacional”. Y tras ratificar su deseo de mantener el pacto con el PP, le insta a reconsiderar la idea de plantear una enmienda a la totalidad “poco conveniente”.

Preguntado sobre la posibilidad de que uno de sus diputados, Santiago Cervera, no se abstenga en la votación, Sanz se limitó a decir que UPN cuenta con un “Comité de Disciplina”. El Consejo concluyó con Sanz eufórico y envuelto en abrazos.

El incio había sido más gris. Preocupación y caras de circunstancias y serias. Los 183 compromisarios de UPN reunidos fueron llegando a la cita, en un hotel de Pamplona, poco antes de las siete y media de la tarde con la preocupación metida en el cuerpo, sabedores de que iban a tomar una de las decisiones más importantes en la historia del partido: en síntesis, plegarse al PP o defender su autonomía, costara lo que costara.

Pocos pensaban que se iba a llegar tan lejos en la polémica que viene sacudiendo los cimientos del pacto de la derecha en la Comunidad foral desde principios de septiembre, cuando el presidente navarro defendió por primera vez la autonomía de su partido para votar los Presupuestos en función de los intereses de Navarra y no de los deseos del PP. Y para el jefe del Ejecutivo foral, entre los intereses de los navarros está mantener la estabilidad del acuerdo con el Partido Socialista.

Así, el líder del PP, Mariano Rajoy, ha sido incapaz de convencer a un Sanz en las tres reuniones celebradas, la última este mismo jueves. A las pocas horas del encuentro, la dirección conservadora lanzó su conocido órdago a UPN: la indisciplina de voto sería “un hecho sin precedentes que implica la automática ruptura del pacto”.

Habrá que ver el alcance que tiene la amenaza del PP los próximos días, pues los dos diputados de UPN no deberán votar las enmiendas hasta el 23 de octubre. Pero, ayer la mayoría de los 183 compromisarios que participaron en un tenso Consejo Político tenían claro que el partido de Rajoy va en serio en su advertencia.

Había mucho en juego, de ahí que el enclave, que en un principio se preveía que iba a concluir en menos de dos horas, tuvo una prórroga tras otra hasta acabar poco antes de las once de la noche. Todos querían intervenir.

Una portavoz de UPN tuvo que salir varias veces para explicar que la reunión iba a durar más de lo previsto. Otra de las novedades es que, finalmente, la votación iba a ser secreta en lugar de a mano alzada. “En asuntos de menor importancia también se ha hecho”, explicó.

Esta fue la pírrica victoria del sector que defendía respetar a ultranza la disciplina de voto con el PP en los Presupuestos Generales del Estado. Pensaba que si éste era secreto, habría más compromisarios que podrían oponerse a Miguel Sanz. Pero ni así.

El cierre de filas entorno al presidente navarro fue total. Ahora a UPN le toca esperar cuál es la respuesta del PP. Porque a nadie en el partido regionalista le cautiva la idea de unas elecciones con papeletas distintas de UPN y PP. La fragmentación de voto podría poner en peligro la continuidad de los gobiernos de UPN. En los comicios de 2007, sumó 139.122, algo menos del doble que Nafarroa Bai (77.893).

Pero, la próxima cita con las urnas aún está lejos. Ahora, Miguel Sanz y quienes le apoyan temen más que un rechazo a las cuentas del Gobierno de Zapatero haga tambalearse ya mismo su Gobierno.

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