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La encuesta del CIS mete el susto en el cuerpo al nuevo aparato del PSOE

JUAN ANTONIO BLAY

'O espabilamos o la camisa no nos va a llegar al cuello dentro de nada'. Esta frase, pronunciada por una diputada del grupo parlamentario socialista en el Congreso de los Diputados, refleja gráficamente una sensación extendida entre cargos electos y miembros del aparato territorial del PSOE tras conocerse los datos de la encuesta trimestral del CIS hecha pública ayer en la que se incluye una estimación de voto.

La diferencia entre el PP y el PSOE se amplia hasta 8,8 puntos porcentuales y, lo que es más grave para los socialistas, la opción de Podemos se acerca, ya como tercera fuerza política, a tan solo 5,9 puntos. Estos datos plantean a la formación socialista un panorama 'ciertamente preocupante, aunque bien es verdad que hay que analizarlos fríamente. En cualquier caso, hay que ponerse a trabajar desde este mismo momento o de lo contrario los problemas pasarán de las encuestas a las urnas', ha declarado a Público un veterano parlamentario próximo a la nueva dirección del partido.

La gestión del nuevo equipo de Pedro Sánchez al frente del PSIOE se ha estrenado con un duro golpe que ha sido encajado 'con actitud flemática pero con evidente susto', según un miembro de la nueva dirección que pide el anonimato. El argumento de defensa se basa en una mera circunstancia que se eleva a categoría: la encuesta del CIS, elaborada entre los días 1 y 9 del pasado julio, no recoge el posible impacto del resultado de las primarias internas, comocido el domingo día 13, ni la proclamación del nuevo líder, Pedro Sánchez, en el congreso extraordinario celebrado los días 26 y 27 de julio.

'Políticamente, el barómetro del CIS está desfasado', afirmó ayer el nuevo 'número dos' del PSOE, CésarLuena. La frase fue repartida a modo de argumentario entre los cuadros del partido y a ella, disciplinadamente, se aferraron como clavo ardiendo los cuadros orgánicos y los parlamentarios de cualquier federación territorial. No obstante, a renglón seguido, todos ellos mostraban preocupación en distintos grados. Incluso sensación de susto.

'Los datos reflejan que seguimos sin centrar un discurso de izquierdas, aunque eso no es responsabilidad de la actual dirección a la que hay que dar un margen. Pero no nos queda mucho tiempo, la verdad. El ascenso de Podemos no es mérito suyo, es demérito nuestro. No logramos recoger el descontento ciudadano', manifiesta a Público un secretario general de una provincia con un elevado número de militantes.

'Hay preocupación, pero la justa; no es cuestión de alarmarse sino de ponerse a trabajar más y mejor'

'Hay preocupación, pero la justa; no es cuestión de alarmarse sino de ponerse a trabajar más y mejor', apunta una diputada que ha entrado en la ejecutiva federal de Pedro Sánchez por primera vez. 'Hay que tener en cuenta que estamos arrancando y que Pedro Sánchez empieza ahora a ser conocido. Vamos a remontar, seguro', añade. En un tono más crítico se pronuncia otro diputado nacional: 'Espero que tras elcongreso extraordinario hayamos cogido ritmo. La realidad es que perdemos votos por la izquierda; como no nos movamos nos vamos a desangrar por la izquierda. Debemos lanzar mensajes de izquierda muy claros', apunta.

Otros parlamentarios, algunos miembros de ejecutivas en diversas estructuras del partido, explican que Podemos está recogiendo 'un malestar social, pero aunque no sea un fenómeno coyuntural en los próximos procesos electorales quedará encuadrado en unos márgenes más pequeños. Al final va a afectar más a IU que al PSOE. Pero es verdad que hay un resurgir de la izquierda con independencia del apellido que lleve. Esa es una clave para las próximas elecciones'.

Al margen de las diferentes percepciones y de una seria preocupación como denominador común en el aparato y en el grupo parlamentario, hay quienes consideran que el resurgir de Podemos reflejado en esta encuesta del CIS todavía recoge el patrón de las elecciones pasadas: una canalización de la indignación y del cabreo de la gente frente a dos partidos con dificultades, el PP por su gestión conservadora y el PSOE en búsqueda de un líder nuevo. Pero incluso las reflexiones más serenas también admiten que 'el susto se ha instalado entre nosotros. Habrá que ver lo que dura', sentencia un experto político socialista cosultado por este periódico.

 


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