ERC gana tiempo y ordena el proceso de reestructuración con Junqueras dispuesto a liderarlo
Los republicanos han hecho frente a la debacle electoral con la salida de Pere Aragonès y con un intenso y duro debate interno sobre las responsabilidades colectivas, pero una dividida dirección consensua aplazar un congreso extraordinario y el paso a la oposición.
Barcelona-Actualizado a
De los tres partidos mayoritarios de Catalunya es Esquerra Republicana, sin duda, el mayor damnificado de los resultados electorales del domingo. El resultado es considerado internamente como "muy malo" con la pérdida de la presidencia de la Generalitat i de 13 diputados, quedándose con solo 20 escaños que les sitúa en el peor resultado de las últimas dos décadas, si se descuentan los diez diputados del 2010 cuando tocó fondo como consecuencia del final de etapa de los tripartitos de las izquierdas.
Un batacazo en toda regla que ningún dirigente de Esquerra con los que ha hablado Público discute o minimiza, y que obviamente ha impactado en el interior del partido. Con una primera consecuencia de gran calado como es el anuncio del president de la Generalitat en funciones y coordinador nacional del partido, Pere Aragonès, que se retira de la primera línea política.
La marcha de Aragonès es el primer paso de un proceso de reordenación interna -algunas fuentes hablan de "reconstrucción" del partido- no exento de fuertes tensiones, que habrá que ver cómo se desarrolla. Un proceso que deberá compatibilizarse con la toma de posición de ERC respecto a la gobernabilidad de Catalunya y el papel en las negociaciones que el PSC abrirá los próximos días para aunar los apoyos necesarios para la investidura de Salvador Illa.
A la oposición, pero sin postura fijada respecto a Illa
En plena resaca electoral nada está claro sobre la posición que fijará ERC, ni quién acabará tomándola. Además, Esquerra es un partido de profundas raíces asamblearias y la militancia tendrá mucho que decir. De momento, los dirigentes consultados aseguran que se ha llegado a un consenso amplio de que ERC debe pasar a la oposición después de este mal resultado, tal como anunció la noche electoral el propio Aragonès. "La gente no entendería que después del mensaje que nos han enviado continuáramos en el Govern como si nada", explican. También descartan participar en "una investidura imposible" como la que plantea Carles Puigdemont, dado que el independentismo ha perdido la mayoría absoluta.
Por tanto, ERC deberá decidir entre facilitar la investidura de Illa de alguna manera, para que forme un Govern en solitario, o votar en contra con lo que se podría producir el bloqueo que nos llevaría a la repetición electoral. La decisión está absolutamente verde. Diversos miembros de la dirección apuntan a que "una repetición electoral puede ser muy perjudicial para nosotros". Pero hay división de pareceres y otros miembros de la Ejecutiva aseguran que "no se puede descartar la repetición electoral e incluso que las réplicas de la política catalana acaben forzando unas elecciones generales anticipadas", explican.
Sin candidato para una repetición electoral
El problema para ERC en una repetición electoral sería encontrar un candidato o candidata solvente, dado que Aragonès ya no se presentaría y Oriol Junqueras continúa inhabilitado. Los asesores jurídicos de ERC no creen que la aplicación de la amnistía llegue a tiempo para liberar a Junqueras de su condena, a causa de las preguntas prejudiciales que se prevé presentarán los jueces y que alargarán el proceso. Por todo ello, desde la dirección de ERC intentan sacudirse la presión y aseguran que “hay que relativizar eso de que ERC tiene el papel decisivo para desbloquear la investidura. El PSC y Junts han sacado unos resultados que les obliga a tomar decisiones y dado que han hecho una pinza rotunda para desgastar el Govern y forzar el final de la legislatura, poniéndose de acuerdo en temas como el Hard Rock o la ampliación del aeropuerto, lo lógico sería que ahora se entiendan para hacer Govern o desbloquear la situación".
Más allá de la decisión sobre Illa y el bloqueo, el impacto de la debacle electoral y las discrepancias sobre el análisis de los resultados han provocado tensiones muy importantes en Esquerra. Pero fuentes de la dirección aseguran que se ha conseguido un cierto consenso para evitar una crisis interna repleta de confrontación entre dirigentes. Confrontación que podía haber tenido "consecuencias impredecibles, pero con toda seguridad nefastas", en palabras de una de esas fuentes.
Convulsiones históricas
Esquerra es un partido que ha tenido convulsiones internas históricas de dimensiones extraordinarias como las que se produjeron en 2008 con un congreso que provocó numerosas escisiones y un grave enfrentamiento entre los líderes del partido del momento, Josep-Lluís Carod-Rovira -que acabó abandonando el partido- y Joan Puigcercòs. En las elecciones de dos años más tarde ERC tocó fondo con solo 10 diputados. Este es un elemento que se ha tenido muy en cuenta estos días para evitar una situación similar.
Lo cierto es que con la entrada de Oriol Junqueras y Marta Rovira como máximos dirigentes del partido en 2011 la pacificación ha sido absoluta y el liderazgo de la dirección incuestionable. Ha contribuido a ello los continuos crecimientos electorales de Esquerra hasta ahora. Con solo algún sector crítico muy minoritario que no ha recogido nunca más allá del 2 o el 3% de los votos contrarios a la dirección. Es el llamado Col·lectiu Primer d'Octubre que ya ha pedido la dimisión de toda la dirección nacional después de la marcha de Aragonès. Pero lo cierto es que la relación entre los dirigentes de Esquerra se ha ido resquebrajando y deteriorando. Y todas las fuentes consultadas admiten que la relación entre Oriol Junqueras, Marta Rovira y Pere Aragonès "no pasa por su mejor momento, por decirlo suave".
Frágil estabilización para la transición
Todos los dirigentes consultados admiten que, de momento, después de la Ejecutiva Permanente -una dirección ampliada donde participan cargos institucionales-, en la que Aragonès anunció su marcha este pasado lunes, y también después de una tensa reunión de la Ejecutiva nacional el lunes por la tarde con 4 horas de duración, se ha estabilizado el partido y se ha ordenado el proceder para la reestructuración de la formación. O por lo menos se ha intentado hasta ahora, aunque reconocen que con "frágiles equilibrios".
Un objetivo fraguado, no sin pocas discusiones y tensiones, en el war room del partido durante los últimos días de campaña, el día de reflexión y la noche electoral, ya que eran conscientes de que se avecinaba un mal resultado, aunque sin saber la dimensión. Los dirigentes de Esquerra prepararon en ese tiempo tres escenarios previendo actuaciones diferentes en cada caso: que al final los indecisos permitieran revalidar o incluso mejorar resultados, cosa poco probable. Que la caída fuera hasta los 25 diputados. O que fuera inferior a 25 diputados como finalmente ha pasado. En este caso, la retirada de Aragonès estaba asegurada y se ha ejecutado con precisión milimétrica.
Sin congreso extraordinario, de momento
Uno de los principales acuerdos que se establecieron este lunes ha sido aplazar la convocatoria de un congreso extraordinario que planteaban para este mes de julio algunos pesos pesados del partido. Lo cual habría clarificado y acelerado la reconstitución de los liderazgos del partido, pero "con un grave peligro de enfrentamientos internos por el liderazgo que podría derivar en una contraproducente guerra civil fracturando totalmente el partido", según explica un asistente a la reunión. Al menos, de momento este es el planteamiento y el congreso extraordinario no se convocará si no ocurren imprevistos o se tensa la situación interna.
Rovira: “Debemos hacer una transición tranquila”
Con todo, está por ver si esa estabilización se mantiene en el tiempo. La asunción de responsabilidades es uno de los caballos de batalla interna, que puede generar controversias y enfrentamientos. Aragonès anunció su retirada en una comparecencia en solitario -sin ningún miembro de la dirección a su lado- y con sus palabras, hablando de "responsabilidades personales y colectivas", ponía sobre la mesa que su defenestración no podía ser la única. En La Ejecutiva de este lunes han sonado mucho dos palabras: "transición tranquila". Las verbalizó desde Ginebra -en videoconferencia- la secretaria general del partido, Marta Rovira. Con la idea de que la dirección actual debería pilotar la actual crisis, pero abriendo paso a nuevos liderazgos y transferir el poder cuando el partido esté preparado.
Junqueras quiere seguir al frente de ERC "para la reconstrucción"
Un planteamiento que no casa muy bien con la pretensión del actual presidente de ERC, Oriol Junqueras, que ya ha manifestado públicamente en una carta a la militancia y a la ciudadanía, su voluntad de continuar al frente del partido. Según Junqueras especifica en la carta: "Me veo con ánimo y fuerza de seguir trabajando por nuestro país. Y hacerlo, como siempre, desde el lugar que determine la militancia de ERC, a través de los máximos órganos soberanos del partido que correspondan".
Fuentes próximas al presidente de Esquerra aseguran que Junqueras "está dispuesto a trabajar por la reconstrucción del partido, aunque sea un trabajo duro y complicado". Estas mismas fuentes recuerdan que la represión, con el encarcelamiento e inhabilitación de Junqueras, "no le ha permitido dirigir el partido con todas sus potencialidades". Fuentes que también aseguran que Junqueras le habría pedido a Marta Rovira trabajar conjuntamente en esa reconstrucción. Fuentes próximas a la secretaria general no ven demasiado factible esta operación: "ERC no es de nadie, es del conjunto de la militancia y un instrumento del país. Debemos ser conscientes del momento crítico que vivimos y hacer lo mejor para el partido que es hacer lo mejor para el país. Y eso pasa por una transición, tranquila y ordenada pero hacia un relevo en los liderazgos".
Un relevo de liderazgos, que al margen de si Junqueras se mantiene al frente de ERC, tiene una primera dificultad y requiere su tiempo. Dado que ahora mismo no se entrevé ningún nombre que despunte para protagonizar este proceso. La configuración del grupo parlamentario antes del 10 de junio puede dar alguna pista, aunque nada concluyente. Por ejemplo, habrá que ver que posición ocupa la vicepresidenta en funciones del Govern y número dos de la lista, Laura Vilagrà, después de la retirada de Aragonès. O si el actual presidente del grupo parlamentario,
Josep Maria Jové , revalida el cargo. Pero habrá que esperar también a ver cómo son las reacciones internas a la decisión de Junqueras de postularse al frente del partido. Otros dirigentes que consideran que el relevo debe ser profundo e incluir al propio presidente del partido podrían mover fichas inesperadas. "Es difícil creer que la pérdida de 13 diputados es exclusivamente atribuible a Aragonès y al Govern y otros actores principales de la dirección se pueden aislar o esquivar la responsabilidad", asegura un destacado dirigente.
El debate estratégico, sobre la mesa
ERC se centra ahora en el debate de los liderazgos, que algunos consideran que "no solo hay que renovar, sino que hay que reformular el estilo del liderazgo que debemos tener", en una crítica implícita a un cierto presidencialismo. Pero también hay en ERC un debate de gran profundidad sobre la posición estratégica del partido, que quizás hace menos ruido que lo que popularmente se llama "cortar cabezas" pero que tendrá una importancia nuclear para el futuro del partido.
Debate en el ámbito soberanista sobre cómo articular una propuesta independentista netamente definida y creíble que recupere el perfil de ERC en este ámbito. O en el apartado ideológico, optando entre un perfil de partido socialdemócrata pero nítidamente de izquierdas, o un partido de amplio espectro que puede dirigirse a un electorado que va desde los límites de la antigua Convergència hasta la CUP, pasando por el PSC o los comuns.
En palabras de Oriol Junqueras: "Queremos volver a abrir el partido a las corrientes más innovadoras y políticamente fértiles, desde el catalanismo más pragmático hasta el más idealista, que bajo la divisa republicana y progresista vincula a todos los demócratas, moderados y radicales. Somos la izquierda nacional transformadora, feminista y verde, de socialistas, liberales, sindicalistas, que abarca todas las sensibilidades del centro hacia la izquierda: desde democristianos y socialdemócratas hasta comunistas y libertarios".
Finalmente, analizando también estratégicamente la relación de los republicanos con el poder, ya que a pesar de considerar internamente que se ha hecho una buena gestión de Govern, el electorado ha castigado a Esquerra y ya lo hizo en 2010 en la anterior etapa gubernamental de los tripartitos. O penalizando a los republicanos en las últimas municipales donde las principales alcaldías de ERC, como las de Tarragona y Lleida, cayeron estrepitosamente sin que hubiera temas de gestión polémicos.
Días que marcarán años
ERC ha sido un partido de apariencia monolítica en los últimos años bajo la dirección de Junqueras y Rovira. Pero ha sido siempre un partido poco predecible y con tendencia a la convulsión. Donde, además, a pesar de liderazgos fuertes como los actuales, las bases de la militancia tienen un poder y una capacidad de decisión formidables. Un miembro de la dirección se mostraba satisfecho de como se ha afrontado la debacle electoral: "El partido ha ganado los dos últimos días una fortaleza orgánica que no tenía, a pesar de los desastrosos resultados, y no podemos olvidar que somos un partido casi centenario que ha vivido muchas cosas, mucha represión históricamente y muchos debates internos, como los que ya tenían Macià y Companys". Pasará lo que tenga que pasar en ERC y la militancia decidirá, pero no es solo una cuestión interna de un partido, porqué lo que pase afectará, ni más ni menos, a la formación del nuevo Govern e incluso a la estabilidad del Gobierno español.
Los pasos que se den los próximos días en Esquerra hacia una "transición tranquila", o en camino contrario, serán decisivos. Así pues, ERC afronta unos días complejos y delicados, que marcarán lo que pase en los próximos años en este partido fundado un 19 de marzo de 1931, en la discreta calle Cros de Barcelona en el corazón del obrero barrio de Sants. Una Esquerra Republicana de Catalunya que cambió la historia con una aplastante victoria electoral en las elecciones electorales celebradas pocos días después de su nacimiento y la consiguiente proclamación de la República.
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