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La estampida de cargos de Ciudadanos: 200 se han ido al PP y casi ninguno al PSOE

Alberto Núñez Feijóo presume de los fichajes procedentes de una fuerza naranja en proceso de descomposición. Ferraz señala que el volumen de cargos que le llegan desde Cs es "residual".

La líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, interviene durante la sesión de control al Gobierno del pasado miércoles en el Congreso. A su lado, Edmundo Bal
Inés Arrimadas, líder de Cs, junto a su compañero Edmundo Bal, el pasado miércoles en el Congreso. / Mariscal. - EFE.

Si hace una semana eran 167, como presumió Alberto Núñez Feijóo, ahora ya son 200 los cargos de Ciudadanos que se han ido al Partido Popular (PP), según señalan fuentes de Génova a Público. El contador que ha puesto en marcha el PP aumenta día a día y escribe el epílogo de Ciudadanos que se venía anticipando desde 2019.

Así, para los miembros de Cs parecen dibujarse ahora dos caminos: o dejar la política o irse al PP, que les ha abierto las puertas públicamente en una evidente estrategia de desgaste. Pero, ¿por qué en un partido que se presuponía, y se define, "liberal y progresista" la señal de salida apunta a la derecha? ¿Por qué la fuga de cargos al PSOE es anecdótica?

En el PP defienden dos tesis: la primera, la que parece más evidente, es que "eran de derechas", pero en un momento dado se fueron desencantados con el PP; la segunda es que hay gente "indecisa" entre el PP y el PSOE que se "apunta al carro ganador", dicen fuentes populares. Desde Cs han denunciado en numerosas ocasiones, especialmente en tiempos de Pablo Casado, que los populares estaban emprendiendo una "OPA hostil" contra dirigentes de su partido. 

Lo cierto es que esa indecisión que señala Génova es el síntoma de un partido en el que ahora mismo se ven de forma clara las importantes, incluso incompatibles, diferencias ideológicas. Es más, el sector crítico con la expresidenta del partido Inés Arrimadas, liderado por Edmundo Bal, surgió de las discrepancias con la deriva conservadora de Ciudadanos. "Estoy harto de que me llamen facha", llegó a decir el abogado del Estado.

La situación del partido naranja es ahora muy complicada. Especialmente tras el revuelo generado por uno de sus principales activos como cargo público. La vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, coqueteó con integrarse en el PP. Las formas fueron especialmente criticadas internamente y además tampoco se aceptaron en Génova. Villacís ha sido proclamada candidata de Cs para las elecciones municipales pese a no recoger los avales suficientes. 

En cambio, los trasvases de dirigentes y cargos públicos de Cs hacia su izquierda, hacia el PSOE, son prácticamente "residuales". Así lo califican en Ferraz, que, obviamente, no tiene un listado recogido como el de Feijóo. En las filas del PSOE ironizan sobre que el partido naranja "ha demostrado ser bastante más de derechas que de centro", vistos los resultados y las políticas llevadas a cabo durante los últimos años. 

Catalunya, Castilla-La Mancha o Andalucía 

Los casos que han trascendido de fichajes del PSOE procedentes de Cs no son ni muy relevantes ni muy numerosos, en contraposición con los nombres que maneja el PP. En los últimos días se ha conocido, por ejemplo, el caso de Cristina Miguel. Es portavoz de Cs en el Ayuntamiento de la localidad madrileña de Arganda del Rey y ya ha anunciado públicamente su integración en el PSOE, que actualmente ostenta allí la Alcaldía. 

En el PSOE destacan que los principales territorios donde pueden darse movimientos de este tipo son Andalucía o Castilla-La Mancha. En territorio andaluz, según destacan fuentes socialistas consultadas, la mayor parte de fichajes vendrá de candidaturas independientes, en todo caso. O de concejales de Cs que formen plataformas locales específicas y abandonen la formación. No hay, por tanto, de momento fichajes relevantes. 

PSOE y Cs gobiernan conjuntamente el Ayuntamiento de Jaén. Allí la coalición es estable, según estas fuentes. Y Cs ya ha manifestado la voluntad de volver a presentarse, así como repetir Gobierno municipal si los resultados son favorables. En Andalucía destaca también un nombre propio, el de Luis Salvador. Pertenecía al PSOE, pero luego fue candidato a la Alcaldía de Granada con Cs. Fue alcalde, pero perdió apoyos, dimitió, le dio la alcaldía al PSOE y fue expulsado de Cs. Apoya desde el año pasado a los socialistas, pero no tiene cargo ni militancia. 

Los socialistas sí destacan especialmente un territorio como Catalunya. Los trasvases más relevantes se han producido allí hacia el PSC. El caso más destacado es Rubén Viñuales, que fue fichado en 2020 procedente de Cs y ahora será el cabeza de lista para las municipales en Tarragona. En otras dos localidades como Vila-seca o Morell serán exintegrantes de Cs los cabezas de lista: Joan Antón Ramírez y Francis Palma, respectivamente.

También en las listas de Barcelona o Girona se integrarán algunos antiguos miembros del partido naranja o cercanos a él como Fernando Carrera o Daniel Pamplona. El PSC prevé la incorporación de más de una decena de candidatos procedentes de Cs en las listas para las municipales, todavía en elaboración. 

Pese a la mala relación a nivel estatal entre el Gobierno de Pedro Sánchez y la formación que lidera Arrimadas, socialistas y populares mantienen pactos a nivel municipal en varias capitales de provincia y otros municipios. Donde más tiempo llevan con ellos es en Castilla-La Mancha. Allí gobiernan en coalición en tres capitales como Albacete, Ciudad Real y Guadalajara

Fuentes del PSOE de Castilla La Mancha destacan que la primera dirección que tuvo Cs en la región tenía una tendencia más de centro-izquierda pero que poco a poco fueron desplazados o salieron del partido. Reconocen que algún movimiento puede haber en la región de cara a las listas del mes de mayo pero que todavía es pronto para concretarlo. Del mismo modo apuntan que la predisposición para reeditar los pactos de coalición municipales está ahora mismo intacta, haya o no fichajes. 

Del pacto en 2016 al "con Rivera no" de 2019

Murcia es otro ejemplo. En este caso muy significativo. En 2021, una jugada diseñada tanto en el plano municipal como autonómico provocó un terremoto a nivel estatal. Cs trató de romper con el PP en el Gobierno autonómico de Fernando López-Miras a través de una moción de censura, pero la decisión de tres diputados tránsfugas la echó por tierra. No pasó así en el Ayuntamiento de Murcia, donde PSOE y Cs sí que lograron cambiar la Alcaldía, ahora en manos de los socialistas junto al partido de Arrimadas. 

La decisión de Cs generó que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, rompiera su coalición con la fuerza naranja y convocara elecciones. Un hecho que desencadenó poco después la dimisión de Pablo Iglesias como vicepresidente para ser candidato de Podemos en las elecciones autonómicas. Tras su mal resultado, Iglesias abandonó la primera línea política. 

En todo caso, la relación de Cs y PSOE ha marcado la historia política reciente. En la memoria quedan aquellos gritos en la sede de Ferraz por parte de militantes simpatizantes de Sánchez cuando este ganó las elecciones en 2019. "Con Rivera no", se coreaba. La militancia socialista que había apoyado al actual presidente años antes en las primarias expresaba su preferencia porque mirara a su izquierda.

Y así pasó, con el pacto entre PSOE y UP que formaría el primer Gobierno de coalición. Lejos queda el intento de pacto de Sánchez con el exlíder de Cs en 2016, que fue rechazado por la formación morada. Desde entonces, el partido naranja ha ido perdiendo progresivamente fuerza y su total presencia en los Gobiernos autonómicos de los que formaba parte con el PP (Andalucía, Castilla y León, Murcia y Madrid). Algunas encuestas incluso ya dan por segura su desaparición del Congreso tras las próximas elecciones generales. 

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