Este artículo se publicó hace 2 años.
Feijóo se aparta de la crisis sanitaria de Ayuso que amenaza su pretendido perfil de "buen gestor"
Génova quiere dar protagonismo a su ofensiva contra el Gobierno por el delito de sedición pero la política sanitaria de Ayuso ha tirado por tierra sus planes. El PP busca desviar el foco y elevar el la crisis a nivel nacional
Madrid-Actualizado a
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha elegido el silencio para evitar que la guerra abierta entre Isabel Díaz Ayuso y el personal sanitario de Madrid le salpique. Dieciocho minutos de intervención frente a la plana mayor del partido y ni una una sola referencia a la crisis sanitaria que atraviesa la Comunidad Madrid y que provocó la multitudinaria manifestación de este domingo en defensa de la sanidad pública. Para Feijóo, al menos en público, es como si no hubiese ocurrido. Aunque en este caso, lo que no se nombre sí existe.
Si Génova quería centrarse este lunes en la ofensiva contra el Gobierno por la derogación del delito de sedición, Ayuso tiró por tierra sus planes. Uno a uno los dirigentes autonómicos del PP entraron en la sede del partido para asistir al Comité Ejecutivo Nacional y toda la atención de los medios de comunicación estaba puesta en lo mismo: la situación de la sanidad en Madrid y la respuesta del gobierno autonómico a la manifestación. Según Ayuso, "la manifestación de ayer no fue en defensa de la sanidad pública, sino para buscar un nuevo liderazgo de ultraizquierda".
Ni los barones ni Génova secundan a la presidenta madrileña en esta estrategia negacionista de la realidad del sistema sanitario en su comunidad, ni hacen suyos los ataques a los manifestantes. "Lo primero es respeto absoluto a quienes se manifiestan", subrayaba un presidente autonómico a las puertas de la sede nacional del PP. Fuentes del equipo de Feijóo inciden también en esta idea y reconocen que el "que haya una parte de la manifestación compartida por la izquierda" no deslegitima la protesta.
De forma implícita en el PP aceptan que hay motivos para la huelga de personal sanitario en la Comunidad de Madrid, aunque traten de desviar el foco y elevar el la crisis a nivel nacional. Conjurados en una especie de "y tú más", los dirigentes autonómicos populares de fuera de la capital desfilaron este lunes por Génova reivindicando que se mirase también a sus regiones porque estaban "peor que Madrid".
La solución del PP: más médicos de familia en el MIR
Desde el equipo de Feijóo aseguran que la solución a la agonía del sistema de Atención Primaria pasa por un plan "de amplio espectro" que debe salir de la administración central y piden un pacto nacional por la Sanidad. En este sentido, los consejeros de Sanidad de las comunidades autonómicas gobernadas por el PP se han reunido este lunes (desde Génova aseguran que el encuentro ya estaba programado desde la semana pasada) y han acordado exigir al Ministerio la convocatoria urgente de un Consejo Interterritorial Extraordinario.
La principal propuesta del PP es "incorporar de forma inmediata más
médicos de familia en formación en la próxima convocatoria MIR", según han trasladado desde el partido en una nota de prensa. "Es ineludible flexibilizar
inmediatamente el sistema de acreditaciones de unidades docentes para las plazas MIR", dice el comunicado.
En sentido, el equipo de Feijóo se ha negado a valorar el plan de urgencias extrahospitalarias de Ayuso que ha provocado la crisis sanitaria en la Comunidad de Madrid. ¿Comparte el PP nacional, por ejemplo, que se puedan realizar consultas por vídeollamada? "No valoramos planes de otras comunidades". "No conocemos el plan", zanjan.
Es difícil de entender que a Génova le sea ajeno el plan sanitario de la Comunidad de Madrid cuando el ex viceconsejero de Asistencia Sanitaria y Salud Pública en el Gobierno de Ayuso, Antonio Zapatero, es ahora el responsable nacional de Asistencia Sanitaria y Salud Pública del PP. Zapatero dejó su cargo en el mes de septiembre.
Feijóo pide "moderación" para hacer oposición
Lo que está claro es que Feijóo quiere, el menos de forma pública, marcar distancias con las políticas de Ayuso y eso ha hecho este lunes con su silencio pero también con un mensaje claro.
El presidente del PP terminó su intervención en el Comité Ejecutivo pidiendo, delante de la presidenta madrileña, "moderación", "serenidad", "centralidad" y dejar a un lado las "estridencias". La última de Ayuso se había producido pocas horas antes, cuando acusó al Gobierno de "querer imponer en España una república federal laica de facto desmontando el Estado de derecho y el orden constitucional por atrás".
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