La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se enfrenta a la mayor crisis de gestión de su gobierno y lo hace sin el respaldo de Génova. La dirección nacional del PP no quiere pronunciarse sobre la guerra abierta con el personal de la sanidad pública que ha provocado el nuevo plan sanitario de Ayuso y echa balones fuera. "No tenemos que valorar cada problema regional", defienden desde el equipo de Alberto Núñez Feijóo. 

"El problema regional" del que habla Génova ha provocado ya una huelga indefinida de médicos de Familia y pediatras de la Atención Primaria de Madrid y una cascada de dimisiones en la Consejería de Sanidad. La respuesta de Ayuso fue cesar este lunes a Pedro José Suárez Sánchez, número dos de la Atención Primaria, y el sindicato mayoritario entre los médicos madrileños, Amyts, replicó este martes con una llamada a la movilización a 4.240 médicos y 720 pediatras. La presión sobre Ayuso aumenta y Feijóo la deja sola. 

Preguntado por la crisis en la sanidad pública madrileña, el portavoz del PP en el Senado, Javier Maroto, lo ha fiado todo a las explicaciones de Ayuso y del "sólido" equipo de "profesionales" con los que cuenta. Según Maroto, su silencio responde a que "no necesitan" la ayuda de la dirección nacional del PP para defender su gestión.

Fuentes de la dirección nacional del PP consultadas por Público también dan la callada por respuesta aunque, contrariamente a Sol, sí asumen las huelgas convocadas contra el plan sanitario de la presidenta madrileña. "Siempre hay elementos de tensión sindical", apuntan. Ayuso se refirió este fin de semana a las huelgas como un "boicot" de "la izquierda furibunda".

Todo estalló mientras Ayuso se dedicaba a marcarle el paso a Feijóo con la negociación del CGPJ. Los 37 Servicios de Urgencias de Atención Primaria (SUAP) y los 41 Servicios de Atención Rurales (SAR) convertidos en Puntos de Atención Continuada (PAC) y un total de 78 Urgencias en centros de salud (también conocidas como urgencias extrahospitalarias) que empezaron a funcionar el 27 de octubre en Madrid sin reforzar plantillas. Es el plan reestructuración de la sanidad pública madrileña diseñado por Ayuso.

A los pocos días se evidenció que no hay personal suficiente para abarcar los casi 80 centros y los sanitarios se rebelaron contra la gestión de la Comunidad. Enfrente se encontraron un gobierno que niega la gravedad de la situación y ve en las reivindicaciones de los profesionales de la sanidad un ataque de la izquierda. "Esto no va meramente de sanidad, esto va de política izquierdista y de la promoción de un boicot", dijo Ayuso este fin de semana.

En Sol creen que todo responde a la proximidad de las elecciones autonómicas del mes de mayo y que la izquierda quiere usar la sanidad para hacer campaña en contra de la líder del PP. Entre las filas populares también existe esta sensación y creen además que un enfrentamiento con la el personal sanitario puede hacer daño a la presidenta madrileña. Y por ahora desde Génova no saldrán a defenderla.