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El Gobierno avisa a Feijóo: Si el PP gobierna con Vox en Castilla y León "no habrá cambio de rumbo y sería un error"

La portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, advierte de nuevo que si la ultraderecha pasa a formar parte de un gobierno con Mañueco, "haremos lo que tengamos que hacer para impedir que las posiciones de ultraderecha nos hagan retroceder ni un milímetro en derechos y libertades".

Consejo de Ministros
La ministra portavoz del Gobierno, Isabel Rodriguez, este martes en La Moncloa. Fernando Alvarado / EFE

Alberto Núñez Feijóo afronta ya una primera 'prueba del algodón' como eventual líder del PP antes de llegar incluso a la dirección de la formación: el cambio o no en las relaciones entre los conservadores y la ultraderecha. Así lo cree el Gobierno estatal, que ve en la conformación del ejecutivo de Castilla y León una oportunidad para que el presidente gallego apunte cuál va a ser su hoja de ruta en este sentido.

La portavoz del Gobierno de coalición, Isabel Rodríguez, ha sido preguntada este martes, en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros, por la posibilidad de que el presidente de Castilla y León y ganador de las elecciones en esta comunidad, Alfonso Fernández Mañueco, dé sillones a Vox en el ejecutivo de esta autonomía.

A su juicio, "si se confirma esta cuestión, no es un cambio de rumbo del PP, y en nuestra opinión se trataría de un error", ha asegurado la portavoz, que no ha querido entrar a valorar el escenario (que en principio sí que barajaría el propio Mañueco) de que el PP no meta a Vox en el gobierno pero a cambio de su apoyo le entregue la Presidencia de las Cortes de Castilla y León.

En este sentido, Rodríguez ha vuelto a advertir a los conservadores que el Ejecutivo estatal estará "vigilante" y "hará lo que tenga que hacer en el marco del derecho para impedir que las posiciones de ultraderecha nos hagan retroceder ni un milímetro en derechos y libertades, en especial los de las mujeres".

La portavoz ya había lanzado esta advertencia tras la celebración de las elecciones en Castilla y León, el 13 de febrero, después de que la formación de Santiago Abascal exigiera a Mañueco la entrada en el Gobierno y apuntara a que su candidato tenía que ser el vicepresidente de esta comunidad autónoma.

El Ejecutivo también había apelado a este "cambio de rumbo" en las relaciones entre el PP y Vox con la llegada de Feijóo a la presidencia de la formación en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros del viernes de la pasada semana.

En esa ocasión se le preguntó a la ministra de Justicia, Pilar Llop, si consideraba que el hecho de que el presidente gallego tomara las riendas del PP facilitaba la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Llop respondió que esta renovación será un claro "gesto" de "sentido de Estado", e instó al líder conservador a hacer un segundo "gesto": participar en un cordón democrático para aislar a la extrema derecha en España.

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