La polémica en el seno del Gobierno de coalición a raíz de las palabras de Alberto Garzón sobre las macrogranjas irrumpió con fuerza este martes la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Tanto fue así que esta disputa logró ensombrecer y relegar nada más y nada menos que la presentación del plan normativo del Ejecutivo para 2022, una agenda legislativa que contiene más de 360 compromisos.

La escena vivida este martes en La Moncloa pudiera parecer surrealista: el Gobierno de las disputas, las tensiones y las diferencias es también el más productivo a la hora de impulsar medidas. Las propias palabras de la ministra Portavoz, Isabel Rodríguez, apuntan en este sentido; a la vez que evitó cerrar filas de forma clara con Garzón y esquivó hacer una defensa explícita del titular de Consumo frente a las mociones que le ha presentado el PP en diferentes instituciones, defendió la "buena salud" de la coalición, respaldada a su juicio por las medidas que se han aprobado y por las que se pretenden impulsar este año.

Después de dos Presupuestos Generales del Estado y de medidas como la puesta en marcha de un (todavía imperfecto) Ingreso Mínimo Vital o de una (pendiente de tramitación parlamentaria) reforma laboral, el Gobierno de coalición está dispuesto a cumplir con todos los compromisos adquiridos tanto en la investidura de Pedro Sánchez como en el acuerdo rubricado entre el PSOE y Unidas Podemos.

La paradoja es que este objetivo se ha dado a conocer en medio de la disputa abierta entre ambos socios a cuenta de las macrogranjas, una polémica que se ha recrudecido en los últimos días, y en la que Podemos ha llegado a acusar de deslealtad a los socialistas por "difundir un bulo de la ultraderecha" contra Garzón.

Más allá de las palabras gruesas (y de una disputa originada a las puertas de unas elecciones autónomicas en Castilla y León, territorio donde la ganadería tiene un peso económico muy importante), desde ambas partes trasladan que el Ejecutivo no peligra y que el trabajo legislativo y los acuerdos en el seno de la coalición siguen siendo la tónica dominante.

Desde el PSOE se circunscribe la polémica a la "espuma de los días" del Gobierno de coalición, pero no atisban ningún peligro de ruptura y existe el convencimiento de que ambos partidos están decididos a seguir gobernando juntos y a completar el programa del Gobierno de coalición. Como dijo la portavoz del Gobierno, esta polémica durará tres, cuatro o cinco días, pero los objetivos del Gobierno de coalición van más allá.

El propio presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, muy crítico en un primer momento con las declaraciones de Alberto Garzón, también intentó este martes quitar importancia a la polémica y aseguró que "no va a llegar la sangre al río y son normales estas diferencias en un Gobierno de coalición".

Eso sí, Page insistió en que cree que Garzón se ha equivocado en sus declaraciones y en torno irónico le invitó a una explotación ganadera en Castilla-La Mancha, "para que pueda seguir yendo a una carnicería o a un restaurante a comerse un filete". Y añadió: "Aunque creo que se ha equivocado, el señor Garzón me cae bien".

En Unidas Podemos insisten en que las diferencias son lógicas y son conscientes de que en un periodo electoral las tensiones son más comunes. Sin embargo, aseguran sentirse "decepcionados" con la actitud del PSOE porque "si se le pone pista de aterrizaje a un bulo de la ultraderecha desde el Gobierno va a ser muy difícil combatir los marcos basados en noticias falsas" que, recuerdan, pueden afectar a "cualquier miembro" del Consejo de Ministros en algún momento.

Además, entienden que esta es la primera vez que las críticas de los socialistas (sobre todo de algunos barones) van dirigidas directamente contra un ministro del Gobierno, y no contra una decisión o una medida aprobada por Garzón. En el espacio confederal recuerdan que han habido otros momentos en los que han evitado criticar a un ministro del PSOE para "cuidar la coalición", como cuando el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, desplegó una tanqueta en las huelgas del metal en Cádiz.

Las leyes claves para Unidas Podemos

Más allá de la polémica de las macrogranjas, la rueda legislativa del Ejecutivo sigue girando. En el espacio confederal estaba preocupados con el hecho de que algunas normas clave para sus ministerios no terminaban de ser aprobadas, pero parece que este asunto podría resolverse en las próximas semanas. Está previsto, por ejemplo, que la ley de Vivienda vaya al próximo Consejo de Ministros, el del martes 18 de enero, después de haber superado el trámite de los órganos consultivos.

Esta será la primera norma de una agenda legislativa para 2022 que también incluye una nueva ley de Industria, una ley contra el racismo, la transposición de numerosas directivas europeas, etcétera. Además, el 40% de esta nueva normativa estará vinculada a los fondos que llegarán desde la Unión Europea.

El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, no mencionó en su primera intervención ninguna de las leyes que más reivindica Unidas Podemos, pero en respuesta a los periodistas garantizó que en el plan normativo para este año se incluye revisar la ley del aborto, culminar la ley 'trans' o una ley de familias.

No obstante, el Gobierno no hizo público en la tarde del martes el contenido completo del plan normativo, argumentando que estaban concretando las 368 normativas que aspira a sacar adelante a lo largo de 2022.