El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha transmitido por carta al secretario general de la OTAN, Mark Rutte, que España  "no puede comprometerse en esta Cumbre con un objetivo específico de gasto en términos de PIB". La reunión se celebrará la próxima semana los días 24 y 25 de junio en La Haya (Países Bajos), donde se debatirá el aumento del gasto militar hasta el 5% del PIB de los países miembros, que proponen Rutte y el presidente de EEUU, Donald Trump. 

Sánchez argumenta que "comprometerse con un objetivo del 5% no solo sería irrazonable, sino contraproducente, ya que nos alejaría del gasto óptimo y dificultaría los esfuerzos actuales de la UE para fortalecer su ecosistema de seguridad y defensa".  Cree que un aumento apresurado del gasto forzaría a España a realizar "compras inmediatas que podrían agravar aún más los desafíos de interoperabilidad del equipo y enviar una parte sustancial de sus recursos a proveedores no europeos, lo que impediría el desarrollo de su propia base industrial y agravaría la actual fuga de ahorro europeo hacia mercados exteriores".

Además, Sánchez considera que esta decisión podría acabar "ralentizando nuestro crecimiento económico mediante un aumento de la deuda, presiones inflacionarias y la desviación de inversión desde actividades cruciales con mayor efecto multiplicador que la industria de defensa". Para el presidente del Gobierno, para "aumentar el gasto real de forma sostenida, el principal objetivo debe ser asegurar que nuestras economías crezcan significativamente en los próximos años". 

Sánchez también subraya en la carta que "comprometerse con el objetivo del 5 % es que ese nivel de gasto sería incompatible con nuestro Estado del Bienestar y con nuestra visión del mundo". "Para España, como para otros países de la OTAN, alcanzar un gasto del 5 % será imposible salvo que se acepte aumentar los impuestos a la clase media, recortar servicios públicos y prestaciones sociales a los ciudadanos y reducir nuestro compromiso con la transición ecológica y la cooperación internacional para el desarrollo", argumenta el presidente del Gobierno. No obstante, añade que "es legítimo que cada gobierno decida si está dispuesto o no a hacer esos sacrificios".

En este sentido, el presidente del Gobierno propone a Rutte la inclusión de una fórmula más flexible respecto al gasto de cara a la declaración que salga de la próxima cumbre. Una fórmula, que como describe Sánchez, "reconozca el camino de cada Aliado hacia el cumplimiento de sus respectivos Objetivos de Capacidad y haga opcional el aumento de gasto, o bien una que excluya a España de la aplicación de dicho objetivo". Además, recuerda que la OTAN ya ha hecho excepciones similares en el pasado para otros aliados. 

Sánchez concluye defendiendo que España busca "encontrar un equilibrio entre la necesidad de aumentar el gasto en defensa y la de afrontar los demás retos sociales, económicos y medioambientales que nuestro mundo y nuestra ciudadanía enfrentan". 

Una posición "propia y valiente"

La posición de España, desde fuentes del Gobierno, recalcan que no es nueva. El jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, se comprometió a elevar el gasto español en defensa hasta el 2% este mismo año. Una decisión que implica una inversión adicional de 10.471 millones.

Ya la semana pasada desde Moncloa insistían en que Sánchez marcaría una posición "propia y valiente" en la cumbre de la OTAN y destacaban que otros países tienen también dudas sobre la posibilidad de llegar al 5 % de PIB.

La decisión de aumentar el gasto al 2 % ya fue difícil para Sánchez. Los ministros de Sumar presentaron objeciones en el Consejo de Ministros que tomó la decisión y los aliados de la izquierda han dejado claro también su rechazo a la medida, que no necesita el aval del Congreso.