Las incidencias persistentes abonan la reclamación del traspaso de Rodalies a la Generalitat
Tras dos nuevos días de caos ferroviario en Catalunya, el Gobierno esgrime inversiones como la que desdoblará la vía única de la R3 o la que debe soterrar finalmente las vías en Montcada i Reixac, pero la Generalitat lo tilda de "incompetente"
Emma Pons Valls
Barcelona-Actualizado a
Nueva semana marcada por las incidencias y el caos en Rodalies en Catalunya. El lunes fue el turno de la R1, la R3 y la R4 y el martes se ha sumado también la R2 al baile de averías y afectaciones de la red ferroviaria que ha derivado en cancelaciones y retrasos generalizados. El récord de usuarios alcanzado en el 2022 con la gratuidad de los abonos -100 millones- no evita ese goteo que tiene un impacto directo en la vida diaria de los viajeros.
Sólo uno de cada cinco días está libre de incidencias
Una de las afectaciones más sonadas este 2023 ha sido la afectación durante semanas en la R2 sur por el incendio de un cuadro de señales en Gavà (Barcelona), que casi cinco meses más tarde todavía trae cola para dirimir responsabilidades.
Pero más allá de las destacadas, casi día sí y día también hay algún tipo de incidencia, muchas de ellas vinculadas al mal mantenimiento de la infraestructura después de dos décadas de falta de inversión estatal.
De hecho, el Govern ha aprovechado el segundo día de caos consecutivo para señalar que entre enero y agosto de este año sólo ha habido 44 días libres de incidencias. Es decir, cuatro de cada cinco días ha habido alguna. Renfe ha replicado en un comunicado que el 92% de usuarios de Rodalies utilizan el servicio con "absoluta normalidad", aunque ha reconocido que las obras que se están ejecutando ralentizan la recuperación en las averías.
En medio de las negociaciones de los independentistas para la investidura de Pedro Sánchez, estas incidencias persistentes y el mal funcionamiento generalizado abonan el terreno para una reivindicación ya histórica como es el traspaso integral del servicio a la Generalitat. Tanto Junts como ERC lo llevaban en el programa electoral de las últimas elecciones -y llevan más de 15 años reclamándolo- pero ha reemergido con fuerza estos días.
En 2009, tras un acuerdo derivado del Estatuto de 2006, el Gobierno estatal traspasó al catalán la planificación del servicio, es decir, los horarios y las tarifas, pero la infraestructura -las catenarias y las vías- y los trenes siguen en sus manos, a través de las empresas públicas Adif y Renfe.
El president, Pere Aragonès, ha calificado el traspaso integral de "imprescindible y urgente" para "revertir años de dejadez". Entre otros, la Generalitat alega el buen funcionamento de los Ferrocarrils de la Generalitat, presentes en la provincia de Barcelona, para argumentar que bajo su control la gestión sería diferente.
Por otra parte, en los últimos días el Gobierno ha sacado pecho de inversiones en la red ferroviaria catalana, como los 155 millones que destinará a desdoblar la vía de la R3 entre Parets del Vallès (Barcelona) y la Garriga (Barcelona) o los 540 millones del recientemente licitado contrato de soterramiento de las vías en Montcada i Reixac (Barcelona).
En los últimos meses ha habido varias obras en la infraestructura, la mayoría dentro del plan Transformem Rodalies, que Pedro Sánchez sacó adelante para dar respuesta a las reclamaciones catalanas. Concretamente, Renfe apunta que desde que se inició el Plan de Rodalies en 2020, se han ejecutado 1.154 millones de euros, la mitad de lo previsto hasta 2025.
Sin embargo, la falta de inversión de años es difícil de revertir y las obras cargan aún más a una red que arrastra fuertes deficiencias, como ha reconocido la propia operadora.
Tres meses de corte en la R3
Ahora mismo, uno de los principales focos de preocupación de los viajeros es la R3, que realiza el trayecto de Hospitalet de Llobregat (Barcelona) a Puigcerdà (Girona) y que afronta unos meses de corte por las obras de desdoblamiento de la vía, que es única. El tramo entre Parets del Vallès y la Garriga estará cerca de tres meses cortado y los usuarios se han organizado para reclamar alternativas dignas.
El desdoblamiento de la R3 es una reivindicación histórica
"Se prevé un fin de año duro para las usuarias, y 2024 será aún peor", lamenta Mònica, una de las personas que gestiona la cuenta de Twitter Usuàries Fartes, que denuncia retrasos reiterados y falta de información de la línea y sobre todo del corte.
El desdoblamiento es una reivindicación histórica para mejorar el funcionamiento de la línea, pero esto no quita la afectación que provocará en miles de viajeros que la utilizan a diario.
En una entrevista por teléfono con Público, esta usuaria critica que Renfe informara con tan sólo 12 días de antelación del servicio alternativo por carretera. "No hemos tenido ni dos semanas para organizarnos", espeta. Fuentes de Renfe sitúan ese plazo dentro de la normalidad y señalan la complejidad de coordinar las fechas con Adif.
La doble vía no entrará en funcionamiento hasta el 2025
El corte empezará el 12 de octubre y durará hasta finales de enero entre Parets y la Garriga, mientras que la estación de Mollet Santa Rosa quedará sin servicio sólo este primer mes.
Las obras servirán para hacer una "mejora integral" de la red con intervenciones en las estaciones, la señalización y las vías. Sin embargo, la doble vía no entrará en funcionamiento hasta el 2025 y la nueva estación de Parets, hasta el 2026, y durante el 2024 habrá más cortes.
De momento, en esta primera interrupción de cerca de tres meses y medio habrá autobuses que harán el mismo recorrido que el tren, así como dos líneas directas que enlazarán Centelles (Osona) y la Garriga, respectivamente, con La Sagrera, en Barcelona.
Sin embargo, los usuarios no lo ven claro. Este sábado, la Plataforma de Promoció del Transport Públic (PTP) y el colectivo Perquè no ens fotin el tren protestaron en la Garriga para reclamar un refuerzo de este servicio alternativo. Preocupa especialmente no saber el número de autobuses que pasarán, ni los horarios, ni tampoco dónde estarán ubicadas las paradas.
"Que pongan un autobús cada 30 minutos es como que no pongan nada. Los trenes siempre van llenos, nos preocupa que no sea operativo", añade Mònica. Las fuentes de Renfe aseguran que "serán los buses necesarios" porque el servicio se ha dimensionado en base a los aforos habituales, y que si cuando empiece se observan defectos, se reorganizará.
Los colectivos temen que se repita una situación similar a la de Vilafranca del Penedès o Martorell, donde se han llegado a ver colas de 200 personas para coger los autobuses que conectan con Barcelona ante las obras en la R4.
"Hay retrasos de 20, 30 minutos al día"
Más allá de eso, los usuarios denuncian retrasos "estructurales" y que un viaje que sobre el papel dura entre 40 y 45 minutos (el Figaró-Barcelona) acabe siendo de entre una hora u hora y diez, especialmente desde que se han puesto en marcha los abonos gratuitos.
"Ahora como no pagamos, ya es un escándalo. Estamos teniendo retrasos de 20, 30 minutos al día", lamenta Mònica. Sin contar las afectaciones de estos últimos dos días, con varios trenes suprimidos y retrasos de hasta dos horas en la línea.
Las fuentes de Renfe niegan cualquier vinculación de la gratuidad con las incidencias y recuerdan que el hecho de que se trate de una vía única repercute en una menor capacidad de recuperación frente a imprevistos.
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