Este artículo se publicó hace 2 años.
Exhumados los restos del general franquista Queipo de Llano de la basílica de La Macarena
La hermandad retira del templo sevillano los restos mortales del militar golpista, tras el requerimiento que le había formulado el Gobierno por la reciente reforma de la Ley de Memoria Democrática.
Sevilla-Actualizado a
71 años después, el general franquista Gonzalo Queipo de Llano ya está fuera de la basílica de La Macarena de Sevilla. A las dos y veinte minutos de la madrugada de este jueves 3 de noviembre salía la furgoneta con los restos del militar golpista y culminaba una operación, que se ha desarrollado en poco más de cinco horas, en un ambiente de secretismo y nocturnidad.
Cuando se abrían a esa hora las puertas de la basílica y salía el coche fúnebre, en el exterior del templo solo había una veintena de informadores -entre redactores, cámaras de televisión y fotógrafos- un par de vecinos del barrio con un perro y una emocionada Paqui Maqueda, presidenta de la asociación memorialista Memoria Nuestra, además de unos veinte familiares de Queipo que habían asistido a la exhumación. El silencio de ese momento solo fue roto por unos tímidos aplausos de los familiares y un grueso insulto a Paqui Maqueda que no se sabe bien de dónde venía.
La Hermandad de la Macarena ya había anunciado que los restos de Queipo de Llano, de su mujer, y del general Francisco Bohórquez -un militar que estuvo a las órdenes del general franquista como auditor de guerra y organizó las ejecuciones sumarias durante la Guerra Civil- iban a salir de la basílica en noviembre tras el requerimiento que formuló el Gobierno para cumplir con la nueva ley de Memoria Democrática, que entró en vigor en octubre.
Ni la Hermandad ni ningún organismo oficial había comunicado que las exhumaciones se iban a llevar a cabo este jueves. De hecho, la basílica permaneció abierta al culto con normalidad y a las nueve de la noche, ya cerrada, fue cuando llegaron los operarios y los familiares de Queipo y de Bohórquez, además del forense. Según han asegurado a Público fuentes del Ministerio de Presidencia, no era obligatorio que la Hermandad hiciera una comunicación previa de la exhumación a la Secretaría de Estado de Memoria.
En el proceso no estuvo presente ningún representante del Gobierno, debido a, según estas mismas fuentes, que tampoco era obligatoria su presencia aunque el protocolo estableciera la posibilidad de que hubiera observadores. Cuando se empezó a conocer a través de las redes sociales y de los medios de comunicación que se estaba produciendo la exhumación ya era noche cerrada y poco a poco fueron llegando los periodistas, con las puertas del templo completamente cerradas.
A las 23.50 horas, todavía del miércoles, salió un coche fúnebre con los restos de Bohórquez y poco después volvían a oírse las máquinas taladradoras levantando las tumbas de Queipo y su esposa. Hubo que esperar más de dos horas para que llegara una furgoneta fúnebre de color blanco y a las 2.20 horas del jueves las puertas se volvieron a abrir y salieron en esa furgoneta los restos de ambos.
El militar golpista fue conocido durante la Guerra Civil y la inmediata posguerra como el "virrey de Andalucía", dirigente de la sublevación de 1936 y responsable de la represión en Andalucía en fechas posteriores, con el fusilamiento de más de 45.000 personas. El escritor hispano-irlandés Ian Gibson le acusó en su biografía de Federico García Lorca de ordenar además el fusilamiento del poeta granadino.
Poco antes de las 2.20 horas habían salido por un lateral de la basílica una veintena de familiares de Queipo, que no quisieron hacer declaraciones a los periodistas, y un coche con miembros de la Hermandad de la Macarena que también habían asistido a las exhumaciones. Justo entonces Paqui Maqueda, muy emocionada, comenzó a gritar "honor y gloria a las víctimas del franquismo", "contra la impunidad" y a pronunciar los nombres de sus familiares víctimas de la represión.
En declaraciones a los periodistas, Maqueda, al borde del llanto, dijo que hoy Sevilla "ha cerrado una etapa histórica" y que la Virgen de la Macarena "paseará por las calles de este barrio, que fue el último bastión antifascista más digna porque la Virgen de la Macarena es del pueblo".
Antes, señaló que estas exhumaciones eran "una asignatura pendiente de la democracia española" y que a partir de ahora Sevilla "es una ciudad más limpia de simbología del franquismo". "Nos ha costado muchos lloros y gente que se ha quedado por el camino", añadió, y recordó la fosa común de Pico Reja en el cercano cementerio de Sevilla, de donde se están desenterrando los restos de cientos de respresaliados.
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