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Investidura fallida Aragonès afronta este viernes una investidura a la presidencia de la Generalitat abocada al fracaso

El presidenciable de ERC no sumará la mayoría absoluta y tendrá que someterse a una segunda votación presumiblemente el martes. Las bases de la CUP dan luz verde al 'sí' al candidato republicano pero la dirección de Junts decide abstenerse. El Consell per la República y el futuro de Puigdemont, juntamente a la gestión de los fondos europeos, enquistan las negociaciones.

Pere Aragonés
El líder de ERC, Pere Aragonés, en una foto de archivo. Quique García / Efe

El coordinador nacional de Esquerra Republicana de Catalunya, Pere Aragonés, empieza este viernes un empinado camino hacia la presidencia de la Generalitat pero tendrá que esperar para ser investido por la falta de acuerdo entre los tres partidos independentistas. ERC ha conseguido la luz verde de las bases de la CUP para el voto favorable de los anticapitalistas. Pero la dirección de Junts per Catalunya ha decidido este jueves que toca esperar y se abstendrán en la votación de este vienes, llevando la investidura a una segunda jornada que muy probablemente se fije para el próximo martes. Dos días después de la primera votación frustrada dice la normativa, que se está considerando sean días hábiles. Con el fin de semana de por medio el margen supone una burbuja de tiempo para continuar las complicadas negociaciones.

Con todo, Aragonès se someterá a la sesión plenaria de investidura convocada por la presidenta del Parlament, Laura Borràs, para este viernes a partir de las diez de la mañana. Borràs designó el miércoles como candidato a la presidencia a Aragonés tras concluir la ronda de contactos con todos los grupos parlamentarios de la recién constituida decimotercera legislatura. "He constatado que el candidato con más posibilidades de resultar investido es Pere Aragonès", afirmó la presidenta del Parlament. Pero que sea el diputado con más posibilidades no significa que ya tenga todos los apoyos necesarios (que en esta primera votación del viernes es de mayoría absoluta y por tanto debe obtener el 'sí' de 68 diputados o más). Una mayoría que sólo podría lograr con el voto favorable de Junts y la CUP sumados a los de su propio grupo de ERC.

Pero a pocas horas del inicio de la investidura las delegaciones negociadoras de los tres partidos independentistas han continuado los contactos sin alcanzar el acuerdo para conseguir los votos favorables necesarios. Todas las fuentes consultadas de los tres partidos dan por hecho que esta primera sesión de investidura acabará frustrada, hecho que certifica la decisión de Junts de abstenerse. Incluso desde ERC, que insisten en la urgencia de formar el nou Govern, la secretaria general Marta Rovira admite la dificultad y aseguraba este jueves en una entrevista en Catalunya Ràdio que "los tiempos no son lo más importante sino conseguir un buen acuerdo".

Así pues, este viernes comienza un complejo e incierto camino para que el republicano Pere Aragonés sea elegido como president de la Generalitat, seis meses después de que haya tenido que ejercer estas funciones de forma provisional como vicepresident tras la inhabilitación del president Quim Torra. Lo que no queda claro es cuando se culminará el acceso a la presidencia. De momento, las bases de la CUP han dado luz verde al acuerdo alcanzado por sus negociadores con los republicanos para hacer posible la investidura. Pero desde Junts mantienen a pocas horas de la investidura que el acuerdo está verde, y sin el no podrán dar el voto afirmativo a Aragonès.

La ejecutiva de Junts ha decidido esta tarde, después de una larga reunión, que sus 32 diputados y diputadas se abstengan en la investidura y Junts forzará así la segunda votación reglamentaria del pleno prevista para el próximo martes. En este caso Aragonés sólo necesitaría la mayoría simple, es decir más votos favorables que contrarios. Pero teniendo en cuenta que todas las fuerzas no independentistas han anunciado su 'no', el cabeza de lista de Esquerra necesitará un mínimo de 62 votos (PSC (33), En Comú Podem (8), Vox (11), PP (3) y Cs (6) sumarían 61). En este caso le valdría a Aragonès una abstención de la CUP pero no de Junts que volvería a tener en sus manos provocar el fracaso definitivo de la investidura y esta vez se abriría un plazo de dos meses para volver a intentarlo antes de la convocatoria automática de la repetición electoral.

Con todo ello la investidura de Aragonés llega rodeada de una gran incertidumbre.Aunque el jefe de filas del PSC, Salvador Illa, aun reivindica sus opciones a la investidura como candidato con más votos en las elecciones, Aragonès es el único candidato con capacidad para acceder a la presidencia gracias a la mayoría absoluta conseguida por el independentismo que obtuvo el 52% de los sufragios en las elecciones del 14 de febrero, y que no permitirían el acceso del socialista al cargo de primera autoridad de Catalunya. Entre ERC (33), Junts (32) y la CUP (9) suman 74 diputados, una mayoría absoluta con creces. Pero las negociaciones desarrolladas desde hace más de un mes no han sido fáciles, especialmente con Junts.

ERC ha alcanzado un acuerdo con la CUP que las bases han ratificado según ha hecho público este jueves la formación anticapitalista. Pero las divergencias con Junts se mantienen enquistadas, especialmente en cuatro aspectos esenciales: cuál debe ser el papel del Consell per la República que preside Carles Puigdemont en el futuro, la hoja de ruta del independentismo y la relación con el Gobierno espanyol, la gestión de los fondos europeos para la reconstrucción después de la crisis de la Covid, y finalmente la distribución de las áreas del Govern y otros organismos vinculados a la Generalitat.

La pugna por el Consell per la República y el papel de Puigdemont

Uno de los principales escollos es el del Consell per la República. Hay acuerdo entre los independentistas en disponer de un organismo transversal del conjunto del independentismo para definir las líneas estratégicas del movimiento con unidad de acción. Pero mientras Junts quiere que esta dirección emane del Consell per la República bajo presidencia de Puigdemont, ERC y algunos sectores de la CUP consideran que es necesario crear uno de nuevo cuño que sea más representativo. ERC ha propuesto en las últimas horas un documento para concretar cómo debería ser este órgano, para que sea transversal e integre sólo los principales partidos y entidades independentistas. Los republicanos consideran, en palabras de la portavoz del partido, Marta Vilalta, que actualmente hay "disfunciones" en la representación, los objetivos y las funciones del Consell.

El partido que preside Oriol Junqueras apuesta en este documento de trabajo que el organismo conjunto del independentismo esté formado por los tres partidos principales (ERC, Junts y CUP) y las dos entidades soberanistas más importantes (ANC y Òmnium). Ahora mismo no forma parte del Consell per la República la CUP, (sí alguna de sus organizaciones internas como Poble Lliure). En la dirección del Consell también estan representantes de organizaciones minoritarias sin representación electoral propia como Demòcrates, Acció per la República, Solidaritat Catalana per la Independència, Independentistes d’Esquerres y Moviment d’esquerres, cinco formaciones vinculadas todas ellas a JxCat. Una participación que se considera poco representativa y desequilibrada.

En síntesis, fuentes de ERC identifican que el escollo de las negociaciones con Junts estriba en acordar el rol que debe tener Puigdemont a partir de ahora.La hoja de ruta: diálogo con el Gobierno español o DUIEn cuanto a la hoja de ruta, en palabras del secretario general de Junts, Jordi Sànchez, "hace falta un acuerdo de legislatura sólido". Esto incluye un calendario y una posición conjunta respecto a la mesa de diálogo con el Gobierno español, que desde Junts se plantea que tiene que ser "de negociación".

Sànchez asegura que el veto a la tramitación de la ley de amnistía que el PSOE ha articulado en el Congreso con Vox y el PP indica la nula voluntad de diálogo del Ejecutivo estatal. Aunque desde Junts se está dispuesto a dar un margen de tiempo a la mesa, las diferencias con ERC están en la línea a seguir en caso de que el PSOE se mantenga enrocado en el rechazo a toda fórmula de autodeterminación y de solución para los centenares de encausados del Procés. Mientras Junts apunta a hacer efectiva la Declaración Unilateral de Independencia, los republicanos lo consideran "temerario" sin "los apoyos nacionales e internacionales suficientes y abogan por un nuevo "envite democrático" con el Estado, que podría fundamentarse en un otro referéndum.

Finalmente en el terreno de la gestión destaca la discrepancia sobre la gestión de los fondos europeos para la reconstrucción aplicados a los programas Next Generation. Junts quiere gestionar estos recursos desde la conselleria de Economia que reclaman se mantenga conjunta a la vicepresidencia, tal como ha ejercido hasta ahora el propio Aragonès, pero en un intercambio de papeles. Una de las dirigentes con más opciones para ocupar el papel más destacado de Junts en el Govern sería Elsa Artadi. Aragonès prefiere, sin embargo, que los recursos europeos se gestionen desde un comisionado directamente ligado a su presidencia.

La CUP ratifica el acuerdo y votará a favor

Por lo que se refiere a la CUP, el acuerdo ratificado por las asambleas este jueves garantiza la votación de los anticapitalistas para la investidura. La militancia de las 11 organizaciones que integran la formación ha avalado el acuerdo con los republicanos con un 59% de los votos por un 38% en contra, mientras que un 2% lo ha hecho en blanco. Sin embargo, un 85% de la militancia cupaire dice que hay que mejorar el pacto, y sólo un 13% considera que el acuerdo ya es suficiente. De este modo, ERC y CUP podrían seguir negociando los próximos días, pero Aragonès asegura el 'sí' de los anticapitalistas a su investidura.

El documento aprobado tiene 16 páginas en que republicanos y cupaires han incluido un mecanismo de supervisión que permitirá valorar, durante la primera mitad de 2023, los trabajos de la mesa de diálogo con el Estado para decidir si se mantiene o se da por finalizada en función los resultados obtenidos y articular una vía alternativa hacia otro "envite democrático" con el Estado, "preferentemente" en forma de referéndum.

En esta línea el acuerdo contempla también en esta evaluación de la mitad de legislatura el compromiso de Pere Aragonès de someterse a una cuestión de confianza en el Parlament.En el ámbito económico, las dos formaciones se han comprometido a implementar una banca pública catalana "a corto plazo" -en esta legislatura- a través del Institut Català de Finances (ICF) y una renta básica universal para las franjas de edad más vulnerables. En el marco del compromiso de crear una banca pública, ERC y la CUP trabajarán para situar el ICF como entidad de "referencia de cara a facilitar al máximo el impacto económico, social y ambiental de los fondos europeos" para la recuperación, que se han comprometido a estudiar conjuntamente una vez se constituya el nuevo Govern.

El documento incluye también el acuerdo de crear un "marco normativo que facilite la remunicipalización de los servicios públicos como el agua", además de la creación de una energética pública. De este modo, ERC y CUP trabajarán para situar bajo "control público" la energía, incidir en el sector eléctrico, recuperar las centrales hidroeléctricas con la concesión caducada y definir un modelo de transición energética.

Además, las dos formaciones estudian crear una nueva conselleria d’Acció pel Clima -una propuesta que los republicanos llevaban en su programa electoral-, que sería la encargada de impulsar una ley de transición energética, otra de biodiversidad y un plan integral de protección de Delta del Ebro, entre otras iniciativas.

De esta forma, la investidura se abre paso en el Parlament, aunque rodeada de incertidumbre y complejidad. Aragonès afronta el reto y asegura que "es más urgente que nunca formar un Govern de transformación para afrontar con firmeza y valentía el rescate social, la recuperación económica y la salida democrática al conflicto con el Estado, basada en la amnistía y la autodeterminación". Y desde ERC incluso se veían en las últimas horas con ánimos de conseguir el acuerdo in extremis según la secretaria general adjunta, Marta Vilalta: "es posible este viernes". Pero desde Junts, la portavoz parlamentaria Gemma Geis aseguraba que "no nos cerramos a que [el acuerdo] pueda ser en días, pero tampoco a que pueda ser en una o dos semanas, o las que sean. Lo que queremos es asegurar el resultado final".

De momento la abstención decidida en la ejecutiva alarga el proceso unos días, hasta el martes. Veremos si luego vienen las semanas. Porque eso sí, desde Junts se envía el mensaje de que la investidura de Aragonès se producirá sí o sí y el secretario general Jordi Sànchez cierra la puerta a una repetición electoral: "Junts no especulará con nuevas elecciones", dijo en su conferencia política del miércoles. Lo que falta por saber es si la presidencia del primer president de la Generalitat de ERC desde la República llega este viernes, el próximo martes, o en un período de tiempo más largo que nos podría llevar hasta el 30 de mayo. Las urgencias que plantean la grave crisis sanitaria y económica que atraviesa Catalunya por la pandemia será presión añadida para no demorar el acuerdo más allá de lo necesario, y así lo reivindican tanto ERC como la CUP.

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