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Juan Espadas, el hombre tranquilo

El candidato socialista a las elecciones andaluzas ha optado por lo que mejor se le da: el discreto segundo plano de hombre tranquilo y sereno que no entra al barro político.

El secretario general del PSOE de Andalucía y todavía alcalde de Sevilla, Juan Espadas.
El candidato socialista a las elecciones andaluzas, Juan Espadas. Julio Muñoz / EFE

Este artículo ha sido publicado en colaboración con la revista La Poderío.

Hay muchas formas de ganar una guerra. Una de ellas es evitarla a toda costa. "Cuando seas capaz de luchar, finge que no lo eres", aconsejaba Sun Tzu en El Arte de la guerra, allá por el siglo V aC. Esa parece ser la máxima de Juan Espadas, el candidato del PSOE a la Junta de Andalucía, de cara a las elecciones del próximo 19 de junio. "Antes de que empiece la guerra, primero ve a palacio y calcula las fortalezas y debilidades de cada bando", decía Sun Tzu y, sin duda, Espadas, curtido ya en esto de la política, ha hecho este balance y ha optado por lo que mejor se le da: el discreto segundo plano de hombre tranquilo y sereno que no entra al barro político.

Del PSOE "de toda la vida"

Espadas es, sin duda, un hombre de partido. Epítome de lo que ha sido el PSOE en Andalucía desde que llegara al poder hace cuarenta años (se cumplió esta efeméride el pasado lunes, 23 de mayo). La suerte quiso que naciera en el Hospital de las Cinco Llagas, el hermoso edificio renacentista que alberga hoy el Parlamento andaluz, en 1966. Se crió en Miraflores, un barrio obrero de la capital hispalense, y con 22 años acabó su licenciatura en Derecho por la Universidad de Sevilla. Prácticamente desde entonces milita en el PSOE.

Desde muy pronto ocupó cargos técnicos en distintas consejerías. Diplomado en Derecho Comunitario por la Universidad de Sevilla y en Alta Dirección de Empresas por el Instituto San Telmo, máster en Política y Gestión Medioambiental por la Universidad Carlos III de Madrid, estuvo muy vinculado al área de medioambiente tanto de la Junta como del partido. Fue consejero de Vivienda y Ordenación del Territorio entre 2008 y 2010, los años más duros de la crisis producida por el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. Desde 2011, candidato a alcalde de Sevilla por el PSOE, cargo que obtuvo en las elecciones de 2015, gracias al apoyo de Participa Sevilla y de Izquierda Unida, que revalidó en 2019 y que ha abandonado este año para dedicarse de lleno a las elecciones andaluzas.

Hombre de la confianza de Sánchez, consiguió dos cosas que parecían imposibles: ganar a Susana Díaz de manera holgada en unas primarias y conseguir que el relevo en el mando del PSOE andaluz se hiciera desde la calma y el sosiego, sin esos escándalos tan ruidosos a los que nos tiene acostumbrada la izquierda y que tanto gustan a la prensa de derechas.

El alcalde del arboricidio

Su gestión como alcalde de Sevilla donde mejor podemos ver quién es Espadas políticamente

De su trayectoria política, Espadas se enorgullece especialmente de haber impulsado la elaboración de la Ley Reguladora del Derecho a la Vivienda de Andalucía. Una ley que pretendía garantizar el derecho a la vivienda, pero que nació con grandes déficits: trasladaba el peso de la responsabilidad a los Ayuntamientos sin dotarlos de recursos, lo que no resolvía el problema sino que ralentizaba su solución.

Pero, sin duda, es su gestión como alcalde de Sevilla donde mejor podemos ver quién es Espadas políticamente. Espadas ganó la alcaldía en 2015, el año de los 'ayuntamientos del cambio'. En ese momento, se hablaba de cosas que hoy están vacías de contenido y que han sido arrasadas por el avance del fascismo. Espadas, que lleva mucho en política, se quiso sumar al carro y entró en el Ayuntamiento hablando de "rescate ciudadano". Un rescate que en una ciudad con tres de los barrios más pobres de España (el Polígono Sur, los Pajaritos y Amate) consistió en una consulta sobre la celebración de la Feria y poco más.

Desde que asumió la vara de mando y hasta marzo de este año, más de 6.000 árboles han sido talados en una ciudad

Aunque el episodio por el que Espadas será recordado como alcalde es el "arboricidio". Desde que asumió la vara de mando y hasta marzo de este año, más de 6.000 árboles han sido talados en una ciudad que ha superado los 40 grados este mayo y que, por efecto del cambio climático, cada vez tiene más días de calor al año. La movilización ciudadana ha sido fuerte para proteger a los árboles de la ciudad, pero la actitud de Espadas ha sido de cerrazón absoluta, negando información que debería ser pública y escudándose en supuestos informes técnicos que, ya sabemos, pueden servir para justificar una cosa o su contraria. Incluso en un pleno se dejó abierto el micro y se le escuchó "había que haberlos matado" después de la intervención de una representante de la Plataforma Salva tus Árboles Sevilla.

¿Continuación o renovación?

En su web de candidatura, Espadas se presenta como "una alternativa al actual Gobierno de la Junta de Andalucía", así como si fuera un recién llegado a la política, como si nunca hubiera tenido responsabilidades de gobierno, como si fuera posible ilusionar a las andaluzas y andaluces con aquello del "más vale viejo conocido que nuevo por conocer".

Consciente de que los 37 años de gobierno del PSOE, sus corruptelas, su utilización de la pobreza de nuestras gentes en su propio beneficio, su incapacidad para blindar nuestra educación y nuestra sanidad públicas, su falta de defensa ante nuestra condena a ser la eterna periferia de un centro que nos devora y nos utiliza, le pesan, y mucho; Juan Espadas dice que no es continuación, sino renovación y tira de la experiencia municipalista del partido, que es mucha y muy interesante, en algunos casos, para dar un poco de aire a unas listas anquilosadas desde que muchos de los que votamos tenemos memoria.

Acierta Espadas al apostar por el municipalismo en esta nueva etapa del PSOE. Para entender Andalucía hay que conocer sus pueblos. El que no sabe lo que es tener que mendigar peonás para poder cobrar el subsidio agrario difícilmente podrá obtener una mayoría absoluta en Andalucía. El PSOE lo sabe, y muy bien. Hay gente en nuestra tierra para la que el espectro político se reduce a señoritos, socialistas y comunistas. Eso también lo sabe el PSOE y, por eso, azuza el fantasma de "la derecha y la ultraderecha" para intentar movilizar el voto. Y hace bien en no citar nombres concretos que, por desgracia, ya tenemos hasta en la sopa. "¿Para qué hacerles más campaña?", pensará Espadas. En otras ocasiones, ese miedo les ha funcionado muy bien. Lo malo es que cada vez somos menos las que le tenemos miedo al fascismo.

A la segunda va la vencida

Espadas es un experto en segundas oportunidades. Consiguió la alcaldía a su segundo intento. Y consiguió que Obama visitará la ciudad también a su segundo intento. El entonces presidente de EEUU debía visitar Sevilla en 2016, pero el tiroteo de Dallas le obligó a anular su visita. Espadas le mandó el regalo que le había preparado, una bastonera artesanal realizada en torno de alfarería, y una carta invitándolo a venir cuando quisiera. No sabemos qué pensaría Obama de aquel regalo tan extraño para un estadounidense, pero lo cierto es que en 2019, ya como expresidente, fue el gran invitado de la polémica Cumbre Mundial del Turismo. Después vino la pandemia y nunca sabremos si Espadas tenía razón o no en que Obama era un buen reclamo para la ciudad, pero esa es otra historia. Así las cosas, quizás desde su atalaya y analizando el campo de batalla, confía, en esta ocasión, en conseguir sus objetivos a la primera. Eso sí, como le gusta a él, discretamente.

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