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Lesmes impone su núcleo duro para controlar la Justicia

Ejerce un poder total a través de la comisión permanente. En el pleno de hoy se ha negado a cambiar a sus integrantes, en contra de las demandas de la minoría progresista y a pesar de que la ley contempla la rotación anual de sus miembros.

El presidente del CGPJ y del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes.

JULIA PÉREZ


Si algo ha demostrado este año de ejercicio del poder por parte de Carlos Lesmes es un marcado presidencialismo al frente del Consejo General del Poder Judicial. Todo el control lo ejerce a través de la comisión permanente, a donde llegan los asuntos ‘cocinados’ por un comité de dirección cuyos integrantes son designados directamente por él.

Sólo cinco de los veinte vocales tienen dedicación exclusiva y sueldo correspondiente: son los integrantes de la Permanente. Los demás están obligados a compaginar sus trabajos con las funciones recortadas de este órgano, lo que les provoca numerosas dificultades para enterarse de lo que realmente ocurre dentro del CGPJ.

El Pleno del CGPJ ha afrontado este jueves una sesión polémica por esta causa. Seis vocales que conforman la minoría progresista demandaban a Lesmes la renovación de la comisión permanente, de tal manera que diera entrada a nuevas voces diferentes a las que le han servido en este año para controlar la cúpula de los órganos de gobierno de la administración de justicia.

La minoría progresista ha reclamado que cumpla con el espíritu de la ley que reformó el CGPJ y que, por cierto, fue elaborada por el propio Lesmes quien, a pesar de ejercer como magistrado, asesoró al Gobierno del PP para recortar las competencias de este órgano constitucional.

La norma proclama en su preámbulo que para permitir “una mayor pluralidad en la composición de la Comisión Permanente se prevé su renovación anual, estableciendo de este modo la posibilidad de que todos los Vocales, con excepción de los que integren la Comisión Disciplinaria, puedan llegar a formar parte de la misma”.

Ya en su articulado la ley introdujo la expresión “se procurará” la rotación anual de los integrantes de la Permanente (artículo 601.2).

Lesmes se ha negado a tal renovación: no quiere renunciar al control presidencial que ejerce a través de la Permanente. Cuenta con los votos seguros de los vocales nombrados a propuesta del PP -Juan Manuel Martínez Moya y Gerardo Martínez Tristán-, al igual que con la aquiescencia habitual del exdiputado socialista Álvaro Cuesta y de la magistrada Mar Cabrejas, nombrada esta última a iniciativa de Antonio Camacho, ex secretario de Estado de Interior socialista.

La certeza de Lesmes de que el Pleno iba a aceptar su decisión era tal que sacó a concurso la plaza de Cabrejas dentro del macroconcurso de traslados de jueces que se convocó en diciembre. En otras palabras, daba por hecho que Cabrejas continuaría con su dedicación exclusiva en la Permanente, por lo que su plaza -en el juzgado de primera instancia 55 de Madrid- fue ofrecida para que la ocupe otro juez mientras dure esta situación de servicios especiales.

En este macroconcurso se introdujo también el juzgado central de instrucción 5. Lesmes contó con el apoyo de Cabrejas en la Permanente para sacar la plaza que ocupa Pablo Ruz de forma interina.
 
Los seis vocales de la minoría progresista reclamaron esta renovación en diciembre, por medio de un escrito firmado por Roser Bach, Victoria Cinto, Clara Martínez de Careaga, Rafael Mozo, Pilar Sepúlveda y Concepción Sáez, todos ellos nombrados por el Parlamento a propuesta del PSOE excepto Sáez, que lo fue por IU. Hace unos días volvieron a solicitar por escrito a Lesmes que accediera a dicha renovación prevista en la Ley y que todos asumieron de forma implícita al nombrarlo presidente del CGPJ y del Tribunal Supremo en 2013.


Espadas en alto

Tanto Abad como Bach y Sepúlveda solicitaron por escrito su incorporación a la Permanente, aunque la ley no exige este requisito. La candidatura de Bach tiene opositores, ya que forma parte de la Comisión Disciplinaria, que no se renueva en los cinco años que dure el mandato de este Consejo.

El único cambio previsto que aprobó el pleno de este jueves ha sido una incorporación en la Permanente, la de la vocal Nuria Abad, designada a petición del PP. Entra en el núcleo duro en sustitución de Mercé Pigem, la vocal pillada sacando 10.000 euros de Andorra junto a su hermana y que dimitió en diciembre pasado tras ser presionada en este sentido por el propio Lesmes. La renuncia se produjo aunque no incurrió en infracción administrativa alguna.

Dadas las espadas que había en alto, y a la vista de la renuncia de Pigem, Lesmes optó por aplazar el debate de diciembre con el argumento de que intentaría alcanzar un acuerdo lo más amplio posible sobre la renovación de la Permanente entre los 20 integrantes del Pleno.

Pero no ha existido tal acuerdo en este conflictivo Pleno. En esta sesión se estrenó el nuevo vocal que ha sustituido a Pigem: José María Macías, quien juró el pasado martes ante el rey como nuevo vocal del CGPJ.

Macías forma parte de la lista de sustitutos que aprobó el Senado en 2013 dentro del cupo de juristas de reconocida competencia. Exjuez, ejercía como abogado en el despacho de Cuatrecasas, Gonçalves Pereira.

El primer candidato a sustituir a Mercé Pigem como vocal del órgano de gobierno de los jueces, era Antonio María Álvarez-Buylla, quien renunció por "razones personales" y dejó paso a Macías.

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