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Un mes para evitar las elecciones… y sin acuerdo de gobierno en la izquierda

Cuenta atrás. El 23 de septiembre se disuelven las Cortes Generales, de no mediar un pacto de gobierno. Serán las cuartas elecciones en cuatro años.

Pablo Iglesias y Pedro Sánchez, en una imagen de archivo. EFE

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Un mes, o veinte días laborales. Es el escaso margen que tiene el presidente en funciones, Pedro Sánchez, para formar gobierno. En caso contrario, el lunes 23 de septiembre, a la misma hora en la que se votó su fallida investidura, se disolverán las Cortes Generales y el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicará la convocatoria automática de elecciones, cuya cuenta atrás arrancará al día siguiente, el 24 de septiembre.

Al día siguiente, el miércoles 25, comenzarían a contar los 47 días legales que han de transcurrir antes de la celebración de las elecciones. Y el domingo 10 de noviembre, los españoles acudirían nuevamente a las urnas.

Serán las cuartas elecciones generales que se convocan en España en cuatro años. Ya lo dijo Felipe González en mayo de 2015: "Vamos hacia un Parlamento italiano, pero sin italianos que lo gestionen", ironizaba el expresidente socialista respecto a la ruptura del eje PP/PSOE, el surgimiento de Podemos y Ciudadanos, la atomización del parlamento y el crecimiento de la extrema derecha… Del rodillo parlamentario a la condena al diálogo.

La desconfianza es creciente entre Pedro Sánchez y el secretario general de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, quien este martes exigía del primero que dejara de lado "reproches y arrogancias" para avanzar en el pacto o que diga si quiere ir a nuevas elecciones: "La gente está harta de que le tomen el pelo".

Pocas horas antes el PSOE había respondido con un rotundo “no” a la propuesta de programa enviada por Podemos con 119 páginas y con cuatro posibles variables de gobierno de coalición, siempre con una vicepresidencia y tres ministerios.

Desconfianza

Pero Sánchez desconfía de Iglesias, quien en la fallida negociación in extremis de julio optó por descartarse como posible miembro de Gobierno. Fue una 'jugada' inesperada en plena batalla entre ambos partidos por el relato, por imbuir en los españoles quién será el responsable en caso de nueva convocatoria electoral.

“Nadie entendería que el PSOE ofreciera un Gobierno de coalición en julio y en agosto otra cosa”, expresó Iglesias a Antena3 el pasado martes. Quien tiene la responsabilidad de no llevar a este país a elecciones es Pedro Sánchez. "Nosotros se lo estamos poniendo muy fácil".

Sánchez regresa de vacaciones

Sánchez, que finalizó este miércoles sus vacaciones para visitar este jueves devastación del incendio que asola estos días a Gran Canaria, arrancará el ciclo político con la celebración de un Consejo de Ministros de este viernes. Y es posible que aproveche la cena de la cumbre del G-7 del domingo en Biarritz para reunirse con el PNV.

El PSOE tiene previsto presentar a fin de mes un documento, fruto de las reuniones de Sánchez con movimientos sociales, así como sindicatos y patronal.

El objetivo, las confluencias

Todo apunta a que la jugada del líder socialista pasa por intentar doblegar a Iglesias para conseguir el apoyo de sus 42 parlamentarios entorno a un programa progresista pero sin que entren a formar parte de su gobierno.

Para ello, el líder socialista tiene en su punto de mira a las confluencias de Podemos, los escaños conseguidos a través de las alianzas del partido morado, así como los cuatro escaños de IU y los siete de En Comú Podem. No en vano alcanzó un acuerdo “en lo sustancial” con Compromís.

La posición de Sánchez no es nada nueva. Ya lo avanzó en su libro Manual de Resistencia, cuando relataba los intentos de Iglesias de formar un gobierno con él en mayo de 2016:

“En realidad, fue una propuesta imposible que pretendía frenar el posicionamiento previo de sus confluencias, favorables a mi investidura”, sostiene el actual presidente en funciones. “Los planes de Iglesias no pasaban por formar un Gobierno alternativo a Rajoy, sino por ir a segundas elecciones. Aseguraba que nos proponía un Gobierno de coalición, pero sus motivos para entrar en él, según sus propias palabras, se fundaban en que no confiaban en el PSOE. Es por lo menos contradictorio gobernar con alguien de quien no te fías, y en el peor caso se puede interpretar que quieres formar parte del Ejecutivo para controlar al otro partido”.

Este tiempo no ha pasado en balde. Iglesias rechazó una propuesta y se ha generado una gran desconfianza. No queremos llevar al Gobierno de la nación a un día a día que sea imposible”, aseguró este miércoles Carmen Calvo, la vicepresidenta en funciones. La oferta de julio de un gobierno de coalición entra así en contradicción con esta nueva postura, que rechaza una coalición con Podemos. Y vuelta de nuevo a la búsqueda de un acuerdo programático que estaba casi ultimado, pero sin morados en el Gobierno.

La carrera hacia unas nuevas elecciones inicia su recta final.

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