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El pacto en Pamplona entre socialistas y Bildu rompe el tabú para futuros acuerdos en Euskadi

Los 'abertzales' alimentan las posibilidades de entendimiento más allá de las próximas elecciones vascas y el PNV niega cualquier preocupación.

Mertxe Aizpurua Pedro Sánchez
Mertxe Aizpurua y Pedro Sánchez, durante el debate de investidura del socialista, el 16 de noviembre de 2023. Alejandro Martínez Vélez / Europa Press

Un alto cargo del PNV descarta "repercusiones" en Euskadi del pacto entre el Partido Socialista de Navarra y EH Bildu en Pamplona. Las dos formaciones han acordado una moción para arrebatar la alcaldía de la ciudad a Unión del Pueblo Navarro (UPN). El runrún, al menos en el Congreso de los Diputados, donde han coincidido políticos abertzales y socialistas este miércoles con motivo de la primera sesión de control al Gobierno de la legislatura, no se ha situado, de hecho, en la política de la comunidad foral, sino unos kilómetros al noroeste.

La pregunta es qué implica el acuerdo en Pamplona y cuánto abarca su radio. ¿Es tan grande como para remover las aguas en Euskadi? En primera instancia, todas las fuentes consultadas —tanto del entorno abertzale, como del entorno socialista— apuntan que hay que entender el reciente pacto como algo local, "ni siquiera autonómico". Fuentes del PSOE confirman, además, que no han existido contactos a nivel nacional para tejer el entendimiento en Pamplona. 

Pero el entorno de EH Bildu afina un poco más el tiro y sí ve que, a largo plazo, el acuerdo en Pamplona puede facilitar el acercamiento en Euskadi. No hablan, en cualquier caso, de las próximas elecciones autonómicas, previstas para junio de 2024, en las que Eneko Andueza, secretario general del PSE-EE, ha dejado meridianamente claro que en ningún caso hará lehendakari a ningún candidato de Bildu.

"El PNV no es UPN", reconocen desde el entorno abertzale. Con ello quieren decir que no será tan fácil para el PSOE arriesgar en sus relaciones con los jeltzales o priorizar a EH Bildu por delante de los de Ortúzar. "Pero, ¿por qué lo que vale en Madrid o en Pamplona no vale en Euskadi?". Esa es la duda que a EH Bildu le gustaría resolver.

Pero el cambio en las sintonía entre los socialistas y la izquierda independentista vasca es innegable. Comenzó a expresarse en la última investidura de Sánchez. Los abertzales apoyaron al entonces presidente en funciones "sin líneas rojas", tal y como repitió en varias ocasiones Mertxe Aizpurua, y el pacto dio lugar a la primera fotografía de un presidente con un representante abertzale. Antes de eso, el PSOE había facilitado, también en Navarra, que EH Bildu presidiera la Federación Navarra de Municipios y Concejos. Por tanto, el acuerdo entre ambas formaciones para aupar a Joseba Asiron a la alcaldía de Pamplona es algo así como una rúbrica de este nuevo marco relacional.

Como también lo han sido, este miércoles, las palabras de Óscar Puente, ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, durante la sesión de control al Ejecutivo. 

Varios diputados del Partido Popular han interrogado a los ministros socialistas —entre feroces críticas— sobre el novedoso acuerdo con Bildu. Puente ha sido, sin lugar a dudas, el más claro en su respuesta. "Habrá otra alcaldía más progresista y una menos de derechas", ha zanjado, orgulloso. El entorno de EH Bildu aplaude, en privado, las palabras del ministro. "Es el PSOE sin complejos", deslizan.

El PNV le quita importancia

En conversación con Público, una figura importante del PNV resta importancia al asunto. Tanto dicha fuente, como otras de EH Bildu y, también, del PSOE insisten en que ha sido la "inoperancia" —una palabra que han pronunciado varias de ellas— del equipo de Gobierno pamplonica, liderado hasta ahora por Cristina Ibarrola (UPN), el detonante del movimiento de EH Bildu y PSOE. "No habían presentado ni un borrador de los presupuestos", deslizan fuentes del PNV.

Las mismas fuentes no se contienen a la hora de cargar contra el PSOE. "Habría que preguntarles por qué no pactaron con EH Bildu, en Pamplona, antes", deslizan para, a continuación, apuntillar: "No lo hicieron para no dar al PP la banderilla de los pactos del PSOE con la izquierda abertzale durante la campaña electoral". De todas formas, para el PNV, la muestra de que no les preocupa que el reciente acuerdo pueda afectarles negativamente en Euskadi es "que el propio Partido Nacionalista Vasco apoya la moción en Pamplona".

Con todo, desde el PSOE se desmarcan de las consideraciones sobre el futuro en Euskadi y circunscriben su pacto en Pamplona a cuestiones meramente locales. "UPN estaba poniendo en peligro hasta la llegada de fondos europeos". El Ayuntamiento de Pamplona llegó a perder 4,7 millones de euros de esas partidas por frenar el proyecto de un carril bici en el municipio. Así, lo que busca el PSN es, de acuerdo con las mismas fuentes, dar "estabilidad y gobernabilidad" a la ciudad, algo que UPN tenía muy complicado con su Gobierno en minoría.

Elma Saiz, actual ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, que fue candidata a la alcaldía por el PSN en la ciudad de Pamplona, siempre se negó a hacer alcalde a algún candidato de EH Bildu. Durante este martes, el entorno de la formación abertzale ha deslizado que "el hecho de que esa pieza del puzle ya no forme parte de la política municipal de Pamplona puede haber facilitado las cosas".

En Euskadi, las cosas son distintas, pero una vez el PSOE ha dado un paso como el de este miércoles en una ciudad como Pamplona —en añadidura a la buena sintonía en Madrid— parece cada más difícil sostener el veto en cualquier otro lugar. Así lo ven, cuando menos, los abertzales. Eso sí, todo ello es a futuro. Un futuro más lejano que los próximos comicios vascos. 

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