Pilar Llop, ministra de Justicia: "La víctima tiene muy fácil probar que hubo violencia, solo con una herida ya puede"

"Con una herida"  la víctima ya puede probar que sufrió violencia. Con estas palabras la ministra de Justicia ha defendido reformar la ley del solo sí es sí en Hoy por hoy, el programa de Àngels Barceló. El ala socialista del Gobierno quiere modificar unilateralmente la norma, a partir de reintroducir la violencia y la intimidación en el Código Penal.

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Desde Unidas Podemos han afeado las palabras de Llop. El partido morado ha defendido que el consentimiento, precisamente, busca evitar que la víctima tenga que demostrar que se resistió a una agresión sexual. "Si probar la violencia en una agresión sexual es tan sencillo, ¿por qué en el 2021 de 4.000 sentencias sólo 500 mujeres pudieron probarla?", ha criticado Ione Belarra, a través de Twitter. 

Vicky Rosell, la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género,  ha explicado que al afirmar que "si hay violencia no hay que probar el consentimiento" se está "condensando el problema y las distintas concepciones". La magistrada ha aclarado que con el antiguo sistema hay que demostrar resistencia, mientas que con el solo sí es sí  la pregunta es "si el acto fue consensuado". 

Ángela Rodríguez Pam, en esta misma línea, ha puesto de manifiesto las deficiencias de un modelo penal en el que importe más las heridas que la voluntad de las mujeres, a la hora de demostrar una agresión. La Secretaria de Estado de Igualdad ha remarcado que "el problema de la violencia como elemento suficiente para probar una agresión sexual" puede derivar en que "si no veía heridas", puede haber consentimiento.

Voces críticas en el Congreso de los Diputados

El Congreso de los Diputados se ha hecho de las declaraciones de la ministra de Justicia. Pablo Echenique, representante de Unidas Podemos en el hemiciclo, ha expuesto que las palabras de Llop reflejan que la propuesta del PSOE pretende volver al modelo anterior. Al desplazar el consentimiento del centro de la norma, las mujeres se someten a un calvario probatorio, según ha recalcado el político. 

Gabriel Rufián: "Las heridas más difíciles de probar son las emocionales"

"Las heridas más difíciles de probar son las emocionales", ha destacado Gabriel Rufián, portavoz de ERC, en el Congreso, como crítica a las declaraciones de Llop de esta mañana en la Cadena Ser. De manera similar, el diputado de En Comú Podem, Jaume Asens, ha planteado el caso de que una víctima no pueda demostrar esas heridas: "¿Se entiende que hubo consentimiento en ese caso? No es fácil probar la violencia e intimidación", ha cuestionado el políticio. 

La portavoz de EH Bildu, Bel Pozueta, ha mostrado su preocupación en Twitter al señalar que "volveremos al modelo anterior" si el consentimiento depende de que las víctimas puedan demostrar "signos de violencia". Iñigo Errejón, por su parte, ha abogado para que este debate no esté "solo centrado en las penas" sino en "la falta de educación sexoafectiva". 

Vuelta de la violencia y la intimidación en el Código Penal

La responsable de Justicia ha defendido que volver a introducir la violencia y la intimidación en el Código Penal servirá para adecuar y graduar las penas. Con la actual norma, ha desarrollado Llop, la agresión y el abuso sexual han sido absorbidos en un único delito, razón por la cual se han producido revisiones de algunas sentencias.

Al ser preguntada sobre qué datos posee Justicia para modificar el solo sí es sí, Llop ha respondido que su ministerio no tiene la capacidad para recabar esa información y que depende del Poder judicial. "Va a seguir habiendo revisiones", ha alertado la ministra y, por esta razón, "no es de recibo que haya una rebaja de las penas".

La ministra socialista, además, ha garantizado que el consentimiento no se tocará y que la reforma tan solo se tratará de "un reajuste técnico". En este sentido, Llop ha mencionado que la rebaja de las penas no se debe a una interpretación de los jueces, tal como defiende Unidas Podemos, sino a las nuevas introducciones en el Código Penal.