Desde el pasado domingo Gustavo Petro es el nuevo presidente de Colombia. La candidatura de Petro y Francia venció con el 51% de los votos a la de Rodolfo Hernández y Marelen Castillo, que obtuvieron el 47% de los votos. La izquierda gobernará por primera vez el país de la mano del Pacto Histórico, una coalición de distintos sectores políticos colombianos que reúne a partidos de izquierdas como Colombia Humana o el Polo Democrático, a partidos de centro y centro-izquierda, a senadores vinculados al "santismo" y a una multitud de movimientos sociales y partidos menores.

Aunque Petro había ganado en la primera vuelta con un 40% de los votos, la aritmética electoral daba a Rodolfo como favorito. El 28% que había obtenido en primera vuelta sumado al 24% que obtuvo Fico ya le daban el 52%. Además, todas las encuestas de intención de voto daban la victoria a la candidatura de Rodolfo Hernández. 

De hecho, el Pacto Histórico logró movilizar 2,7 millones de votos extra respecto a la primera vuelta, incorporando a sectores subalternos que tradicionalmente han estado excluidos de los procesos electorales. 

El voto se ha distribuido así: Bogotá, Atlántico o Valle decantaron la elección con importantes subidas de la participación a favor de Gustavo Petro. Mientras tanto, Hernández se hizo con el centro y el oriente del país, tradicionalmente controlado por el Partido Conservador y el uribista Centro Democrático. En Antioquia, el bastión uribista, Hernández logró sumar todo el voto de Fico Gutiérrez de la primera vuelta, pero la participación se estancó e imposibilitó a Hernández compensar el aumento de la participación en los bastiones petristas.

Ahora hay que hablar de la vicepresidenta, Francia Márquez, es hija de una partera y un obrero de las minas y pertenece a una comunidad, la afrodescendiente, que a pesar de su gran peso demográfico siempre han estado excluidos de la vida pública. Francia es depositaria de una lucha que viene desde la época colonial y se forjó como líder comunitaria desde su condición de madre adolescente soltera. Fue dirigente de una protesta contra la excavación mineral. 

Fue integrante del Proceso de Comunidades Negras. Y ha sido representante de las víctimas en el proceso de paz de La Habana y presidenta del Consejo Nacional de Paz. Hace tres años fue nombrada una de las mujeres más influyentes del planeta. De hecho, Francia Márquez quiso recordar en su primer mensaje como vicepresidenta a todas y todos los activistas que allanaron el camino para que finalmente la izquierda gobierne Colombia.

Gustavo Petro por su parte, tiene una larga trayectoria política: formó parte de la guerrilla del M-19 hasta el año 1990, realizando labores de enlace urbano hasta que fue capturado y encarcelado. Permaneció dos años en prisión, donde como otros miembros de la guerrilla, sufrió tortura.

Más adelante continuó su carrera política en las instituciones: ha sido cuatro veces congresista, y fue elegido en 2011 alcalde de Bogotá, donde con su gestión, logró sacar a casi medio millón de personas de la pobreza, rebajar la tasa de homicidios a mínimos históricos, y revertir privatizaciones de servicios públicos. Todo esto le valió una ofensiva del establishment brutal que se saldó con su destitución de la alcaldía y su inhabilitación como cargo público. La decisión fue finalmente revocada y Petro pudo presentarse como candidato presidencial, la penúltima en 2018, frente al uribista Iván Duque. 

Precisamente durante esa campaña electoral, sufrió un atentado contra su vida. El 2 de marzo de 2018, mientras se dirigía a un acto de campaña, su vehículo blindado recibió varios impactos de bala. Por fortuna, Petro salió ileso. 
El programa del Pacto Histórico propone retomar los fundamentos progresistas de la Constitución de 1991, y se centrará en cinco pilares: Una economía para la vida; cambio de una economía extractivista hacia una economía productiva; disminución de la desigualdad social; democratización del Estado; y, consolidación de la Paz. 

Petro tendrá que gobernar con minoría en el Congreso. Además, tendrá enfrente a una oposición consolidada en torno al liderazgo de Rodolfo Hernández, que aúna más de 10 millones de votos. Tendrá también en contra a una institucionalidad armada hostil. Recordemos que las fuerzas armadas en Colombia, reúnen a más de 290.000 efectivos. 

Uno de los principales ejes del Pacto Histórico es su plan de democratización de la tierra. A pesar de estar aprobado por los acuerdos de paz, se encontrará con la hostilidad de los propietarios rurales y el narcotráfico, que controla amplias zonas de Colombia. 

Tampoco será fácil la reforma del sistema de salud y de la fiscalidad del país, que contará con la oposición de los partidos que controlan el Congreso y de las élites del país.