Este artículo se publicó hace 3 años.
El dilema del Gobierno: regular los ERTE en 48 horas unilateralmente o preservando el pacto social
Desde el Ejecutivo se muestran convencidos de que habrá acuerdo en el marco del diálogo social incluso este jueves, pero los agentes sociales advierten de que las posiciones todavía están muy lejos. "El mecanismo va a continuar como lo hemos desplegado ha
Madrid-Actualizado a
No se contempla. Lisa y llanamente. No habrá una ampliación de los ERTE sin un nuevo acuerdo social. Pero, en esta ocasión, las cosas parecen ser más complicadas. Aunque se pone el acento en la negativa de los empresarios, los sindicatos comparten buena parte de sus planteamientos.
Así, fuentes de los representantes de los trabajadores fijan dos premisas: no se va a firmar ningún documento que no sea tripartito, el acuerdo sólo será si se mantiene una prórroga en las actuales circunstancias y, por tanto, no se acepta ninguna modificación a lo acordado hasta el 31 de mayo (como propone el ministro de Inclusión, José Luis Escrivá, que quiere modificar el sistema de exoneraciones para bonificar más a los trabajadores recuperados del ERTE, en detrimento de los que siguen amparándose en un expediente temporal).
El Ministerio de Trabajo está de acuerdo en buscar un pacto tripartito y no contempla legislar unilateralmente sin acuerdo. Pero el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social sigue empeñando en mantener unas premisas en cuanto a las reducción de las exoneraciones a la Seguridad Social que los agentes sociales no entienden muy bien.
En el seno del Ejecutivo de coalición hay una coincidencia clara y una diferencia velada, pero crucial: la coincidencia es que tanto desde Unidas Podemos como desde el PSOE están seguros de que habrá un acuerdo antes del viernes (fecha en la que, en principio, se prevé la celebración de un Consejo de Ministros extraordinario para aprobar los ERTE antes del lunes, aunque el acuerdo el Consejo podría celebrarse, incluso, el jueves.
La ministra Portavoz, María Jesús Montero, aseguró que está convencida de que se podrá llegar a un acuerdo que se ratificará en este Consejo extraordinario, porque no queda más margen para que no decaigan los ERTE. De la misma manera, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, mandó este martes un mensaje de tranquilidad al asegurar que "los ERTE no corren riesgos, se van a prorrogar y han venido para quedarse".
Yolanda Díaz: "Me voy a dejar la piel"
La diferencia radica en cómo se va a efectuar la prórroga. Desde la parte socialista (el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social, y también desde la Portavocía del Gobierno) defienden la necesidad de priorizar ahora la "reactivación de los trabajadores": "Estamos en un momento distinto al de hace un año, y creemos que es el momento de poner más el acento en la reactivación económica", manifestó Montero. Esto implicaría modificar el sistema y, como plantea Escrivá, reducir las exoneraciones de las cotizaciones a la Seguridad Social de aquellos trabajadores que siguen en el ERTE y aumentar las de los que vuelven a su actividad.
Sin embargo, este planteamiento no es compartido ni por la ministra de Trabajo ni por los agentes sociales. "No tendría sentido que en el tramo final de la salida de la pandemia no alcanzáramos un acuerdo. Me voy a dejar la piel y el mecanismo va a continuar como lo hemos desplegado hasta la actualidad", advirtió Yolanda Díaz, respaldando el mensaje que enunciaron patronales y sindicatos el lunes sobre que "una prórroga, si no es en los mismos términos, no es una prórroga".
En este escenario, el dilema del Gobierno está en qué hará si, finalmente, no hay acuerdo y se opta por legislar unilateralmente. Aunque tanto Trabajo como la portavoz del Gobierno rechazan esta posibilidad, la realidad es que ni Escrivá ni los agentes sociales parecen dispuestos a ceder. De ser así, podría significar el primer varapalo para la actual vicepresidenta tercera del Gobierno en el seno del Ejecutivo, y un triunfo de las tesis del José Luis Escrivá.
Fuentes sindicales temen este escenario, porque no entienden el empecinamiento de ampliar unas medidas temporalmente, con mucho menor coste que el que ha tenido hasta ahora y cuando presumen que "hay dinero". No obstante, los agentes sociales siguen mostrando su voluntad de alcanzar un acuerdo, pero no están dispuestos a muchas cesiones. "Vamos a negociar hasta el final", dicen los sindicatos. Sin embargo, mantienen que están muy lejos de alcanzar ni un acuerdo de mínimos.
Lo que está provocando de mar de fondo esta negociación es el mal ambiente que se está creando entre los sindicatos y el Ministerio de José Luis Escrivá, lo que hace presagiar una tormentosa negociación sobre un acuerdo en pensiones.
El ministro tiene que afrontar en breve esta importante reforma en la que los sindicatos se adhieren a los acuerdos alcanzados en el Congreso dentro el Pacto de Toledo, mientras Escrivá no ha dejado de lanzar globos sondas desvinculándose de los principales acuerdos alcanzados en la Cámara Baja
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