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PSOE y UP buscan contener los daños por el 'solo sí es sí' para centrarse en la recta final de la legislatura

Los partidos del Gobierno no descartan buscar un acuerdo durante la tramitación parlamentaria de la iniciativa, aunque a día de hoy se antoja complicado. Moncloa reclama contención e insiste en un mensaje: "Es más lo que nos une que lo que nos separa". 

Pedro Sánchez Irene Montero
Pedro Sánchez e Irene Montero, en el acto de Igualdad por el 8M de 2022. Imagen de archivo.  J.J Guillén / EFE

El 8 de marzo de 2022 el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Igualdad, Irene Montero, entraron juntos al Círculo de Bellas Artes, donde el Departamento liderado por la dirigente de Podemos celebraba el acto institucional por el Día de las Mujeres. Los días previos habían estado marcados por una alta tensión entre los socios del Ejecutivo por la decisión del ala socialista de enviar armas a Ucrania en el marco del conflicto con Rusia.

Un día antes, el día 7 de marzo, domingo, la secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, había llamado "partidos de la guerra" a las organizaciones políticas que respaldaban el envío de armamento, una denominación por la que el PSOE se sintió interpelado y muy molesto. Durante todo el lunes tuvieron lugar reuniones, conversaciones y cruce de mensajes entre ambos espacios para tratar de rebajar la tensión y de regresar a la normalidad institucional de la coalición. El resultado de todas esas acciones se escenificó con la entrada de Sánchez y Montero al Círculo de Bellas Artes por el 8M.

Este miércoles, 8 de marzo de 2023, el presidente del Gobierno no ha asistido al acto de Igualdad por el Día Internacional de las Mujeres. Esta jornada ha sido la primera tras la ruptura de los grupos del Gobierno en la votación de la reforma socialista de la ley del solo sí es sí (que salió adelante gracias al apoyo del Partido Popular y dividió también el voto del bloque parlamentario de la investidura).

Más allá del simbolismo y del trasfondo de este día tan relevante para el movimiento feminista (que en cierto sentido supone una continuación de la jornada anterior, la de la votación), las formaciones del Ejecutivo afrontan ya el día después de uno de los conflictos más importantes de la legislatura, y lo hacen desde una doble perspectiva de futuro.

Por un lado, ambos son conscientes de que no va a ser tan fácil pasar página y, de hecho, en el 8 de marzo tanto PSOE como Unidas Podemos siguieron cruzándose algunos reproches por lo sucedido en la Cámara Baja el martes. La clave reside en que el tono, las acusaciones y los discursos durante el Pleno (y también después) fueron tan contundentes que algunas voces ven muy complicado dar marcha atrás y reconducir el debate sin que haya un perdedor y un ganador claros. Los puentes en la ley del solo sí es sí parecen rotos y, aunque desde ambas formaciones se apela a una eventual negociación en el trámite parlamentario de la reforma, este escenario parece muy lejano.

Por otro lado, la intención es la de tratar de contener los daños y regresar de la mejor manera posible a la rutina de la coalición con el objetivo de encarar el final de la legislatura. Un dirigente de Unidas Podemos lo resumía así: "O rompemos o tratamos de reconducir la situación, y en ningún caso se ha hablado de romper, así que ya sabemos todos lo que nos toca". En el espacio confederal consideran que los socialistas han dejado sola a Irene Montero y al Ministerio de Igualdad e, incluso, han tratado de desgastar políticamente a otras dirigentes de UP, como Yolanda Díaz.

En este sentido, molestaron bastante las palabras del portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, tras la votación en la que señalaba a Yolanda Díaz y le recriminaba que debería haber sido "más proactiva": "No basta solo con decir 'que lleguen a un acuerdo', pero haz algo; pon una posición, una propuesta encima de la mesa para ver cómo podemos acordar y acercar posiciones", dijo.

Esto motivó que este miércoles la vicepresidenta segunda enviara un mensaje en clave de respuesta: "Nunca debimos haber llegado hasta aquí, le pediría a todo el mundo que sea responsable. Todos y todas debemos de ser más responsables que nunca porque la gente lo está pasando muy mal y hoy las protagonistas son las mujeres de nuestro país", aseguró.

El impacto de la brecha por la ley del solo sí es sí se habría dejado sentir incluso en otras negociaciones, como la de la ley de vivienda. En Unidas Podemos recuerdan que en otros momentos de tensiones, como la reforma laboral, el envío de armas a Ucrania o la ley trans, los socios del Gobierno negociaban con relativa normalidad otras cuestiones, que salían adelante pese al bloqueo en materias que generaban más tensión. Sin embargo, el ambiente desde febrero, tras el registro de la reforma del Grupo Socialista, se ha extendido de alguna manera a otros procesos negociadores.

En todo caso, en el espacio confederal apuestan por seguir trabajando para culminar la legislatura: "Toca confrontar menos y trabajar más con discreción", lo resumía Jaume Asens, presidente del Grupo Confederal de Unidas Podemos.

"Nos une más de lo que nos separa", transmite Moncloa

En las filas parlamentarias socialistas reconocían durante la sesión de control al Gobierno que el ambiente estaba "enrarecido", según varios diputados consultados. Por los pasillos de la Cámara Baja se sucedieron las declaraciones, como suele ser habitual. También los "corrillos" en los que la votación del día anterior fue absolutamente protagonista. La encargada de marcar la línea argumental del PSOE, y por extensión de Moncloa, fue la ministra de Hacienda María Jesús Montero.

"Siendo mucho más lo que nos une que lo que nos separa, en este momento tenemos que seguir avanzando y no dar pie ni alimentar ninguna escalada de descalificativos ni de palabras que puedan siquiera herir a la otra persona o al otro partido político. Tenemos mucho que seguir cosiendo, trabajando, vamos a seguir de la mano", destacó.

Y ese es el mensaje principal que trasladan desde Moncloa. Contrapuesto, por otro lado, a las palabras del portavoz socialista Patxi López justo al acabar el debate de la reforma el martes. "Impresentable, irresponsable y fuera de la realidad", dijo el diputado vasco. El tono en el PSOE cambió este miércoles. "Empieza otro proceso", comentaba una dirigente socialista mirando hacia el día después y la posibilidad de que en el periodo de enmiendas se encauce la situación. 

Sánchez dio la orden de contención en las declaraciones y las filas socialistas se pusieron a ejecutarla. El mismo líder del Ejecutivo lo puso sobre la mesa nada más llegar al Congreso, en un breve pero conciso mensaje a los medios. "Hay muchas cosas por las que tenemos que seguir trabajando y este Gobierno tiene el compromiso de seguir trabajando por esa igualdad efectiva de hombres y mujeres", afirmó.

Desde el entorno cercano a Sánchez aseguran que no hay que hacer elucubraciones con supuestas rupturas de la coalición. "Ha pasado lo que ha pasado y ya está. No hay que quitarle seriedad, pero ya está. Hay muchísimas cosas que hacer todavía y queda aún legislatura", afirman. Moncloa pretende por tanto restar importancia a futuro de la ruptura entre los dos partidos por la reforma. Porque además, sabían que iba a ocurrir de esa manera.

Es algo que no les ha pillado de imprevisto en la Presidencia del Gobierno. Y toca pasar página tras esta "cuestión puntual". Para ello, el ala socialista dice sentirse en la obligación de contemporizar, de no alimentar ni añadir leña al fuego. "A trabajar", insisten.  

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