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Las razones de los errores y dificultades comunicativas del Gobierno para vender los avances de la legislatura

Desde el inicio del Gobierno de coalición se han aprobado 140 iniciativas legislativas: 59 leyes, 80 decretos leyes y un decreto legislativo. "Con un contexto tan desfavorable (guerra, pandemia, volcán, etc) los méritos se diluyen mucho. En la mente de la gente los problemas son tan mayúsculos que los logros pueden ser muy minúsculos", opina Paloma Piqueiras, experta en comunicación política. 

Imagen de una rueda de prensa del Consejo de Ministros en Moncloa durante el pasado mes de marzo.
Imagen de una rueda de prensa del Consejo de Ministros en Moncloa durante el pasado mes de marzo. Pool Moncloa/Borja Puig de la Bellacasa

"No queda buen sabor de boca con que les haya interesado tan poco la agenda legislativa que tiene por delante el Gobierno para mejorar la vida de los ciudadanos". El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, afeó al resto de grupos políticos el pasado miércoles que no se interesaran por los avances logrados por el Ejecutivo. El tema del día era el 'caso Pegasus', pero la comparecencia de Bolaños estaba enmarcada dentro de la explicación del Plan Anual Normativo del Gobierno. Moncloa considera que su gestión está siendo especialmente prolífica y con claras mejoras para la vida de los españoles. Pero al tiempo hay un poso de que estos asuntos no están llegando a la calle como deberían. ¿Está comunicando el Gobierno de Pedro Sánchez sus logros? ¿Qué errores se están cometiendo? 

"Desde el inicio de la XIV Legislatura, se han aprobado 140 iniciativas legislativas: 59 leyes, 80 decretos leyes y un decreto legislativo". El jueves, desde Moncloa se emitía este comunicado, aprovechando la aprobación en el Congreso ese día de varias iniciativas como la del Real Decreto-ley de sanciones a oligarcas rusos. Ese RD fue apoyado por una amplísima mayoría de grupos, con 259 votos a favor. No suele ser demasiado habitual que desde el Gobierno se informe por esta vía oficial de lo que sucede en el Congreso, un hecho que de muestras de los esfuerzos que quiere hacer Moncloa para comunicar su gestión. 

Hay un hecho poco discutible en este asunto. La legislatura no está siendo fácil. El propio Gobierno lo ha visibilizado varias veces: una pandemia, un volcán, la tormenta Filomena, crisis de refugiados, una guerra...Sánchez y su Ejecutivo siempre destacan que a pesar de eso se está saliendo adelante. "Está claro que la legislatura ha sido una de las más complicadas de la actual etapa democrática. Esa parte es completamente cierta", afirma Eduardo Bayón, politólogo y experto en comunicación política. 

"Con un contexto tan desfavorable, los méritos se diluyen mucho. En la mente de la gente los problemas son tan mayúsculos que los logros pueden ser muy minúsculos", apunta, por su parte, Paloma Piqueiras, doctora en Comunicación e integrante de la Asociación de Comunicación Política (ACOP). En este sentido destaca que cuando hay "problemas tan enquistados", muy grandes tienen que ser tus méritos "para que se puedan colocar en la agenda y para que calen". 

"Moncloa se está dedicando a gestionar sin darle demasiada importancia a la gestión de los conflictos que generan otros"

Para la politóloga Cristina Monge, este Gobierno en cuanto a la gestión es muy exitoso y "ha sabido sacar adelante muchos temas en un contexto muy desfavorable". Pero su teoría es que "se está dedicando a gestionar sin darle demasiada importancia a la gestión de los conflictos que generan otros". El ejemplo más reciente es el 'caso Pegasus'. "No se valora el ruido que se genera por la oposición. Están muy centrados en su gestión, en lo duro que está siendo, pero no se dan cuenta de que además de gestionar tu programa tienes que lidiar con lo que otros te ponen encima de la mesa. Es como si en un partido de tenis ellos solamente tuvieran el saque. Hay otras veces que tienes que saber despejar la pelota", ejemplifica. 

Para Monge, en una democracia como la que vivimos, "es muy importante la competencia por el espacio público". "El Gobierno actúa como si él fuera el único actor que dice qué es lo que tiene que ocupar el espacio público. Y en democracia eso no es así. Se compite por ocuparlo. Eso genera mucho ruido que impide que los logros de la gestión tengan el espacio que probablemente de una manera objetiva deberían tener", apunta. Para esta experta, logros como los datos de empleo, de contratos indefinidos o aspectos relacionados con el cambio de modelo energético "son logros que por sí solos casi deberían valer para una legislatura entera". "Pues no lo están poniendo valor. No están sabiendo presumir de cada una de esas cosas", afirma. 

La crispación que provoca la oposición es un hecho. Y el ruido respecto a la fragmentación parlamentaria tampoco favorece la acción del Gobierno. "Hay una especie de campaña electoral casi permanente, con elecciones adelantadas en varios sitios", apunta Bayón. Para este politólogo, más allá de esos aspectos coyunturales, "es necesaria una narración". Lo explica: "en este momento que nos encontramos, es necesario ofrecer cierto horizonte. Ha habido una crisis de expectativas y certezas muy grande. Creo que hay un problema más en ese sentido que sobre qué políticas públicas se hacen. Todo eso lo aprovecha mucho Vox, lo ha aprovechado Le Pen en Francia y lo aprovechó Ayuso en 2021".

Distorsiones del mensaje

"El Gobierno no está sabiendo transmitir sus logros y no está sabiendo capitalizarlos bien", apunta Piqueiras. Tesis que comparten también los otros expertos consultados. "Estamos en una legislatura donde se han hecho muchísimas cosas con apoyos muy diversos y con un parlamento muy fragmentado. Estamos hablando de cosas importantes como ponerse de acuerdo con los agentes sociales para sacar adelante la reforma laboral o sacar adelante la subida del SMI a pesar de toda la polémica. Y sin embargo, parece que hay algo que falta y que no se acaba de percibir bien lo que se está haciendo", argumenta. 

"El Gobierno no está sabiendo transmitir sus logros y no está sabiendo capitalizarlos bien"

En la opinión de Piqueiras, no es la comunicación propiamente dicha del Gobierno lo que está fallando ahora sino que "hay satélites alrededor que están distorsionando esa buena comunicación que le permita al Gobierno poner en valor sus logros de gestión". Entre esos elementos, aparte del contexto, destaca otros dos. Por un lado, considera la experta que "las decisiones más cuestionables que ha tomado este Gobierno han tenido más protagonismo que cualquiera de sus méritos". Esto se ve con ejemplos como que el acuerdo conseguido en Bruselas sobre el precios del gas quedó opacado por el giro con Marruecos y el Sahara. O que en plena gestión para lograr los fondos europeos, la conversación pública estaba girando sobre Brahim Ghali.

Por otro lado, señala Piqueiras que otro "elemento distorsionador" es la escenificación constante de forma pública de cada mínimo desacuerdo que han tenido internamente PSOE y Unidas Podemos. "Algunas veces se ha intentado justificar esto como desde el punto de vista de la transparencia. Pero la sensación que generas es de falta de estabilidad y de unión o incluso que tu foco no está puesto en solucionar los problemas de la gente sino en rentabilizar tus acciones y ser protagonista por encima del otro. Dentro de los méritos, esta pelea pública de los dos partidos no les ha beneficiado", apunta. 

"Las reglas del juego" y el futuro

Respecto al papel de los medios de comunicación y el ecosistema mediático hostil contra el Gobierno, para Monge "son las reglas de juego". "O tienes capacidad para cambiar eso o tienes que lidiar con ese escenario", apunta. Para la politóloga, no existen como tal los errores de comunicación sino que esta misma va unida a la propia gestión.

"En democracia, el contar lo que haces, hacer llegar lo que estás haciendo y que la gente lo ponga en valor, forma parte de la propia gestión. No es algo aparte. No vale con mandar una nota de prensa. Tienes que pensar cómo poner en valor lo que haces. En parte tiene que ser por los medios de comunicación pero de otras maneras también", destaca. Lo ejemplifica con un ejemplo reciente. "Si no se cuenta en los medios lo del precios del gas, pero en las casas se ve que las facturas bajan, la gente lo entenderá. Y si cuando van a llegar las facturas, haces un campaña con ello, mejor. Pero la gente tiene que notar que baja la factura porque si no no vale de nada", afirma. 

Queda más de año y medio, si no hay sorpresas, para las próximas elecciones generales. Es mucho o poco tiempo, según se mire. Pero el ojo ya está puesto en 2023. "Hay avances importantes en políticas públicas. Pero creo que el votante como espectador tiene bastante agotamiento y el electorado del Gobierno necesita que se le ofrezca algo más aparte de la gestión. Demanda transformaciones, ambición y que se le ofrezca una perspectiva y horizonte", apunta por su parte Bayón.

El politólogo recuerda un tema clave por resolver como el de la vivienda y señala: "Si no hay una narración que articule y construya realidades políticas y ofrezca a la gente horizontes, esperanza y percepción de seguridad, al final puede caer todo en cierto vacío. Hay parte de votantes de izquierda bastante cansados y cabreados, venimos de una crisis, se ha juntado con una pandemia, la guerra y la inflación", concluye.

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