Este artículo se publicó hace 3 años.
Recta final para el canal de Badalona tras 20 años de espera
La nueva previsión es que la lámina de agua esté lista en 2023, una vez construido el viaducto del tren, el gran obstáculo del proyecto. Con un coste de 10 millones de euros, será navegable para embarcaciones de menos de ocho metros de eslora y tendrá 360 metros de largo y 32 de ancho.
El Ayuntamiento de Badalona aprobaba en pleno en 2003 uno de los proyectos urbanísticos más importantes de la década: la transformación del barrio del Gorg, con la construcción de 2.000 viviendas a lado y lado de una lámina de agua que uniría el puerto –en aquel momento, aún en construcción– con el Palau Olímpic. Eran 217.000 metros cuadrados de superficie a urbanizar en los que quedaban vestigios de antiguas industrias y algunas casas en pie. Aquel canal navegable se esperaba para 2009, pero el proyecto se redujo: el curso de agua solo llegaría hasta la calle Guifré y el resto sería una rambla. Con la crisis, el tamaño de las viviendas también disminuyó y finalmente la zona contará con 2.700 pisos.
A principios de siglo, el Ayuntamiento de Badalona –liderado por la socialista Maite Arqué– esperaba convertir este barrio en la nueva centralidad de la ciudad. Es el mismo concepto que utiliza hoy el alcalde Xavier Garcia Albiol (PP), gran defensor del plan urbanístico del Gorg todos estos años. Tras los replanteamientos del proyecto, las crisis económicas, la reducción de costes y los obstáculos administrativos, Albiol mantiene que el canal estará listo en 2023. "Antes de verano firmaremos el convenio con Adif para realizar las obras del viaducto", afirma el alcalde. Y es que esta es la obra que ha causado más demora en el proyecto. "El de las vías es un movimiento complejo", reconoce Albiol. El viaducto se financiará con el dinero obtenido por la construcción del hotel del puerto, que Sallés Hotels abrirá en enero de 2022; un hotel que también llegará con retraso, ya que se proyectó para el año 2010.
Garcia Albiol mantiene que el canal navegable será "un elemento que puede darle un toque de calidad a la ciudad". Tras tantos años de espera, "es la culminación de un gran proyecto de ciudad que servirá para convertir este entorno en la nueva centralidad de Badalona", asegura. Con un coste de 10 millones de euros, tendrá 360 metros de largo y 32 de ancho. Será navegable para embarcaciones de menos de ocho metros de eslora. El proyecto urbanístico permitirá abrir hasta el paseo marítimo las calles Ponent y Tortosa, comunicando así la ciudad con el frente marítimo.
Los vecinos, escépticos
"Hasta que no vea las máquinas trabajando en las vías del tren, yo no me lo creo", dice Manel Rejón, uno de los nuevos vecinos del canal del Gorg y durante muchos años portavoz de la plataforma de afectados por el proyecto urbanístico. Rejón vivía en el barrio de Llefià y decidió comprarse un piso en el Gorg, a dos calles de la nueva urbanización, en 2007. A pesar de los retrasos del proyecto, adquirió en 2014 sobre plano una vivienda en el mismo canal. "Nos prometieron la lámina de agua para 2017; después, para 2021; y, ahora, para 2023", recuerda el portavoz vecinal, que hace un tiempo que ya se ha trasladado a su nuevo piso. "Esperanzas las tengo todas, pero no me lo creo; llevo muchos años esperando", añade.
Rejón no es el único escéptico con la nueva fecha de inauguración. Según Eva Castilla, presidenta de la Associació de Veïns del Front Marítim de Badalona –al otro lado de la vía del tren, en primera línea de mar–, "no se puede confiar cuando ni siquiera están licitadas las obras". En este barrio saben lo que es esperar un proyecto que sufre retrasos. Los primeros pisos del litoral badalonés se levantaron en 2002 con la promesa de la llegada de un puerto, un canal y un paseo marítimo. Cuando salían a la terraza veían el mar, pero también vieron un terreno desierto durante años. El paseo marítimo se inauguró en 2012. Hace unos días se han reunido con los responsables de Marina Badalona, la gestora del puerto. "No nos han dado ni fechas ni detalles del proceso", lamenta Castilla.
Los únicos que se muestran esperanzados de que la llegada del canal sea en 2023 son los vecinos del Gorg. Es el barrio ya existente que ha visto cómo se ha proyectado una zona de lujo en su entorno. "Llevamos tanto tiempo, que queremos confiar en que estará acabado", asegura Teresa Vinuesa, presidenta de la Associació de Veïns del Gorg desde 2006. Tras años de vivir al lado de terrenos con ratas y una degradación extrema, empiezan a ver la luz al final del túnel. La zona ha cambiado radicalmente, aunque a un ritmo demasiado lento. Donde antes había solares vacíos y llenos de suciedad, ahora ya conviven más de 3.000 nuevos vecinos, en una urbanización con algunos locales comerciales, pero sin servicios. "Para ir al supermercado del paseo marítimo, tardo 20 minutos", lamenta Manel Rejón. "No tenemos tiendas, ni suficiente iluminación", añade.
Tanto ellos como los vecinos del Gorg reclaman que se acelere la construcción de los equipamientos prometidos para la zona: el CAP está levantándose, pero aún falta la prometida escuela, una biblioteca, un centro cívico y un centro de día para personas mayores. Aunque hasta ahora antiguos y nuevos vecinos iban a la una, los nuevos residentes del canal están en proceso de creación de una nueva asociación, a través de la que pretenden unir sus reclamaciones. Una de ellas pasa por que se reduzca el ruido del paso del tren, aprovechando las obras del viaducto.
Un proyecto repleto de dudas
Tras la inauguración del puerto de Badalona en 2005, la segunda fase consistía en la creación del canal. Después de la expropiación de los edificios que se mantenían en pie en la zona, en 2008, el alcalde socialista Jordi Serra hacía saltar todas las alarmas: proponía hacer un paseo en lugar de un canal. El motivo principal era el coste de la intervención, ya que todo el proyecto estaba presupuestado en 20 millones de euros. Tras dos años de debates entre partidarios y detractores, el alcalde reconocía que el canal podía ser bueno para el entorno, pero anunciaba una reducción del 50% del coste: las vías no se elevarían para dejar paso al agua, sino que se construiría un viaducto, y el proyecto final costaría 10 millones de euros.
Pero llegó la crisis económica y los planes se truncaron. No fue hasta 2012 cuando el sector inmobiliario empezó a revivir y comenzaron a construirse viviendas en el entorno del canal. Ya con García Albiol en la alcaldía (2011-2015) empezaron a levantarse edificios, y en 2015 comenzaron las obras del canal. El mismo año volvía a cambiar el gobierno, y el ejecutivo de Guanyem Badalona en Comú, ICV-EUiA y ERC proponía parar las obras y replantear el proyecto urbanístico, con el que no comulgaban. Los ecosocialistas siempre se habían opuesto a esta gran obra, y tanto ellos como Guanyem consideraban que los 10 millones de euros que costaría el desarrollo del canal debían destinarse a otras prioridades. Reconocían que había que "dignificar la zona" con la construcción de los equipamientos pendientes, pero con un proyecto alternativo y más económico. Para los vecinos, que ya se habían comprado pisos en la zona, aquello fue un jarro de agua fría. "Yo me puse a llorar en el Ayuntamiento", recuerda Rejón.
Las dudas duraron un año, hasta que el consistorio badalonés decidió continuar con el proyecto, eso sí, contando con las aportaciones de los vecinos. "Que ahora nadie salga a decir que no se va a hacer", dice Teresa Vinuesa, de la Associació de Veïns del Gorg. Tras años de incertidumbres, García Albiol promete terminar lo que empezó durante su primer mandato. "Es un salto importantísimo que podemos comparar con la transformación que se hizo en Badalona para los Juegos Olímpicos del 92; es el gran proyecto pendiente", afirma orgulloso el alcalde.
Cronología
2003. Se aprueba la transformación urbanística del Gorg con la creación del canal por 20 millones de euros.
2008. El alcalde del PSC, Jordi Serra, se replantea el proyecto. 2009 Primera fecha prevista de inauguración del canal.
2010. Se retoma el canal con el 50% de presupuesto. Llega la crisis.
2012. Se empiezan a construir los primeros bloques de viviendas
2015. Empiezan las obras del canal.
2015. El gobierno municipal de Guanyem, ICV-EuiA y ERC vuelve a parar el proyecto.
2016. Se retoman las obras del canal y se lleva a cabo un proceso participativo.
2017. Segunda fecha prevista de inauguración del canal.
2018. Empiezan las obras del hotel, del que se obtiene la financiación para el canal.
2021. Tercera fecha prevista de inauguración del canal.
2022. Fecha prevista para la inauguración del hotel del puerto.
2023. Cuarta fecha prevista de inauguración del canal.
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