Este artículo se publicó hace 2 años.
Seis jueces ultras contra millones de mujeres
Inna Afinogenova
Madrid-
Los ataques a las políticas feministas no son algo exclusivo de España, ocurren en todo el mundo, con mayor o menor intensidad. Y uno de los ejemplos más recientes se ha dado precisamente en Estados Unidos, con la derecha ultra reaccionaria quitándole a las mujeres derechos que habían sido conquistados hace décadas.
A finales de junio la Corte Suprema de EEUU, que es la máxima instancia judicial en el país, tumbó la histórica sentencia conocida como Roe contra Wade de 1973 que reconocía el derecho al aborto.
A partir de ese fallo judicial, que es inapelable, se dejó en manos de cada estado decidir sobre el derecho al aborto. Esto ha sido posible gracias a que la Corte Suprema hoy cuenta con una mayoría conservadora de seis contra tres, algo inédito en décadas.
En cuanto se hizo pública la decisión del Tribunal Supremo, los estados controlados por los republicanos restringieron el aborto de forma casi inmediata, recurriendo a leyes de activación, también conocidas como 'leyes gatillo'.
Vamos, que entran en vigor en cuanto se anuncian. Arkansas, Dakota del Norte, Dakota del Sur, Idaho, Luisiana son algunos de los estados que activaron leyes 'gatillo'. Según el instituto Guttmacher, son ya 44 los estados que prohíben o restringen en menor o mayor medida ese derecho.
Y con esto millones de mujeres estadounidenses retroceden 50 años en el tiempo, pese a la opinión pública, porque se estima que cerca del 85% de los estadounidenses están a favor del aborto legal. Los argumentos de los jueces trumpistas se reducen a que la Constitución no contempla ese derecho con lo cual no es un componente de la libertad. Estamos hablando de una Constitución que data de 1787, la Carta Magna más antigua en vigor del mundo.
Y esto es devastador para millones de mujeres, sobre todo mujeres pobres, negras y latinas. No hay que acudir a estadísticas específicas para tener por seguro que la mortalidad materna se incrementará drásticamente, porque, y esto es una obviedad casi obscena, pero parece necesario, volver a repetirla una y otra vez: la prohibición del aborto no acabará con los abortos, pero, eso sí, empujará a mujeres que quieran abortar a la absoluta precariedad. Volverán las perchas, bebidas de no se sabe muy bien qué para abortar, chamanes… Todo lo que no sea misoprostol.
Y un detalle más: no solo se anula el derecho al aborto. El aborto se va a perseguir. En Estados como Texas se permite demandar a cualquiera que ayude o incite al aborto.
Imaginen hacer una búsqueda en Google relacionada con el tema, en un estado 'quasi sharia' como parece ser Texas. Leemos en The Hill una columna firmada por Liberty Vittert, especialista en ciencia de los datos: "El mayor peligro de revocar la ley Roe (el derecho al aborto) es que tu teléfono móvil podría mandarte a la cárcel. Tienes miedo, estás sola y estás embarazada. No puedes quedarte con el bebé y quieres abortar. Pero vives en un estado que convirtió el aborto en delito. Decides abortar de todas maneras en una clínica a 100 millas de tu ciudad. Acabas de cometer un delito y las fuerzas de seguridad tienen a su disposición un arsenal de pruebas para detenerte. ¿Utilizaste mapas de Google para llegar a la clínica? Las fuerzas del orden pueden obtener orden judicial para conseguir la ubicación de tu celular de Apple o de Google y revisar a donde fuiste y cuánto tiempo estuviste allí. ¿Desactivaste la app para controlar tu ciclo menstrual? Las fuerzas del orden pueden obtener esos datos. ¿Buscaste una clínica en Google? Las fuerzas del orden pueden obtener esos datos". En fin, El Cuento de la Criada que traspasó HBO y llegó a la vida real.
Si es cierto que en algunos países de la región, especialmente en Centroamérica, la legislación restringe o directamente prohíbe el aborto, en países como México, Argentina, Uruguay y Cuba, el aborto está despenalizado. Y eso en algunos países costó décadas de lucha. En Argentina lo hemos estado siguiendo en vivo. Hasta hace 3 años el país tenía una ley del aborto que databa de 1921. En 2018, durante la presidencia de Macri, la Cámara de Diputados aprobó el proyecto de ley sobre la despenalización del aborto.
En aquel entonces el movimiento que se autodenominó 'pro vida' y los diputados conservadores nos regalaron momentos sinceramente míticos. En el senado oímos contundentes argumentos del tipo "qué hubiera pasado si la madre de Mozart o la madre de Vivaldi hubieran abortado", o que "la vida es lo que nos hace estar hoy acá". En las calles los antiabortistas durante semanas pasearon un enorme muñeco de un feto de 8 metros hecho de papel al que cariñosamente llamaban bebito.
Y tan fuerte fue ese movimiento que el Senado finalmente tumbó la ley de despenalización. En aquel momento 'el bebito' ganó, pero a finales de 2020, ya con Alberto Fernández en la Casa Rosada, la ley se impuso finalmente, colocando a la Argentina en la vanguardia de los derechos sociales en América Latina, y esa conquista es totalmente de la marea verde feminista.
En México, en septiembre de 2021 la Corte Suprema despenalizó el aborto en un fallo histórico para el país. Lo que hicieron fue invalidar la legislación del estado de Coahuila que condenaba a penas de prisión de uno a tres años a la mujer por practicar el aborto o a la persona que le incitase a abortar. Al invalidar esa ley, la Suprema Corte sentó un precedente judicial que va a ser aplicado en todo el país. Esa decisión llegó tras años de protestas, que se volvían cada vez más multitudinarias, a favor de los derechos de las mujeres. Y ha sido posible en uno de los países con mayor número de católicos en el mundo.
En Colombia, la Corte Constitucional despenalizó el aborto recién en febrero de este año. Entre 2005 y 2017 unas 500 mujeres fueron juzgadas por interrumpir su embarazo: el código penal que avalaba esa práctica se redactó en 1834.
Y ya que estamos hablando de Latinoamérica y de este derecho tan fundamental, no puedo no mencionar a Cuba, que fue el primer país de la región en despenalizar completamente el aborto en 1965.
En algunos países directamente es un delito. En El Salvador, por ejemplo, ayer mismo la justicia condenó a 50 años de cárcel a una joven que sufrió un parto natural. El Salvador es uno de los países más restrictivos del mundo para la interrupción del embarazo, está prohibida en todos los supuestos, da igual si la mujer ha sido violada o si su vida corre peligro, si la vida del bebé corre peligro, el aborto deriva en acusaciones por homicidio.
Así que como vemos la situación en la región es muy dispar: tenemos a países tan avanzados en este sentido como Cuba, Uruguay, Argentina o México al lado de cavernas ultra religiosas, como El Salvador. Si bien es cierto que la ola feminista es cada vez más fuerte en la región, la presión de la Iglesia católica y en algunos países (como El Salvador o Brasil) de los evangélicos es todavía más fuerte. En países como Brasil los evangélicos ocupan espacios de poder y no dejan que el debate siquiera avance.
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