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¿Será algún día Catalunya independiente?

El sociólogo y politólogo Ricardo Romero de Tejada Collado ultima el libro '27-S. Cataluña decide su futuro', en el que analiza la evolución del proceso independentista desde la Diada del 2013 hasta después deL 27-S. Tras año y medio de análisis sociológico, adelanta algunas tendencias.

Imagen de la 'V' independentistas en Barcelona durante la Diada del 2014.-AFP

JAIRO VARGAS

MADRID.- 
Desde que el Tribunal Constitucional diera al traste con el Estatuto de Autonomía de Catalunya, el famoso Estatut, en 2010, lo que piensa la gente en Catalunya y en el resto del Estado ha cambiado sustancialmente. Aunque suene raro, la mayoría de los catalanes cree que la Comunidad Autónoma logrará independizarse de España tarde o temprano. Lo curioso es que el resto de españoles, independientemente de lo que prefiera, no se atreve a descartarlo. Quizás tengan que pasar años, pero la independencia de Catalunya es un hecho para la opinión pública, y las elecciones del próximo 27 de septiembre son sólo un paso más.

El resultado se desprende del trabajo de Ricardo Romero de Tejada Collado, veterano politólogo y sociólogo, director de Estudios Socio-Políticos y de Opinión Pública del Instituto Gallup durante la Transición hasta 1983, director de la oficina en Madrid de Taylor Nelson Sofres, multinacional líder en Investigación de Mercados y Estudios de Opinión, entre 2002 y 2013, y profesor de Sociología en la Universidad Carlos III de Madrid, entre otros cargos. No es ningún novato en la cuestión catalana. En 1984 dirigió el Estudi sociològic de la joventut de Catalunya para el Departament de la Presidència de la Generalitat.

Ahora se ha propuesto analizar la que para muchos serán las elecciones más importantes para los catalanes desde que se proclamó la Segunda República, y a falta de la última fase, el proyecto 27-S. Cataluña decide su futuro ya arroja datos que ayudan a intuir los próximos pasos de Generalitat, Gobierno central y sociedad civil catalana. Se trata, explica, de un estudio prospectivo experimental con datos de un sondeo propio realizado en cuatro fases sucesivas, desde un mes después de la gran Diada de 2013 hasta diez días antes de la consulta soberanista del 9-N. A esto se suman entrevistas a más de 20 corresponsales de prensa extranjera en España y distintos sondeos y encuestas publicados a los largo de este período en el que varios acontecimientos de envergadura has sacudido el panorama político catalán.

“En Catalunya su independencia se
vive como casi inevitable”

Del trabajo destacan datos como el arriba mencionado. “En Catalunya su independencia se vive como casi inevitable”, asegura en su adelanto el sociólogo. Según las respuestas de los encuestados residentes en Catalunya las probabilidades de la independencia en algún momento son del 68%. Entre los partidarios de ésta, la probabilidad aumenta hasta el 81% mientras que los detractores le dan una probabilidad del 48%. En el resto de España tampoco pueden descartarla. Si en octubre de 2013 le daban una probabilidad del 36% a la independencia a largo plazo, en tres meses la aumentaron hasta el 41% para llegar a la consulta del 9-N en torno al 50%.

Entre los corresponsales extranjeros que informan sobre el proceso soberanista también gana la posibilidad de una independencia más allá de 2020. Los corresponsales en Catalunya creen que acabará sucediendo con un 75%, y creen que será antes de esta fecha con un 47% de posibilidades. Por su parte, los que informan desde Madrid, reducen este extremo sustancialmente, pero también gana una hipotética independencia después de 2020 con el 51%.

Con estas probabilidades no es de extrañar el resultado que la población cree que obtendrán las candidaturas independentistas. Tanto en Catalunya como en el resto del país se da por segura una victoria de las formaciones políticas que defienden la hoja de ruta hacia la independencia. En otoño de 2014, los entrevistados catalanes daban un 72% de probabilidades a una victoria independentista frente a un 28% de que pasara lo contrario, sin apenas diferencias entre los que reconocía ser favorable a la secesión y sus detractores. En el resto de España, aunque descendía ligeramente, la posibilidad era del 68%. “Salvo terremoto a acontecimientos imprevisibles, el triunfo independentista en las autonómicas catalanas se interpretaba como cantado”, apunta el autor, que incide en que, pese a que aumentará notablemente la participación, quedará muy lejos de la cantidad de gente que se acercaría a votar en un referéndum sobre la independencia. Si para la consulta baraja un 80% de participación, prevé que el 27-S vaya a las urnas un 75%, cuando la cifra histórica en unas catalanas ha sido del 69,6%.

Permiso para que se decida la independencia.

Todo sería más fácil si el Gobierno permitiera que los catalanes votaran al respecto. De los entrevistados residentes en Catalunya, alrededor del 80% es partidario de esta postura, un “respaldo al derecho a decidir muy mayoritario y transversal. Mientras, en el resto del país se podría decir que una parte importante se pronuncia a favor de votar (34%) aunque la mayoría (52%) no lo apoya, una cifra que ha ido aumentando ligeramente a medida que la sociedad catalana exigía en la calle las urnas.

Lo que sí cambia es lo que votarían los catalanes en ese deseado referéndum. La introducción de la doble pregunta, según los resultados de Romero de Tejada, redujo las posiciones a favor de la independencia. Así, en un referéndum “sí o no a la independencia”, el 50% de los catalanes encuestados un mes después de la Diada de 2013 votaría a favor, un 31% en contra y el 19% no se definía o se abstenía. Una vez cambiado el formato de la pregunta, los partidarios del “Sí+ Sí” (independentistas) ya eran un estable 41% durante todo el estudio. Sin embargo, los que votarían “sí” a que Catalunya fuera un Estado pero “no” a que fuera independiente de España comenzaron con un 6%, para triplicar esos resultados hasta llegar al 20% a la vez que el voto negativo descendió hasta ser superado en dos puntos por el “sí+no”. De esta forma, los partidarios de una Catalunya como Estado (los que votarían sí+sí y los que votarían sí+no) representaban antes de la consulta del 9-N un 61%.

¿Declaración unilateral de independencia?

A falta de referéndum, la convocatoria de elecciones anticipadas entendidas como plebiscito por parte del Govern es la única vía que han encontrado Artur Mas y Oriol Junqueras, con el apoyo de la CUP. De continuar idéntica la actitud del Gobierno de Rajoy ante el órdago independentista, la Declaración Unilateral de Independencia (DUI) desde el Parlament de Catalunya se alza como una de las posibilidades a medio plazo.
El 67% de los encuestados catalanes la cree probable, con notables índices de que se declare antes de 2017. Para los residentes en el resto del país, tampoco es descartable una DUI, la esperan con un 58% de posibilidades a largo plazo.
Por el contrario, ni catalanes ni residentes en otras comunidades piensan el que Gobierno vaya a estar de brazos cruzados ante esta iniciativa. No llegan al 10% las probabilidades en ambos casos de que el Gobierno reconozca la independencia.


Entre las reacciones más probables, los catalanes temen una suspensión de la autonomía (32%), seguido de un intento de negociar la permanencia en el Estado (28%). Que El Ejecutivo deje pasar el tiempo para que se demuestre la imposibilidad de la independencia es contemplada con un 22% de posibilidades. La medida extrema de sacar los tanques a las calles de Barcelona (11%) es más probable que la de que se reconozca la independencia. En el resto de España, la opción de movilizar al Ejército pierde cuatro puntos, mientras que la suspensión de la autonomía, la posibilidad de negociar la permanencia o la de ignorar la Declaración de Independencia están a la par, rondando el 30%.
El libro se irá actualizando a medida que vaya avanzando el proceso electoral.

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