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Los sindicatos, ERC, EH Bildu y Podemos elevan la presión desde la izquierda contra Sánchez y Díaz por su falta de negociación

Más allá del papel de Junts, PSOE y Sumar afrontan también críticas desde la izquierda. UGT y CCOO han pedido una reunión con el presidente del Gobierno para abordar el diálogo social, que ven mermado. Otros socios advierten de que no se pueden llevar las conversaciones al límite como el pasado miércoles. 

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, durante una sesión de control al Gobierno, en el Congreso de los Diputados, a 20 de diciembre de 2023
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, durante una sesión de control al Gobierno, en el Congreso de los Diputados, a 20 de diciembre de 2023. Eduardo Parra / Europa Press

La resaca de la frenética jornada parlamentaria del miércoles deja varias conclusiones. El Gobierno de Pedro Sánchez ha asumido ya que deberá cambiar algunas formas de negociación para hacer menos agónicas las votaciones que se le presenten a partir de ahora.

El papel de presión de Junts se ha dejado patente, como ya era esperado. Pero también se ha revelado que la coalición debe afrontar con sumo cuidado las posiciones hacia su izquierda sino quiere tensar demasiado la cuerda. 

Otra conclusión, visto lo sucedido, es que la estabilidad gubernamental también implica de forma directa a la vicepresidenta segunda y líder de Sumar, Yolanda Díaz. Los socialistas trasladan en privado que el problema con Podemos no ha sabido atajarse a tiempo dentro de ese espacio. En el puzzle complejo que es la legislatura también aparecen críticas, más o menos contundentes, desde los sindicatos mayoritarios, UGT y CCOO, ERC, EH Bildu y, desde luego, Podemos. 

Sánchez salvó los muebles con la aprobación de dos decretos. Pero sus socios le pegaron varios toques de atención que pueden marcar el rumbo del Gobierno en los próximos meses. "Estamos obligados a hablar antes de aprobar cada decreto en el Consejo de ministros", señaló Sánchez el 27 de diciembre al presentar el decreto anticrisis en Moncloa. 

A diferencia de la mayoría de ocasiones de la pasada legislatura, el PSOE amarró los votos de varios partidos antes de llevar el decreto al Consejo de Ministros. Concretamente de PNV, ERC y EH Bildu. También BNG avaló el contenido del decreto. La dinámica habitual en los anteriores era negociar a posteriori, una vez presentados.

Pero al Gobierno le faltó pactar con Junts y Podemos. Eso provocó la incertidumbre por parte del partido que lidera Carles Puigdemont y el rechazo final en el caso de la fuerza morada a la reforma del subsidio por desempleo.

Mientras tanto, los socios parlamentarios asistían atónitos a la posibilidad de que decayeran los decretos y, en consecuencia, las medidas que ellos mismos habían arrancado al Ejecutivo. Algunos de ellos, como Aitor Esteban del PNV, trataron incluso de mediar para solucionar el previsible desaguisado. 

Desde la tribuna, la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, fue muy clara al respecto. "El Gobierno debe tomar nota de lo ocurrido y entender que no tiene mayoría. Debe dialogar y negociar con seriedad y tiempo suficiente. No puede ser la ciudadanía la que pague por sus errores", señaló. 

En ERC ya venían advirtiendo que el abuso de los decretos leyes por parte del Gobierno debía dejarse a un lado. Pese a ello, acordaron una serie de asuntos con el Gobierno y decidieron votar los tres decretos por "responsabilidad" y diferenciarse de los modos de Junts.

Los republicanos afean, tanto a Junts como al Gobierno, las formas de negociar a marchas forzadas y al último minuto. "Nosotros no estamos en primero de primaria de negociaciones con el PSOE", apuntó este jueves la portavoz adjunta, Teresa Jordá. 

Podemos y Sumar

Las aguas no bajan tan calmadas en la relación entre Sumar y Podemos. Este miércoles se consumó la ruptura de forma gráfica con la votación en contra de los cinco diputados morados a un decreto impulsado por Díaz, el del subsidio por desempleo.

La salida de Podemos al Grupo Mixto anticipaba que el PSOE debería negociar por separado con el partido que lidera Ione Belarra. Los socialistas no lo hicieron hasta casi el último minuto y los intentos de Sumar por arreglarlo al final tampoco fructificaron. 

Desde el espacio que lidera Díaz han sido muy duros en sus críticas a Podemos por su votación. La propia vicepresidenta habló de irresponsabilidad y los diferentes dirigentes han expresado su indignación por la actitud del partido morado y sus "intereses partidistas". La sucesión de reproches mutuos en redes sociales y declaraciones públicas ha sido incesante. 

Mientras, en Podemos insisten en que el PSOE debe renegociar el decreto para quitar el recorte que incluía en las cotizaciones para las personas paradas de 52 años. "Hasta junio, momento en el que entraba en vigor el decreto, tenemos tiempo de negociar una reforma que beneficie a todas las personas", destacó Belarra. De momento, Díaz ha convocado a los agentes sociales para reformular el decreto y volver a aprobarlo próximamente. 

Los sindicatos y el diálogo social 

Las primeras semanas de legislatura también dejan otra advertencia al Gobierno. Quizás la más inesperada a tenor de la buena relación mantenida durante los últimos años. Se trata de la posición crítica de los sindicatos mayoritarios CCOO y UGT. Ya en diciembre ambas organizaciones emitieron un comunicado conjunto alertando a Sánchez sobre su "preocupación" por el hecho de que una reforma de la estructura de la negociación colectiva se hiciera "obviando el marco del diálogo social y sin oír a sus legítimos representantes". 

CCOO y UGT han pedido ya una reunión formal con el presidente del Gobierno para abordar este asunto. Estamos apreciando una cierta mutación en lo que el Gobierno entiende por diálogo social. "CCOO no va a pasar de un modelo de diálogo social que consistía en la negociación y la concertación a un modelo que se base únicamente en la consulta del Gobierno a los agentes sociales, y a veces ni eso", destacó el secretario general de CCOO, Unai Sordo

Por su parte, Pepe Álvarez, secretario general de UGT, que comparte la visión de Sordo, puso también deberes inmediatos al Ministerio de Trabajo. Entre ellos, la convocatoria "inmediata" de varias mesas de trabajo como la de seguridad y salud en el trabajo. "Hay un compromiso del Ministerio de que se iba a hacer. Hoy quiero decir claramente que para nosotros es cuestión prioritaria", destacó.

También apuntó la necesidad de convocar una mesa del tiempo en el trabajo y abordar la situación de las horas extraordinarias. Desde los sindicatos consideran que negociar y pactar con ellos dejará en mejores posiciones al Gobierno. "Vamos a trabajar para no encontrarnos con el frontón de Junts en cuestiones sociales. El negociar con nosotros les va a dar más oportunidades a este Gobierno", afirmó Álvarez. 

En Moncloa y Ferraz señalan haber tomado nota, según las fuentes consultadas, de lo sucedido esta semana. Justifican la metodología en la "urgencia" que tenían para aprobar los decretos por los límites temporales de algunas medidas. Pero, al mismo tiempo, son conscientes de que la imagen de este miércoles no debe volver a repetirse.

No todos piensan que vaya a ser posible. "Junts no es ERC", señalaban algunas fuentes este miércoles. Si los tres decretos de esta semana son un punto de inflexión o no en la legislatura, para un lado u otro, es una pregunta que se resolverá en los próximos meses. 

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