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Del "hasta la victoria final" de Felipe González a la ruptura de relaciones, los altibajos del PSOE con el Frente Polisario

En 1976 el expresidente del primer Gobierno socialista viajó a los territorios saharauis para expresar el apoyo a las reivindicaciones de independencia del Sáhara Occidental. Los representantes saharauis han asistido con frecuencia a los congresos del partido, excepto el pasado año, cuando no fueron invitados. 

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y el secretario general del Frente Polisario, Brahim Galli, en dos imágenes de archivo.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el secretario general del Frente Polisario, Brahim Galli, en dos imágenes de archivo. EFE/José Carmona

La nueva posición del Gobierno de Pedro Sánchez respecto al Sáhara Occidental ha levantado muchas ampollas. A nivel interno, con el rechazo de prácticamente la totalidad de los grupos políticos, incluido Unidas Podemos, integrantes de la coalición gubernamental. A nivel externo, Argelia ha mostrado su disconformidad y especialmente el Frente Polisario. Los legítimos representantes del pueblo saharaui ante la ONU decidieron este fin de semana romper relaciones con el Ejecutivo español tras el apoyo de Moncloa a los planes de autonomía propuestos por Marruecos. Una decisión que supone un nuevo episodio en una historia de altibajos entre el PSOE y el Polisario desde su creación. 

La historia del Frente Polisario se remonta a 1973. Tras un período de reflexión y unión entre los diferentes movimientos nacionalistas saharauis, se creó el Frente Popular de Liberación de Saguia el Hamra y Río de Oro, más conocido como Frente Polisario. La fundación tuvo lugar en un congreso celebrado en Zuerat a finales de abril de 1973. Se aprobó un manifiesto, una organización interna y una estrategia. Se eligió un comité ejecutivo, del que se nombró secretario general a Brahim Gali, que volvió al cargo en 2016. Los objetivos de la organización eran la liberación nacional de todas las formas de colonialismo, la creación de un régimen republicano nacional o la participación en la liberación árabe. Con el Frente Polisario se abrió la vía a la lucha armada.

En la retina de los saharauis, como suelen recordar con frecuencia, se encuentra una fecha. El 14 de noviembre de 1976. Un día cargado de simbolismo. Un año antes se había consumado la entrega del Sáhara Occidental por parte de España a Marruecos y Mauritania en los llamados Acuerdos de Madrid. Felipe González, secretario general del PSOE en esas fechas, viajó a los territorios liberados del Sahara Occidental, aún con el conflicto bélico muy candente. 

"Nuestro partido estará con vosotros hasta la victoria final", dijo González a los saharauis en 1976

Junto a los representantes de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), pronunció un discurso que quedó registrado para la historia: "El Pueblo Saharaui va a vencer en su lucha. Va a vencer, no sólo porque tiene la razón, sino porque tiene la voluntad de luchar por su libertad (…) Para nosotros no se trata ya del derecho de autodeterminación, sino de acompañaros en vuestra lucha hasta la victoria final (…) A medida que nuestro pueblo se acerca a la libertad, será mayor y más eficaz el apoyo que podamos prestar a vuestra lucha", destacó.

"El partido está convencido de que el Frente Polisario es el guía recto hacia la victoria final del pueblo saharaui y está convencido también de que vuestra república independiente y democrática se consolidará sobre vuestro pueblo y podréis volver a vuestros hogares. Sabemos que vuestra experiencia es la de haber recibido muchas promesas nunca cumplidas. Yo quiero, por consiguiente, no prometeros algo, sino comprometerme con la Historia. Nuestro partido estará con vosotros hasta la victoria final", reiteró González. 

Expulsión de España de los representantes saharauis

Los socialistas comenzaron entonces de manera habitual a apoyar al pueblo saharaui. El programa Vacaciones en Paz, mediante el que niños y niñas saharauis viajan en verano a nuestro país, fue impulsado por el PCE a finales de los años 70 pero también abrazado por el PSOE desde los primeros momentos y hasta la actualidad. Sin embargo, un episodio polémico iba a enturbiar las relaciones entre Moncloa y el Polisario en 1985

La llama "crisis del Junquito" desembocó en la expulsión de los representantes saharauis de España. Días antes se había producido un ataque contra un pesquero y una patrullera españolas en aguas del Sáhara Occidental, cuya autoría reconoció el Polisario. En un escenario de guerra abierta, el pesquero faenaba enarbolando la bandera de Marruecos, según declararon los propios navegantes y el Polisario. El ataque provocó un muerto y dos heridos. El representante saharaui en Madrid, Ahmed Bujari, fue detenido y expulsado días después. Los saharauis afearon entonces que González había cambiado su posición en el conflicto una vez entraron en el Gobierno. 

Las relaciones no se retomaron hasta 1989, fecha en la que el Polisario volvió a tener representación oficial en España. La situación, con el alto al fuego auspiciado por la ONU, se destensó. Se produjeron encuentros relevantes como el de Francisco Fernández Ordóñez, ministro de Exteriores con Bachir Mustafa, responsable de Asuntos Exteriores del Frente Polisario en 1990. González recibió al presidente Mohamed Abdelaziz en 1992, Javier Solana, ministro de Exteriores, a Mustafa en 1993.

El Polisario forma parte de la Internacional Socialista desde el año 2007

Posteriormente, ya con José Luis Rodríguez Zapatero en el Gobierno, se produjeron encuentros de Miguel Ángel Moratinos, responsable de Exteriores, con su homólogo saharaui en 2004. Ese mismo año, Abdelaziz se reunió también con ambos. El expresidente expresó entonces "la voluntad" del Ejecutivo de solucionar el conflicto saharaui mediante un acuerdo que, dentro del "marco de Naciones Unidas". Tres años más tarde, en 2007, Zapatero tuvo un gesto de tibio respaldo al plan de autonomía presentado por Marruecos y que ha sido recordado estos días para justificar que los socialistas no habían cambiado ahora su posición

En paralelo, el Polisario fue aumentando su representación diplomática en el exterior. Un hecho que se cristalizó en el año 2008, cuando la Internacional socialista los incluyó como miembros observadores. En 2017 se dio un paso más y se les reconoció al estatus de integrante consultivo de esta plataforma formada por más de 150 fuerzas políticas de todo el mundo y en la que está integrada el PSOE. 

El expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en 2004 junto al expresidente de la RASD y exsecretario general del Frente Polisario, Mohamed Abdelaziz, fallecido en
El expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en 2004 junto al expresidente de la RASD y exsecretario general del Frente Polisario, Mohamed Abdelaziz, fallecido en 2016. EFE

Habituales en los congresos del PSOE

Según recuerdan fuentes del Frente Polisario a Público, la organización saharaui ha estado presente de manera habitual en los congresos federales del PSOE durante las últimas décadas. "Las relaciones han sido fluidas con el partido", afirman. Sin ir más lejos, el 39º Congreso del PSOE, celebrado en 2017, ya con Sánchez como secretario general, contó con representantes saharauis como la entonces delegada en España, Jira Bulahe o el actual delegado, Abdullah Arabi, que ostentaba la delegación en Madrid. 

El año pasado, sin embargo, coincidiendo con el 40º Congreso de los socialistas, celebrado en octubre, no fueron invitados. El PSOE no dio motivos de manera oficial. La crisis con Marruecos ya se había extendido a raíz de la acogida humanitaria del presidente de la RASD, Brahim Gali. Un hecho que desembocó, por un lado, en el envío masivo de personas hacia la frontera de Ceuta y la destitución de la que era ministra de Exteriores, Arancha González Laya

El equilibrio de los socialistas entre Marruecos y el Polisario se ha podido comprobar con varios asuntos ocurridos durante estos últimos años y que han soliviantado al Polisario. En 2015, la presidenta de Andalucía, Susana Díaz advirtió al por entonces vicepresidente autonómico, Diego Valderas (IU), de que no viajara a los campamentos de población refugiada saharaui. El revuelo por el desencuentro fue sonado y Valderas terminó por no viajar. Pocos días después el Gobierno andaluz se rompió y se convocaron elecciones anticipadas.

En 2018, Josep Borrell vetó como ministro de Exteriores un debate sobre el Sáhara en el Congreso

En 2018, Josep Borrell, actual Alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad vetó la celebración de un debate sobre el conflicto saharaui en el Congreso de los Diputados. Su informe como ministro de Exteriores fue "desfavorable" y contó con el beneplácito también del PP. "Cualquier acción por parte de poderes públicos conducente a respaldar las reivindicaciones de la RASD o del Frente Polisario puede tener efectos inmediatos en las relaciones bilaterales con el consecuente impacto en el interés general", señalaba en su argumentación.

Ya con Unidas Podemos dentro del Gobierno, en febrero de 2020, el secretario de Estado de Asuntos Sociales, Nacho Álvarez (UP), se reunió con la ministra de Asuntos Sociales saharaui, Suelma Beiruk. El tema de fondo era un convenio junto a la ONCE para ayudar a personas con discapacidad en los campamentos de población refugiada saharaui en Tinduf. la reunión se publicitó en Twitter con la siguiente frase: "Nacho Álvarez se ha reunido hoy con Suelma Hay Enhamed Salem, ministra saharaui de Asuntos Sociales y Promoción de la Mujer. Le hemos expresado el compromiso para seguir cooperando en la ayuda a las personas con discapacidad y nuestra solidaridad con el pueblo saharaui". 

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una imagen del 39 Congreso del PSOE celebrado en 2017 junto a representantes del Frente Polisario.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una imagen del 39 Congreso del PSOE celebrado en 2017 junto a representantes del Frente Polisario. Sahara Press Service

La reunión había pasado completamente desapercibida en España. Al menos, en lo que al foco mediático se refiere. Pero la ministra de Exteriores, González Laya, publicaba un par de tuits sobre el encuentro. En ellos reconocía que había recibido una llamada de su homólogo marroquí para aclarar que la posición del Gobierno respecto al Sahara no había cambiado, que era una política de Estado, que España no reconoce a la RASD y que apoyan una resolución pacífica en el marco de la ONU. El tuit de la reunión de Alvarez fue borrado.

Las consecuencias actuales de la decisión del Polisario, tras el encuentro de Sánchez con Mohamed VI en Rabat son una incógnita. En Moncloa, según reconocen fuentes gubernamentales a este medio, siguen apostando por no romper con los saharauis. Es más, afirman que "no se está vendiendo" al Polisario pese a considerar la autonomía como "la base más seria, realista y creíble" para solucionar el conflicto. "España considera que el diálogo es la mejor vía para abordar las diferencias y siempre mantendrá abiertas todas las vías de interlocución", destacan en Exteriores. 

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