El auge del 'Skinnytok': la tendencia viral que camufla trastornos alimentarios como vida ‘saludable’
Influencers fitness, creadores de contenido de lifestyle, gurús de la alimentación... detrás de un discurso aparentemente positivo en ocasiones se encuentran mensajes profundamente perniciosos.

Zaragoza--Actualizado a
Vivimos en la época del well-being. Una cultura que abarca desde tablas de ejercicio a consejos de nutrición, rutinas diarias u otros consejos que buscan el bienestar físico y mental. Donde mejor se refleja este zeitgeist es en las redes sociales, el gran altavoz social del presente. Influencers fitness, gurús de la nutrición, creadores de contenido sobre lifestyle… Todos ellos inundan nuestros feeds ofreciendo lo que no deja de ser una versión actualizada de la fórmula de la felicidad.
No hay duda de que querer llevar una vida saludable es un aspecto positivo; del mismo modo que querer mejorar es una cualidad deseable. Sin embargo, existe el riesgo de que detrás de estas buenas intenciones se cuelen discursos problemáticos o gente interesada en monetizar las inseguridades o miedos de los demás. Cuando no gente interesada que además abandera discursos problemáticos. Hablamos, por ejemplo, de afecciones ya conocidos como la dismorfia corporal o los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), que en un mundo de redes sociales e influencers han adquirido una nueva forma.
Qué es 'skinnytok'
Skinnytok fue un hashtag utilizado en la red social Tiktok para difundir el contenido que ensalzaba las bondades y beneficios de la delgadez extrema. Su popularidad en la red social de vídeos cortos fue tal que trascendió a la misma para dar nombre a un movimiento que promueve dietas extremas, ayunos prolongados y conductas restrictivas en pos de pesar lo menos posible. En realidad se trata de la reencarnación de un fenómeno cíclico, pues no es muy diferente a los blogs sobre anorexia y bulimia que bajo el sobrenombre de Ana y Mia se difundieron en Tumblr y otras redes sociales la década pasada.

Esto es así porque se trata de un problema complejo, motivado tanto por factores psicológicos como socioculturales. Precisamente, entre estos últimos se encuentra el papel de las redes sociales y la influencia que estas tienen tanto sobre la imagen que las personas poseen de sí mismas como de la sociedad que les rodea.
Así lo respalda la evidencia científica respalda. Por ejemplo, el paper Risk factors for eating disorders: findings from a rapid review, publicado en 2023 y que recopila 284 estudios sobre diferentes factores asociados al riesgo de TCA, apunta que la exposición frecuente a ideales estéticos a través de las redes sociales no es inocua, sino que está vinculada a un mayor riesgo de desarrollar conductas alimentarias problemáticas o una insatisfacción corporal. Esto es así porque las redes sociales permiten la comparación social y, además, crean espacios en los que las ideas se refuerzan y retroalimentan.
'Skinnytok en la actualidad'
Bajo estas premisas, en junio de 2025 Tiktok anunció que prohibía a nivel global el hashtag skinnytok, lo que desde luego no terminó con el problema. Simplemente cambió de plataforma y nombre. Algunos medios apuntan a la influencer Liv Schmidt como la principal cara del movimiento. La estadounidense saltó a la fama a través de Tiktok, donde documentó su proceso de adelgazamiento fundamentado en caminar por Nueva York y restringirse las comidas. Bajó 10 kilos y ganó unos 700.000 seguidores, hasta que fue expulsada de la plataforma.
Actualmente ha hecho de la delgadez su modus vivendi. Cuenta con 330.000 seguidores en Instagram, donde ha comenzado la llamada Skinni Société, una comunidad de pago en la que ensalza la escualidez extrema y ofrece consejos para desafiar la báscula. Evidentemente, vende su contenido como un estilo de vida, con un lema que reza: “Estar delgada es una mentalidad. Esto no es restricción, es gusto. No es desorden, sino disciplina. Estructura, no hambre”.
Según cálculos realizados por Air Mail, Schmidt posee unos 6.500 miembros en su comunidad, que pagan una tarifa de unos 20 dólares mensuales. Lo que le reportan unas ganancias de 130.000 dólares al mes. Porque esa es la gran diferencia entre los que conocemos como skinnytok y otros movimientos previos: ahora la delgadez extrema se presume y, además, se monetiza. Es decir, no es algo de lo que avergonzarse o llevar en secreto, visitando a escondidas páginas o blogs de nicho, sino que se hace gala de ello y su contenido aparece entre los reels más destacados de Instagram.
Principales señales de alerta
Claro que Schmidt es solo la punta del iceberg, el ejemplo más extremo de un problema mucho más amplio. Como decíamos, el mensaje pernicioso puede colarse a través de entornos a priori positivos como puede ser el llevar una dieta saludable o el hacer una rutina diaria de ejercicios. Discernir entre unos buenos hábitos y actitudes peligrosas es clave para no caer en el vórtice propuesto por skinnytok.
En una entrevista con Europa Press, el psicólogo y terapeuta experto en TCA Marc Ruiz de Mintenguía apunta a que una forma de detectar que la imagen corporal es clínicamente relevante desde un punto de vista patológico es cuando la persona comienza a equiparar su aspecto físico y su valía personal, y además, cree también que las demás personas deben ser juzgadas de ese modo. Es decir, cuando el cuerpo se convierte en la vara con la que se mide todo lo demás, es momento de encender todas las alarmas.

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