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La ciencia pincha la burbuja del hidrógeno verde: no servirá para sustituir las calderas de gas

Una revisión de 54 publicaciones académicas publicada en la revista 'Cell Reports Sustainability' deja claro que el hidrógeno verde es mucho más caro e ineficiente que las bombas de calor. 

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Imagen de archivo de un radiador. — Ina Fassbender / AFP

madrid,

Europa lo ha apostado todo al hidrógeno verde. Este combustible emergente se presenta como el principal candidato para sustituir al gas, cuya quema acelera el calentamiento del planeta, en un escenario de transición energética lleno de incertidumbres. Pese a ello, cada vez hay más voces críticas respecto al potencial que tiene este carburante y a su viabilidad para penetrar en los hogares y reducir el peso de las calderas convencionales de gas. 

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Un estudio publicado en la revista académica Cell Reports Sustainability arroja aún más dudas y, después de analizar más de 50 publicaciones científicas sobre la rentabilidad del hidrógeno verde, concluye que esta fuente de energía es mucho más caro e ineficiente que suplir las calderas de gas por bombas de calor eléctricas.

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La revisión de todas las publicaciones académicas deja claro que el hidrógeno no puede tener un papel importante en la transición energética de los hogares. La instalación de calderas de hidrógeno es entre cuatro y seis veces más ineficiente que el uso de bombas de calor eléctrica. 

Además, la publicación pone en cuestión la adaptación de las infraestructuras de transporte del gas al hidrógeno verde, ya que actualmente las tuberías no están preparadas para transportar una carga alta de esta fuente de energía. Por otro lado, el autor recuerda que la producción de hidrógeno sostenible, el que se fabrica con energía renovable, es del 1%, siendo la mayor parte de la producción (el 95%) realizada con gas fósil, por lo que la cadena de valor ya estaría marcada por una fuente contaminante.

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Para producir hidrogeno verde se requiere de un incremento de la producción de energía renovable, ya que este combustible se fabrica a través de un proceso de electrólisis que consiste en la separación de de los dos componentes del agua a través de la aplicación de una descarga de electricidad generada con energía fotovoltaica o eólica.

Según los datos de Hydrogen Science Coalition, se necesitarían 149 GW de capacidad instalada de turbinas eólicas para satisfacer la demanda actual de calefacción. Si las calderas de gas se suplieran con bombas de calor sólo se necesitarían 25GW de capacidad eólica extra. 

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"Ni uno solo de los 54 estudios independientes sugiere que el hidrógeno para calefacción vaya a desempeñar o deba desempeñar un papel importante en el futuro. Por el contrario, demuestran que el hidrógeno es una opción más cara y menos eficiente que otras alternativas mejores, como las bombas de calor y la calefacción urbana", argumenta Jan Rosenow, autor del informe y director para Europa del think tank energético Regulatory Assistance Project (RAP).

"En países como el Reino Unido, España, Italia y Alemania, los responsables políticos deberían tomar nota de estos resultados y no dejarse distraer por la falsedad de que algún día el hidrógeno alimentará nuestras calderas de gas. El tiempo apremia. Lo que necesitamos ahora es un paquete de medidas para desplegar tecnologías probadas", agrega.

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