Cinco lugares abandonados de Catalunya que probablemente no conoces
Los amantes del Urbex o exploración urbana tienen especial predilección por lugares abandonados: grandes edificios, instalaciones diversas o locales que ahora han caído en desuso, pero antes estuvieron llenos de vida.
Aleix Camprubí i Pont
Barcelona-
La fascinación por los lugares abandonados no es extraña. Algunos prefieren visitar pueblos fantasma, poblaciones que antes estaban llenas de vida y en los que hoy nadie vive entre las paredes de sus casas. Pero también hay muchos que tienen especial predilección por sitios abandonados. Grandes edificios, instalaciones diversas o locales que ahora han caído en desuso, pero que muchos aprovechan para visitar, de forma más o menos legal. Y es que, en la mayoría de casos, cabe recordar que se trata de propiedades privadas, y en algunos casos en condiciones peligrosas.
Encontramos aficionados al Urbex (exploración urbana de todo tipo), gente respetuosa que se avecina simplemente para revisar el espacio, tomar fotografías, desarrollar algunas obras de arte o -incluso- grabar psicofonías. Desgraciadamente, otros ensucian la pared con pintadas o practican en el vandalismo. De un balneario o gran hotel y casino, pasando por un parque acuático o una estación de metro, y hasta una antigua discoteca. Repasamos cinco lugares de Catalunya que han pasado a mejor vida y ahora se encuentran abandonados o en desuso.
El Gran Casino de la Arrabassada de Sant Cugat del Vallès (Barcelona)
En la carretera de la Rabassada, en la cara vallesana de Collserola, encontramos el llamado Casino de la Arrabassada. Fue un complejo de lujo que incluía casino y también un hotel, un parque de agresiones y un lago, en el término municipal de Sant Cugat del Vallès. Este complejo burgués de principios del siglo XX se reduce hoy en día un gran edificio abandonado entre un montón de escombros, donde destaca el mirador, que se mantiene visible similar a cómo se construyó. Se derribaron las instalaciones en 1940, y hoy solamente quedan de pie paredes y columnas, u otras partes a medio derribar.
Sin embargo, la clausura ya había llegado antes, después de ir perdiendo servicios progresivamente, el último de los cuales el restaurante en 1930. Durante la Guerra Civil se utilizó como refugio contra los bombardeos, y posteriormente también como cuartel de carabineros. Pero el deterioro le acabó condenando.
La Puda de Montserrat en Esparraguera (Baix Llobregat, Barcelona)
Seguramente, el Gran Balneario de La Puda de Montserrat es uno de los lugares abandonados más populares del territorio catalán. Prueba es el vandalismo que sufre constantemente, pero también se trata de uno de los puntos predilectos por los amantes de los parajes abandonados, así como por los amantes de los misterios y los hechos paranormales.
Ubicado en Esparreguera, se trata de un también de un gran espacio de lujo para la burguesía catalana. El balneario aprovechaba las de aguas medicinales sulfurosas que circulan por su subsuelo. Edificado en 1871, y después de una época dorada a principios del siglo XX, durante la guerra civil ofreció servicios hospitalarios, llegando a acoger a cerca de 800 pacientes de todo el Estado. Pero problemas como las frecuentes crecidas del río Llobregat le llevaron a su cierre definitivo en 1958.
Sin acierto, se le ha intentado dar una segunda vida, que ahora solamente le dan los curiosos visitantes del sitio. Actualmente, se pueden visitar varios espacios como el patio del balneario, la puerta principal, sus pasillos interiores o la capilla. En 2018, unos vándalos saquearon el balneario de la Puda, robando balcones, puertas, pérgolas y otros elementos metálicos.
Aquàtic Paradís de Sitges (Garraf, Barcelona)
Sitges inauguraba en 1987 un parque acuático de ensueño para muchos ciudadanos. El inicio parecía del todo positivo, pero los problemas económicos y algunas dudas sobre la seguridad de los parques acuáticos (marcado por la muerte de un niño en Aquadiver de Platja d'Aro) llevaron al cierre en 1994 del Aquàtic Paradís.
Con 13 hectáreas de extensión y una superficie de 24.000 metros cuadrados, el espacio del antiguo parque contempla evidentemente diversas piscinas, vestuarios y una casita, además de los toboganes y elementos típicos de un parque acuático. Los intentos de recuperarlo tampoco han fluctuado y el espacio se ha ido degradando, manchado también por el vandalismo.
Más allá del mal uso, se ha aprovechado para rodar algunos productos audiovisuales, a reseñar algunos planes de los filmes de Rec de Jaume Balagueró. También se ha utilizado por empresas de actividades y juegos similares al Humor Amarillo y también de Air Soft.
Pont Aeri de Manresa (Bages, Barcelona)
La mítica discoteca Pont Aeri de Terrassa decidió ampliar horizontes: el local se les había quedado pequeño y con el cambio de milenio apostó por la ciudad Manresa por una nueva sala de ocio. Pero los impulsores decidieron cerrar en diciembre de 2001, después de la presión política y social a causa de las peleas y el mal ambiente.
El hecho de que sea un lugar impulsado hace poco más de dos décadas y que solo estuviera un año en funcionamiento, hace que la estructura del edificio se conserve bastante bien. Sin embargo, también ha sido víctima del vandalismo y es habitual que haya pintadas y muchos y distintos daños. Alrededor del edificio, la naturaleza también se ha abierto camino y las malas hierbas rodean el antiguo Pont Aeri de Manresa.
Hace un año, trascendió que el ayuntamiento de la localidad quiere revertir la pérdida de biodiversidad y hacerla más rica con la recuperación de la finca municipal de Can Poc Oli. El proyecto contempla el derribo de la antigua discoteca Pont Aeri.
La estación abandonada de Correos en Barcelona
El 20 de febrero de 1934 se inauguraba oficialmente la estación de Correos de Barcelona. Se encontraba ubicada al final de la Via Laietana, justo enfrente del edificio de Correos. Tenía un solo nivel debido a su proximidad al mar, lo que supuso muchos problemas de filtraciones durante la construcción.
La estación estuvo en funcionamiento desde 1934 hasta 1972, cuando fue clausurada y parcialmente derribada en el contexto de la construcción de la nueva línea 4. En concreto, el 20 de marzo de 1972 se suprimió el servicio de metro entre las estaciones de Jaume I y Correos para empezar las obras.
Aunque desapareció de la red de metro, no desapareció físicamente. El acceso se convirtió en un pozo de ventilación y las dos naves forman parte del túnel por el que pasan los trenes entre Jaume I y Barceloneta, según indica TMB. "Las baldosas hidráulicas de los andenes, las baldosas de cerámica, los anuncios vintage, los rótulos… han quedado inmovilizados en la oscuridad para alimentar a la leyenda de sitio enigmático", destaca en su sitio web.
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