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La comida rápida abraza el veganismo

Cadenas de comida como Burger King, TGB o McDonalds han lanzado hamburguesas vegetarianas para atraer a un público cada vez más emergente. Nutricionistas advierten que este tipo de comidas pueden ser igual de nocivas que la 'fastfood' convencional. Mientras, los activistas veganos señalan que la aparición de estas alternativas permitirán que mucha más gente deje de consumir carne. 

Hamburguesas veganas. (Philippe Huguen/AFP)

ALEJANDRO TENA

Ver veganos comiendo en un Burger King será posible dentro de poco. Al menos esa es la idea que se maneja en la afamada cadena de comida rápida, que ha comenzado a vender una hamburguesa vegetal en algunas zonas de Estados Unidos con la intención de ofrecerla después en otros establecimientos del planeta, si se cumplen las expectativas de mercado. Una idea que responde al auge de la demanda y que cada vez es más común en los restaurantes de comida basura. El emparedado en cuestión responde a una mezcla de hemoglobina de soja, aceite de girasol, grasa de coco y extracto de proteína de patatas. ¿El resultado? una loncha procesada con aspecto de carne, que sabe a carne y se come como cualquier carne de este tipo: entre dos panes, con lechuga y, si cabe, una rodaja de tomate.

Que la comida rápida es poco sana es una evidencia contrastada por médicos y especialistas. Tanto, que esta misma semana The Lancet publicaba un nuevo estudio en el que se ponía de manifiesto que los malos hábitos alimenticios son la causa de una de cada cinco muertes del planeta. Sin embargo, este tipo de consumo suele estar vinculado en mayor parte a carnes procesadas acompañadas de salsas y otras sustancias cargadas de grasas saturadas. En ese sentido, ¿qué ocurre con la emergente oferta de fastfood vegana?

Juan Alfonso Revenga, dietista-nutricionista y biólogo por la Universidad de Navarra, explica a este diario que los riesgos para la salud de este tipo de alimentos emergentes son similares a los productos tradicionales de comida basura. "Si para un omnívoro no es recomendable frecuentar estas cadenas alimentarias, tampoco lo va a ser para los vegetarianos, por mucha oferta vegetal que tengan".

Dicho esto, el experto explica que una dieta vegana es factible siempre que esté bien articulada. "Estas dietas son un planteamiento perfectamente válido siempre y cuando estén bien planificadas, pero esto es algo que es extensible a otras dietas como la omnívora", apunta, para añadir, que el único matiz que hay que hacer está relacionado con la vitamina B12, que "debería garantizarse de alguna forma, porque una dieta de este tipo no garantiza este aporte".

Desde la Academia Americana de Nutrición hacen un apunte similar al de Revenga y advierten que, siempre y cuando haya una buena planificación, el veganismo puede ser una práctica totalmente sana. "Estas dietas son apropiadas para todas las etapas del ciclo de vida, incluidos el embarazo, la lactancia, la infancia, la infancia, la adolescencia, la edad adulta y para los atletas", explica un informe de la organización, en el que se analizan las conductas vegetarianas –personas que no comen carne ni pescado, pero si huevos y lácteos– y veganas –aquellos que no consumen ningún producto que sea de origen animal–.

En ese sentido, hay que distinguir las dietas vegana de productos procesados vegetales como los que se están empezando a comercializar en gigantes como TGB, McDonalds o Nestle. Cristina Rodrigo, portavoz de la organización ProVeg Spain, explica que el auge de este tipo de alimentos, no sólo en las cadenas de comida, sino en la sección de procesados de los supermercados, "no son los más aconsejables". No obstante, la especialista explica que la aparición de estos menús alternativos permiten que "la transición al veganismo sea mucho más fácil para aquellas personas que quieren dejar de comer carne” por razones éticas o por salud. 

Desde la agrupación vegana ven una oportunidad contradictoria en que parte de la industria cárnica comience a introducir ofertas vegetales, aunque sean menos saludables. "Lo hacen, no por motivos éticos, sino por motivos económicos", añade, para puntualizar que más allá de los intereses empresariales, esta suerte de apogeo vegetariano puede terminar "favoreciendo los derechos de los animales".

El veganismo no es aburrido

Es cierto que dentro del activismo animalista, la comida rápida vegana se presta como un ente transformador que, con el tiempo, puede apartar del consumo cárnico a una gran masa social. Pero, la alimentación debe estar regulada, tal y como advierten los dietistas y nutricionistas especializados. En ese sentido, surge una especie de mito, reconocen desde ProVeg, que tacha de aburrida a la cocina vegetariana. 

Para Virginia García, cocinera de Creativegan, esta afirmación es muy contraria a la realidad. "Cuando te pasas a una alimentación vegana piensas que se trata de quitarle cosas al plato –la carne, los huevos, los lácteos–, pero, en realidad, se trata de añadir. Empezamos a usar cosas que antes ni mirábamos, como verduras y hortalizas", que ofrecen una gran abanico de variedad. 

"Cuando la gente piensa en alimentación vegetal piensa en una dieta aburrida y no es así. Una alimentación vegetariana es de por sí muy variada", opina Rodrigo, que aprovecha la tesitura para señalar que, más allá de gustos y sabores, "el consumo de productos animales está fundamentado en el abuso de los países empobrecidos y de sus tierras".

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